Ese es mi nombre.

Jungkook pulsaba la pantalla al frente hasta que encontró una buena playlist, comenzó a sonar la canción que para él era la correcta, había pasado la noche anterior buscando entre YouTube y Spotify las mejores canciones latinoamericanas creyendo que así quedaría bien con la chica.

—¿Te gusta? — la miró de soslayo.

—¿Te gusta a ti? —dijo de manera sospechosa.

—¡Ahm! — dudo en decirle que solo había escuchado a lo mucho dos veces aquella canción pero deseaba quedar bien con ella así que asintió.

—En lo particular prefiero otro tipo de música, pero respeto tus gustos musicales. Por cierto lamento no haberte dicho mi nombre es solo que te fuiste tan rápido el otro día que ya no pude hacerlo.

—Creo que quién debería disculparse soy yo, no debí irme así, debí acompañarte a tu casa, era algo tarde.

—¡Nah! No tarde en llegar aunque mi madre sí que estaba angustiada, ademas llevaba ramen y se enfrió, pero por fortuna vivimos con una muy buena señora que me calento la sopa así que fue bueno.

—Tú mamá sabe que sales con alguien a quién conoces a penas.

—¡Ah! Sí, pero digamos que invente algunas cosas para que no sintiera desconfianza. De dónde venimos no puedes salir con alguien si no lo conoces bien, incluso tus conocidos podrían dañarte, es difícil vivir así.

—Lo siento, — dijo mirándola rápidamente para no perder el camino de vista.

—Está bien ahora estamos aquí y bueno apenas nos adaptamos a todo esto, tú sabes cómo lo ocurrido con tu amigo, lo siento mucho no quería incomodarlo, ni a ti.

—En serio en tu país se besan las mejillas cuando recién se conocen.

—Sí y ahora que lo pienso, creo que es una costumbre rara, deberían cambiarla.

Luego de un rato en donde lo único que se veía eran los árboles al fin lograron llegar. El lugar era aún más hermoso que aquel parque donde se conocieron, y se respiraba un aire bastante limpio.

—Bienvenida a la Aldea Namsangol Hanok.

—¡Wow! — soltó en cuanto vio las casitas pintorescas, iguales a las de las películas asiáticas, los tejados que caían en rizo, los pisos brillantes, las puertas corredizas, las paredes  perfectamente bien cuidadas. Era como entrar en otro mundo. —Es perfecta.

—Cómo tú. — se acercó a ella.

—JK...

Jungkook la miro a los ojos, dejó caer la chaqueta y se descubrió el rostro. 
—Jung...Jun Ko..— no termino la frase ya que sabía que mentiría aún más. — ese es mi nombre pero prefiero que me llames JK.

—Yo soy Alicia, — dijo dando un paso más a Jungkook sin dejar de mirarlo, él desvió la vista al sentirla cerca, su corazón latía con rapidez, sentía que en cualquier momento lo reconocería y todo se acabaría. 

Ella lo miraba con curiosidad y es que sin duda le parecía realmente atractivo, desde su llegada había conocido a algunos chicos y algunos más que había visto por las calles y sin embargo al mirarlo a él le pareció mucho más guapo que cualquiera de los otros. 

De inmediato la forma de sus ojos fue lo que más le cautivaba y después admirar sus labios que parecían suaves, pasó la lengua por el labio inferior casi sin darse cuenta, quizás por qué era su deseo de acercarse un poco más, pero no lo haría por qué sabía que sería incorrecto, al menos por ahora que recién lo conocía. — Tienes una linda nariz — dijo al fin Alicia y le sonrió. — me preguntaba por qué seguías tan cubierto en el auto, por un momento me aterré al pensar en que algo malo le ocurría a tu rostro, pero la verdad es que es muy lindo.

—¿Mi rostro? — se llevó el índice al pecho.

—Sí JK eres un chico muy apuesto.

Sintió el calor recorrerle el rostro, deseo volver a cubrirse pero simplemente escondió la mirada bajando la cara. No era la primera vez que escuchaba aquel comentario, quizás más de mil veces lo escucho, pero esa vez le sonaba diferente, tal vez era la voz de Alicia o quizás, y no se atrevía a aceptarlo aún, era por qué ella le gustaba, solo ella podía subirle la adrenalina tanto como si estuviera en un show de esos a reventar de gente.  

—¡Gracias! — dijo agachándose aún más.

—Entonces...me muestras el lugar.

—Será un honor.