-Buenos días - saluda uniéndose al desayuno.
-Buenos, hijo - dice la madre acariciándole la mejilla mientras el padre devuelve el saludo con la cabeza por tener la boca ocupada.
-¿Qué planes tienes hoy? - pregunta Reynaldo cuando pudo hablar.
-Voy a arreglar lo del cuarto.
-Pensé que podrás acompañarme al hotel.
-Habrá días.
-¿Por qué no te vayas con tu papá?, el cuarto puede esperar hasta si quieres yo te lo arreglo - le dice mamá.
-Sí, escucha a tu madre y nos vamos cuando terminas de comer - decide su padre por él dejándolo sin opción.
-Ya aquí siguen las oficinas, como vez tu madre cambio básicamente todo - llegando al fin de la recorrida.
-Si, lo veo - aburrido y frustrado por sus planes, dice Óscar.
-Luisa, buenos días - saluda Reynaldo al pasar a lado de su secretaria.
-Buenos días, señor - levantándose, le devuelve el saludo.
-Mi hijo Óscar - lo presenta.
-Mucho gusto - poniendo la atención al nombrado, dice Luisa.
-Igualmente - dice Óscar.
-Vamos adentro - dice Reynaldo y Óscar lo sigue.
-Es que señor tiene una reunión en diez minutos - lo recuerdo.
-Está bien, no te preocupes, mi hijo puede asistir, no estudio en vano - la tranquiliza cerrando la puerta al entrar.
-¿Me estás menospreciando? - interesado por sus palabras lo pregunta.
-No, solamente no veo la razón por la que no puedes asistir a la reunión que además va a dar Flavio.
Óscar no tiene tiempo de reacción a las palabras de su padre por qué tocan la puerta, dejando entrar a una cara conocida.
-Entra Flavio - dice Reynaldo.
En la cara de Flavio se asoma la sonrisa al ver a Óscar.
-No sabía que regresaste - acercándosele a saludarlo.
-Flavio Gallegos, tú aquí - sorprendido por ver a su amigo sonriendo dice Óscar.
-Aquí me tienes, me subí rápido - contesta Flavio haciendo el gesto de levantar su saco.
-Y si fue rápido, Flavio trabaja muy bien, que ya es capas de manejar un proyecto solo - explica Reynaldo.
-En mi favor iba que mi jefe se retiró - dice a Óscar guiñándole un ojo.
Flavio y él son amigos desde la secuela y se mueven en los mismos círculos, los que Óscar abandono cuando se fue mientras Flavio se quedó terminó la carrera aquí y comenzó a trabajar en el hotel sin privilegios, levantándose a pasos rápidos hasta la posición en la que está hoy.
-Permiso - dice una joven dejando unas carpetas en la mesa.
-Mira, ella es Chanall, mi secretaria - se la presenta Flavio. - Mi amigo e hijo del jefe Óscar.
-Mucho gusto - dice la tímida muchacha.
-El gusto es mío - caballeroso dice Óscar.
-Vamos, que no tengo todo el día - los apresura Reynaldo para comenzar con la reunión.
Al salir de la oficina, Óscar se encontró en el pasillo a Klarrisa.
-Hola, ¿Qué haces tú aquí? - lo pregunto con la sonrisa.
-Papá... - es lo único que dice con suspiro dejando todo claro.
-¿Ya te puso a trabajar?
-Todavía no, pero si es su interés como si no lo conozco, hoy me insistió en venir que dizque hacer un recorrido.
-Así es papá - le deja claro Klarrisa.
-Cuando ya estoy aquí podrás presentarme a ya sabes quién - en el modo natural intenta persuadirla.
Klarrisa ríe a sus palabras.
-Eres un...
-Anda, vamos - pasándole el brazo por los hombros, Óscar la dirige hasta los elevadores.
Mientras caminan hacia la dirección de la playa, Óscar pregunta:
-¿Cuál es?
-Ese - lo apunta con el dedo Klarrisa en la barra que se encuentra a lado de la alberca.
Llegando hacia el pequeño bar, Klarrisa saludo sonriendo a Baldo:
-Hola.
-Hola, ¿Cómo le puedo ayudar? - manteniéndole profesional con una sonrisa coqueta pregunto Baldo.
Mirando a su alrededor, Klarrisa pregunta:
-¿Cuándo puedes tomar el descanso?
-Si quieres ahora - le responde con cautela.
-Hazlo, te quiero presentar a alguien.
Baldo asiente con la cabeza y va hacia el colega para decirle que se tomará el descanso, mientras Óscar sigue a Klarissa hacia las mesas para tomar asiento.
-Aquí me tienes Klar - sentándose dice Baldo.
-Alguien me insistió en conocerte - le explica enseñando con la palma hacia Óscar.
-Hola, mucho gusto Óscar Rodozo Urreta - se presenta Óscar ofreciéndole la mano.
Tomado por sorpresa, Baldo lo mira un largo rato.
-Baldo - lo llama Klarrisa.
-Lo espantamos - le susurra Óscar.
-No, estoy bien, nada más me tomaron por sorpresa. Gusto es mío Baldo Engenc tu hermana me platicó mucho de ti, pero no sabía que habías regresado.
-En realidad nadie lo sabía hasta ayer que me presenté en la casa - le contesta. Agregando - Si les hubiera dicho ayer, en cambio, de la paz de la casa, me hubiera recibido toda la ciudad, poniendo los gritos a lado - mirando a Klarrisa en modo de burla.
-¿Ves qué malo es? - sonriendo Klarrisa mira a Óscar mientras se acerca a Baldo con la pregunta.
A Baldo toda la situación tomo por sorpresa, por lo que no sabe cómo comportarse, por no estar listo para este encuentro y por no entender las bromas de los hermanos.
-Oye, hoy no te debes preocupar que no estás en mi lista de los que voy a morder, solo quería conocerte - aclara Óscar por ver a Baldo en un trance de no saber cómo comportarse.
Baldo asiente y Óscar decide suavizar la situación:
-¿Qué quieren tomar yo invito?
-Trabajamos, por lo tanto, algo sin alcohol - propone Klarrisa.
-Unas aguas carbonatadas con limón entonces - decide Óscar levantándose para ir a pedir.
Al llegar a la barra, Óscar se dedica a mirar a la pareja mientras espera las bebidas.
-'Se ven bien juntos, son una linda pareja. Parece que si es bueno o muy buen actor. No logró recuperarse de la sorpresa...'
-Sus bebidas, señor - sus pensamientos interrumpe el chico de la barra al entregarle su pedida.