CAPÍTULO 3

— ¿Quién es? —Pregunto.

—Ya lo sabrás, por ahora tendrás que esperar. — Daniela pone una sonrisa de oreja a oreja, sé que está disfrutando que no sepa quién es.

—Daniela, por favor— Pongo un puchero y ojos del gato con botas.

Daniela iba a hablar pero el conductor la interrumpió

—Llegamos. — Daniela le paga al conductor y bajamos del taxi, entramos en el aeropuerto y subimos las escaleras a esperar a tal dichosa persona.

Después de minutos esperando veo que alguien cruza la puerta de viajes y veo a alguien cruzando desde las puerta que dice Inglaterra y se de inmediato quién es.

Me quedo mirándolo mientras se acerca hacia nosotras, tengo la respuesta frente a mis ojos .Aquel chico ya está a unos pocos metros de distancia y saltó a sus brazos.

Es mi chico, es el empieza a abrazarme más fuerte como si no me quisiera soltar nunca, y hasta este momento caigo en cuenta de lo mucho que lo he extrañado.

Después de un largo abrazo lo miro a los ojos y le digo:

—Hola lysa.

Daniela se acerca a nosotros sin darle tiempo de contestar a Lysandro y dice.

—Yo también estoy aquí eh?

—Claro. —Contesta Lysandro y la saluda

—Vamos o me van a tener en el aeropuerto todo el día— Pregunta mi mejor amigo con una sonrisa cínica en su rostro.

—Sí señorita Lysa—Hablo tratando de ocultar una sonrisa.

—Oh vamos pensé que los apodos eran del pasado. — Daniela lo interrumpe.

—Eso no es un apodo. —Y rió a carcajadas

Dos horas después

Ya nos encontramos en mi departamento, nos estamos riendo al recordar nuestras locuras de cuando teníamos 15 años. De pronto oigo mi celular y es un mensaje de texto de mi novio y Daniela pregunta :

—¿Es tu novio? — Lo dice mirando hacia donde estaba sentado mi amigo, pero no le presto mucha atención.

—Si. —Contestó sin rastro de emoción, no me gusta que me interrumpa cuando estoy con mis amigos. Mi mejor amigo me dirige una mirada sorprendida y pregunta:

— ¿Tienes novio?

—Sí. —Contestó levantando una ceja.

— ¿Puedes venir Daniela? —Pregunta esquivando mi mirada, mi amiga que parece divertida por esto, asiente y se marchan a un lado de la habitación.

Se dirigen unas cuantas palabras y mi amigo algo molesto expresa.

—Me tengo que ir a mi Departamento muchas gracias y lamento no poder quedarme más tiempo. —Y con eso se va y yo me quedo preguntándome qué ocurrió miró a Daniela y ella me dice:

—Averiguarlo.