Two Worlds

CAPÍTULO 4

Lysandro:

Cuándo escuche que tenia novio sentí la necesidad de reclamarle pero no lo hice, no puede hacerlo y entonces le dije a Daniela que necesitaba hablar y no mentía en realidad lo necesitaba.

—¿Celoso?—Pregunta Daniela.

—No, claro que no. —Respondo rapidamente.

—¿Cómo no? y yo me lo creí. —Empieza a burlarse.

—Lysandro, no lo escondas, ella te gusta ,si no, es por decir que la amas, amigo en serio ella y tú tienen historia, ella te rescato ¿recuerdas? Ella adora a su chico. —Dice dejándome atónito.

—Eh, yo no siento nada por ella, más que cariño de amigos y si tiene novio pues que siga con él, a mi no me interesa. —Hablo molesto y después dejó de hablar con ella, me despido de Sofía y me dirigo a mi departamento.

Ya en el, cierro la puerta y me pongo a ordenar mi ropa en el armario después de horas de arreglarla, me siento en mi cama frustrado y recuerdo las palabras de Dani ¿la amo? será verdad lo que dice mi amiga ¿no era solo cariño? ¿o nunca fue cariño?

—¡Ahhh!—Exclamó frustrado, llevo solo unas cuantas horas aquí y Sofía ya puse mi mundo de cabeza igual que desde el primer momento.

Sofía:

Estoy muy aburrida,he hecho de todo lo que tenía pendiente, le he preguntado a Dani si salimos,pero dice que está ocupada, pero justo ahora acabo de recordar a alguien.

Observó mi celular que se encuentra a mi lado, entró en mi whatsapp y buscó ese contacto.

Señorita Lysa

¡Hola lysa!

Hola Sofía, no me digas así ¿entiendes?

Sí, sí ya entendí ¿estás ocupado?

No, ¿por qué la pregunta Sofi?

Ya te he dicho que te amo demasiado.

¡Oh!,¿qué quieres Sofía?

Nada.

¿Segura?

Si insistes, ¿vamos de compras?

Lo sabía, querías algo ¿tengo otra opción?

Nop, señorita Lysa.

Esta bien, te recogeré en 30 minutos.

¡Gracias!

Lisandro:

Ya llevamos media hora en el centro comercial, hemos pasado de tienda en tienda y en cada tienda escoge algo y lo peor ella no tiene que llevarlo.

—Sofía.

—¿Si?

—¿Podemos sentarnos? — Pregunto desanimado.

—Esta bien, tomaremos algo y nos marcharemos a mi departamento, no quiero que ante de irte a Inglaterra mueras cargando bolsas de ropa.— Habla tratando de esconder una sonrisa

Me siento en el patio de comida ya que Sofía está pidiendo nuestra orden, todavía no proceso lo de su novio ,pero ella es muy linda y lo comprendo, aún recuerdo cuando nos conocimos fui un completo desastre.

Flashback:

Estoy en el suelo llorando dejando que la lluvia caiga me repito una y otra vez que me lo merezco, de repente siento que alguien toca mi hombro,alzó la mirada y observó a una chica rubia ojos azules tendiendome mi paraguas.

—Disculpa, ¿qué necesitas? — Inquiero un tanto desinteresado

—Un hola era lo que al menos me esperaba.

Pero qué sucede si no le estoy faltando el respeto y estoy siendo totalmente cordial.

—Hola, ¿que necesitas?— Repito algo frustrado y aún con lágrimas rodando por mis mejillas.

—¿Por qué lloras?— Me cuestiona algo curiosa.

—¿Me puedes dejar solo?— inquiero algo inquieto.

—No.—Responde y hace que me frustré más, me levanto del suelo y me retiro dejándola con mi paraguas en la mano.

Fin del flashback.

Sofía llega con nuestras bebidas y se sienta al frente mío y pregunta:

—¿En qué piensas?

—En que me utilizas. —Miento, respondiendo casi de inmediato.

—No de la forma en que yo quiero— Contesta y yo me quedo totalmente en shock porque mi amiga está totalmente sonrojada.

Sofía:

¿Qué he dicho? Sofía ¿por qué no callas esa boca pervertida que tienes? reprendo a mi boca.

Oh tengo que cambiar el tema rápido, el silencio es muy incómodo

—Y dime ¿cuanto tiempo te quedas?— Cambió el tema.

—No mucho.—Respondió con un semblante serio.

—¿Seis meses? — Cuestionó tratando de encontrar una respuesta.

—2 meses—Contesta cortante.

—¿Y porque no te quedas más?— Insisto algo desilusionada por su respuesta.

—No me quedaré Sofía.—Contesta furioso.

—No me quedaré.— Repite como si estuviera en un shock emocional.

—Lysandro.—Lo llamó cuidadosamente.

—¡Lysandro!— Repito al ver que no me responde, me levanto de mi asiento y me arrodilló a su lado colocando mis manos en sus mejillas llenas de lágrimas, ¿por qué lloras? me dan ganas de preguntar, pero sé que no es el mejor momento.

Lisandro:

Me estoy asfixiando.

Cuando dije esas palabras un recuerdo comenzó a repetirse en mi mente, una chica rubia, sus ojos como zafiros y con su tez blanco, porta un traje muy elegante de color negro dice que no se quedará que se tiene que ir que no volverá mientras sostiene mis mejillas.

—No te vayas.

—Por favor no te vayas.

—Por favor.— Ruego sollozando como un niño pequeño.

—¡Lysandro!—Oigo a alguien muy alterada repitiendo mi nombre.

—Lysandro, ¿me escuchas?—Reconozco la voz de Sofía.

—Lysandro no cierres los ojos y respira profundo.

—Tengo sueño.— Alcanzó a decir lleno de cansancio

—¡Lysandro!— Cierro mis ojos y todo se vuelve oscuro.




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