Two Worlds

CAPÍTULO 9

Salgo furiosa de la sala de espera ¿él era Andrew ?, nunca me lo dijo, cuántas mentiras más forman parte de mi vida?

...

Luego de haber ido unas horas a mi departamento a bañarme y cambiarme de ropa entró a la cafetería y tomó asiento, ¿como se encontrará Lysandro?, prefiero no pensar lo peor, pero esos pensamientos recorren mi mente una y otra vez, mientras la culpa invade mi conciencia.

Mientras estoy sumergida en mis pensamientos oigo la voz de Daniela

—Sofía.

—¿Si?— Hablo distraída.

—Buenas noticias.— Habla con entusiasmo y en ese momento toda mi atención se dirige a ella.

—Despertó.

—Y quiere verte.— Mis ojos se cristalizan y abrazo a mi mejor amiga.

—Está a salvo.

—Quiere verme.— La felicidad me desborda a decir verdad tenía miedo de que no quisiera verme jamás.

—Si quiere verte.— Repite y para mi suenan como palabras de aliento.

Lysandro:

Abro los ojos lentamente hay mucha luz, parpadeo varias veces para acostumbrarme, logró percibir que estoy en el hospital ¿qué sucedió?

Una enfermera me está poniendo vitaminas supongo.

—Ya despertaste.

—Voy a llamar al doctor, ¿me esperas unos minutos?— Asiento a su pregunta.

Después de unos minutos llega con el doctor, el mismo doctor que atendió mi ataque de ansiedad.

—¿Cómo te sientes?

—Bien.—Tartamudeo.

—¿Puedes mover lentamente tus manos?— Pregunta y veo que mis muñecas están vendadas.

—¿Qué hice?— Hablo sin entender.

—¿Qué hice?— Vuelvo a preguntar.

Pero cuando el médico está a punto de pronunciar unas palabras observo unos ojos verdes y un flameante cabello rojo que reconocería en cualquier lugar y habló con entusiasmo.

—¿Elizabeth eres tú?

...

Hanna:

Me dirigo corriendo hacia la habitación de Lysandro oigo que una enfermera me dice que no se puede correr, pero necesito ver a Lysa ahora.

Entró a la habitación y veo a Lysandro con la chica del pasillo, su hermana. Hablan muy entusiasmados hasta que Lysandro nota mi presencia y su hermana lo mira con melancólica, le susurra unas palabras y se retira de la habitación.

En ese momento saltó a la camilla de Lysandro pero con mucho cuidado de hacerle daño.

—Hanna.— Habla despacio como si lo estuviera asimilando.

—Lys.— Trato de hablar pero mi voz se quiebra.

Lysandro me abraza y juega con mi cabello como si fuera una niña pero no le presto importancia, ahora lo único que importa es que él esté bien.

Después de un rato riéndonos hablo:

—Voy a la cafetería ya vuelvo.

Me levanto pero en ese momento Lysandro me agarra de la muñeca y me tira hacia él se esconde en el hueco de mi cuello y me dice:

—No te vayas.

—Quédate.

—Solo un poco más.




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