Tuy@ desde el verano

Capítulo 9

-¿Qué sucede, hija? - pregunta Eva, viendo a Ingrid preocupada.

Ingrid continua caminar con el celular en la mano, mientras le dice:

-Es que Klarrisa, dijo que vendrá hoy, la estoy llamando y me dice que está apagado.

-Bueno, pudo olvidarlo poner a cargar, a ti te sucede.

-Sí, mama, pero después de lo que pasó ayer...

-No te preocupes, si dijo que vendrá lo hará - le asegura mamá.


 

-Bueno, ¿y dónde está ese muchacho? - pregunta Reynaldo cuando salieron a la terraza.

-Ahí, en la barra - apuntando a Baldo, dice.

-Vamos - Óscar sintió la fieldad en la palabra de su padre.

-¡Espera, papá! - lo detiene, levantando la voz. - ¿No sería mejor que yo vaya solo?, porque si tú vas ahí por él, todos pensarán que algo está sucediendo.

-Está bien, pero los espero aquí. No quiero que le digas nada en el camino a la oficina, nos vamos juntos.

Óscar asiente y se acerca a la barra:

-Hola, Baldo, ven conmigo.

-¿Pasa algo? - pregunta Baldo.

-Ven y te cuento - dándole indicio que no quiere frente la gente.

Baldo se le acerca y comienzan a alejarse de la barra, por lo que Óscar le dice:

-Vamos a la oficina de mi papá, que quiere hablar contigo - poniendo una mano en su hombre y con la otra enseña a Reynaldo que los espera.

-Señor - saluda sorprendido e inquieto.

-Vamos a la oficina - con expresión seria dice Reynaldo comenzando a caminar.


 

-Ayer nos hemos enterado de la relación que mantiene con mi hija y después de escuchar a mis hijos - dándole una mirada a Óscar. -, y reflexionarlo he decidido conocerte antes de tomar las demás decisiones - sentados en la oficina, le dice Reynaldo.

-Se lo agradezco. Nosotros nos estábamos preparando para hacerles saber de nuestra relación...

-¿Entonces por qué no lo hicieron? - pregunta Reynaldo con firmeza.

-Considerábamos que todavía es temprano y sabiendo cual sería su respuesta, hemos decidido esperar para tener todo listo y poder presentarle algo más de lo que tiene aquí sentado - enseñando a sí mismo.

-¿Cómo eso? - sin entenderlo muy bien, pregunta.

-Eso es de lo que te hable, la razón por la que busco a Ingrid. Con su ayuda han planeado presentarlo - intercede Óscar, explicando.

-Ingrid nos presentó algunas opciones, sin embargo, por el momento nos quedamos con la primera, que es que escriba una carrera y así hacerles saber que a pesar de que no sabemos cuanto duraremos, soy dispuesto hacer todo para que a su hija a mi lado no le falta nada.

-¿Estás consiente de que ella siempre tuvo más de lo que necesitaba? - lo sorprende, preguntando Reynaldo.

-Si, lo estoy. Como también sé que ella no lo necesita.

-Háblame ahora de ti y entonces regresaremos a lo que incumbe a mi hija - dice papá.


 

Ingrid sigue inquieta, esperando a Klarrisa.

-Me tengo que ir a trabajar, ya no la puedo esperar -le dice mamá.

-Si - reconciliada contesta. -, algo no anda bien. Voy a llamar a Baldo.

Cuando entra a buzón, con preocupación, dice:

-No me lo hagas tú también - pide Ingrid, intentando de nuevo.


 

-Perdón - dice Baldo, cuando su celular comienza a sonar.

Apaga el sonido y lo devuelve en su bolsillo, para después de un rato pedirlas de nuevo:

-Perdón, deberé responder. Dime, Ingrid.

-¿Baldo, hablaste con Klarrisa? - inútilmente escondiendo la preocupación que siente.

-Si, me llamó ayer. Hasta acordamos de que nos viéramos en tu casa - le contesta.

-Ahí es problema, la estoy esperando toda la mañana y sigue sin aparecer. La llamo como loca y el celular está apagado.

-Espera, estoy aquí con su papá y hermano - dice poniendo el celular en altavoz. - Dice Ingrid que Klarrisa no aparece, tenía que haber llegado a su casa y el celular está apagado.

Mientras lo escucha hablar preocupado por su hermana, Óscar la intenta llamar con la ceja fruncida. Siendo también mandado al buzón por apagado.

-Óscar vete a la casa y ve lo que sucede - le dice papá.

-Avísame cuando sepas algo, hoy estoy libre y estaré en casa - dice Ingrid a Baldo.

-Lo haré, chao - la saluda después de prometerle.

-Hazme saber lo que sucede de inmediato - ordena papá.

-Cuando llegas háblame a mí también, que seguiré preocupado - lo pide Baldo.

-Creo que es suficiente que avise a uno - lanzando una mirada a su papá antes de que continuará mirándolo. -, estarás tú aquí por tiempo indefinido - le responde Óscar, en ese modo su que tiene de bromear y que a otros hace sentir todo lo contrario.

Advirtiendo a Baldo, Óscar abandona la oficina dirigiéndose a casa.


 

Lo primero que hace al llegar a casa es subir a pasos apresurados hasta el cuarto de Klarrisa. Al intentar abrir la puerta se encuentra con que está cerrada, lo que le cambia la expresión de preocupación a una oscura.

-Klarrisa - tocando la puerta, la llama. - ¿Klarrisa, que sucede?

-Óscar - la escucha de otro lado. - Óscar, estoy encerrada - esta vez su voz está más cerca. - Mamá, me encerró.

Su confesión y oírla llorar, le hierve la sangre, incapaz de controlarse furioso, se va en busca de su madre. Primer lugar donde la busca es en su cuarto.

La puerta golpea la pared por la fuerza con la que la abrió. Encontrando a su madre sentada en el taburete, mirando a su dirección.

-¿Has encerrado a Klarrisa en su cuarto? - decide darle beneficio de la duda.

-Lo hice - tranquila, lo admite.

-Mamá, ¿cómo se te ocurrió hacer eso? - pregunta, levantando la voz.

-¿Y qué debería haber hecho, dejarla que se va lado de esos...?

-¡Son felicidad de tu hija, por dios!

-Son su destrucción. Ellos no tienen nada, no tienen clase, dinero, amistades, nada.

-Eso no es lo que importa en la vida. Dame la llave - con los dientes apretados, exige con la mano extendida.



#3146 en Joven Adulto
#16675 en Novela romántica

En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 02.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.