Óscar bajo al garaje que es un lugar bastante amplio y vacío, muy pocas cosas, su madre permite guardar.
De bajo de unas polvorosas 'sabanas' se encuentran: bicicletas que tuvieron de niños y como grandes y su scooter.
Un scooter negro que le saca la sonrisa y el recuerdo de buenos momentos pasados con él. Lo aleja de las demás cosas para después buscar la llave que pusieron en uno de los cajones de un mueble que está ahí.
Con la llave en la mano y sonrisa en la cara, saca su celular haciendo la llamada:
-Buenos días.
De otro lado le devuelven el saludo.
-Tengo un scooter que no estaba usado en el cual que año, me interesa si podrían venir por él y hacerle una revisión para ver si está en el estado de manejar y que necesita si es necesario.
-Sí, no hay problema, le podemos mandar el vehículo de transporte...
-Muchas gracias, entonces los espero - dice terminando la llamada.
Óscar hizo el viaje en el vehículo de transporte junto al scooter y su chófer hasta la mecánica.
-Es un buen modelo - le dice mecánico. - Debemos verlo más detalladamente para asegurarnos de que todo está bien y ver que le falta venga en una hora y le digo más - agrega mirando por un momento al scooter.
-Estaré aquí, muchas gracias.
Pasando por la calle para matar el tiempo se percata del quad de la chica que le interesa por lo que se acerca más al cine. Tomando la drástica decisión con cada paso se acerca más a ella.
-Hola.
-Buen día - le devuelve el saludo la chica con una sonrisa amable.
-Un boleto.
-Por supuesto - dice asintiendo con la cabeza mientras imprime el boleto.
Poniendo el boleto en el mostrador, chica dice:
-Aquí tiene.
-¿El precio sigue igual? - poco sorprendido al ver la lista de precios.
-Si, pocas cosas cambiaron en este cine.
-Gracias - asintiendo con la cabeza, le dice mientras deja el dinero y toma el boleto.
Además del precio, los boletos siguen siendo sin categoría de película o silla. Poco desilusionado porque la chica lo trato como a cualquier cliente, Óscar entra al edificio. Frente cada sala se encuentra un guardia, eso sí es nuevo y ahora entiende por qué no vieron la necesidad de marcar las películas en los boletos. En algunas paredes y bastidores encuentra la lista de las películas, unas tienen las películas nuevas, otras las viejas que reproducen con sus debidas horas.
Pasa con gusto mirando la película, gastando exactamente el tiempo que le dijo el mecánico, por lo que se dirige a la salida. Saliendo no mira al frente sino a la dirección de la caja viendo que ella sigue ahí sin hacer nada... Antes de atreverse a invitarla a salir decide conocerla más y así tener ventaja a la hora de hacerlo.
Al día siguiente, Óscar desayuna en compañía de sus padres.
-¿Si se puede saber hasta cuándo piensas no hacer nada y tenernos en ascuas? - pregunta Reynaldo.
Su pregunta hace que Óscar deja el trozo que iba a llevar a la boca. Tan poco le es necesario para que a lado de sus padres pierda el apetito.
-Todavía no he decidido nada, pero si tanto quieres me voy - hostil como le pareció la pregunta, le responde moviéndose en la silla dispuesto a levantarse.
-No hables estupideces - lo detiene papá poniendo la mano en su muñeca. - ¿Es mal querer saber cuáles son tus planes? Siempre nos dices todo en el último momento.
-Habrá razón, ¿No?
-¿Klarrisa no se dignará a bajar? - pregunta Sandra a la sirvienta lo que rompe y el duelo de las miradas que comenzaron Óscar y Reynaldo.
-La señorita Klarrisa no está - inocente informa la empleada. - Su cama está arreglada - agrega antes de retirarse.
Sandra voltea a ver a Reynaldo que también la mira, ambos saben que eso no es típico de Klarrisa en realidad es la primera vez que duerme fuera de la casa sin avisar.
-No, de seguro vino tarde y se fue temprano después de hacer su cama - se consuela Sandra.
-¿Desde cuándo Klarrisa hace su cama? - Inquiere Reynaldo.
Escucha decir a sus padres mientras le manda el mensaje:
Klarrisa ¿Dónde estás? ¿Te quedaste con Baldo?
-¡No me asustes! - exclama nerviosa Sandra levantando las palmas hacia arriba en la mesa.
-¿Dónde está tu hermana? - pregunta volteando Reynaldo a verlo.
-¿De dónde que yo sepa? - dice Óscar encogiéndose de hombros.
-¡Es tu hermana, eres su hermano mayor, por supuesto que lo debes saber! - levantado la voz, le dice mamá.
-No soy su guardaespaldas y si te debo recordar yo apenas regrese, por supuesto que salimos de la costumbre de avisarnos donde estamos.
Las palabras de Óscar a ambos mantiene callados consientes de que tiene razón.
-Voy a llamar a todas sus amigas - informa Sandra levantándose.
Dejando a los hombres solos en la mesa. Óscar espera que Klarrisa le responde mientras Reynaldo mantiene la lucha interna si llamar a Eva para ver si está ahí. Desayuno cayó en el segundo plano por lo que abandonan la mesa.
-No, ninguna sabe nada - dice Sandra regresando poco después. - Y para ser peor dicen que Klarrisa abandono la inauguración antes porque se sentía mal.
Reynaldo y Óscar se mantienen callados a las palabras de Sandra porque ambos ocultan la posibilidad donde podría estar.
Soltando el aire nervioso, Reynaldo se acerca a la ventana de su despacho donde se cerró para hacer la llamada.
-Eva, perdón por molestarte. Pero no tuve otra.
De otro lado de la línea escucharlo preocupa a Eva que entonces pregunta:
-¿Qué paso? ¿Sucedió algo? - la preocupación se le trasmitió en la voz.
-No, no es nada grave, espero. Es que Klarrisa no llego a dormir a noche y me preguntaba ¿si no se hubiera quedado con Ingrid?
-No, lo siento Reynaldo. Ingrid acaba de salir, llegó puntual como siempre anoche - a pesar de que habla con calma, Eva sigue preocupada escuchar de qué pequeña Klarrisa no está, la mantiene así.