Después de haber luchado tanto por que los dejaran en la misma clase, Uich y Sara, se sentían felices. Por lo que decidieron hacer una celebración de la victoria. Quedaron en ir a comer algo en el zoológico e ir a divertir, durante el camino. Pero, al ser una celebración entre los dos, no invitaron a nadie, pues se sentían mal de no haber podido celebrarlo antes, aunque Sara era la que quería que hacer eso.
Llegando el sábado, se reunieron en el zoológico. Uich, quien había llegado un poco antes, empezó a dar una pequeña vuelta en busca de encontrar algún buen lugar en el cual poder conversar un rato. Empezó a ir al área verde, que se encontraba después de los animales, donde encontró un lugar después del quiosco junto a unos árboles. Regreso corriendo, pues no quería dejar esperando a Sara. Al llegar al punto de encuentro, Sara ya se encontraba esperándolo, al verla Uich no podía creer que se había tardado demasiado en buscar el lugar. Pero, al ver la hora en su reloj, se dio cuenta de que aún hacía falta unos quince minutos para la hora establecida.
Sara, quien se encontraba viendo hacia la calle, al oír la voz de Uich se volteó con una pequeña sonrisa. Al ver que el venía saliendo del zoológico, se enojó y le dijo - dime Uich, ¿qué es eso de que ya te encontrabas adentro sin mí? -, Uich, - este, no era mi intención hacer esto pero, es que, que pensé en dar una vuelta antes de que vinieras. Además, no llegas un poco temprano, ya que no es habitual que llegues un poco antes de la hora acordada -, Sara, - cómo puedes decir algo así. No es como si fuera así. Si no lo sabes, siempre llego antes que los demás -, Uich, - está bien, es que no conocía ese lado de ti -.
Sara, aunque no le gustó que Uich le dijera eso, sonrió y continuaron como siempre. Sara se encontraba muy emocionada, aunque fuera sólo un pequeño paseo. Pero no se esperaba lo que Uich le había preparado para el final. Al caer la tarde, Uich llevó a Sara a su casa. Sara, aunque ya había ido otras veces, no entendía por qué Uich la llevó a su casa. Lo que se le vino a la mente fue que Uich había invitado a más sus amigos para celebrar. De sólo pensar en eso la ponía tan emocionada y, sobre todo, le impresionaba que la mamá de Uich le diera permiso para realizar una fiesta en su casa.
El tiempo empezaba a correr y no había señales de que alguien más llegara, por lo que decidió ir a ver que pasaba. Se dirigió a la cocina, donde se encontraba Uich. Al entrar, pudo notar un gran pastel en la mesa. Aunque no se encontraba Uich ahí, ella no podía dejar pasar el hecho de haber un pastel en la mesa. Se acercó al pastel y, mirar lo delicioso que esté parecía, no podía dejar de pensar en comerse ese pastel. Se dirigió al trastero y, sacando un cuchillo y un plato, se disponía a comerse el pastel. Estaba comenzando a cortar el primer trozo de pastel, cuando Uich le habló desde atrás.
Sara, quien sorprendida soltó inmediatamente el cuchillo, volteó despacio y temblorosa, mientras decía tartamudeando - U, U, Uich, no es lo que parece. Este, yo, yo no pensaba comerme nada - Uich, serio, contestó - entonces, ¿qué es lo que estabas haciendo? -, Sara, con miedo y nerviosa, responde - lo que yo estoy haciendo es - miró a un lado y continúo diciendo - es, que, te estoy buscando. Sí, por eso me encuentro aquí. Ya que tardabas mucho en regresar y, como no venía nadie más a la fiesta, creí que... -, Uich, - no fue por eso, lo que pasa es que quería que podamos compartir este pastel. Pero, antes de eso, he preparado un poco de chocolate para acompañarlo. De todas maneras, en este momento no se encuentra mis padres -, Sara, - Sí, eso me estaba dando cuenta. ¿A dónde fueron? -, Uich, - ellos han ido a una reunión de sus trabajos, por lo que vendrán tarde -, Sara, - ¡Qué lástima! Yo que quería saludarlos, ya que tiene ya un poco de tiempo que no los he visto -, Uich, - tienes razón, bueno, será en otra ocasión -.
Después de esa pequeña charla, Uich partió el pastel y lo repartió entre los dos. Sara estaba muy feliz al comer aquel pastel, lo que hizo sentirse bien a Uich de haber logrado hacer todo un éxito aquella celebración. Durante un rato más, estuvieron platicando de todo lo que estuvieron haciendo ese día y cual fue la mejor parte que les gustó. Entre risas y enojos, sin darse cuenta, ya se había hecho tarde, por lo que Uich acompaño a Sara a su casa. Pero, ya estando cerca, Sara le agradeció por todo y le pidió que regresara. Aunque Uich no creía que estuviera bien dejarla caminar sola, ya que era algo tarde, no se opuso al ser que ya sólo faltaba unas tres cuadras para llegar, por lo que se sentía más tranquilo.
Uich, al regresar, limpio todo antes de que llegaran sus papás. Mirando la hora, se dio cuenta que ya eran las nueve de la noche, por lo que decidió irse a dormir. Al parecer, ellos llegarían muy tarde ese día, por lo que sólo les dejó un poco de chocolate y unas galletas, para cuando ellos regresaran. Se fue a dormir, pues se sentía completamente exhausto. Ya una vez acostado, se puso a pensar - otro increíble día a sido hoy. Pero, la gran energía que tiene Sara me dejó cansado. Bueno, por lo menos, ahora ya se encuentra feliz, por lo que valió la pena -.
Ya siendo lunes, durante las clases, volvieron a verse y a platicar como siempre. Mientras hablaban, se acercó Mario y René, a preguntarle a Uich por la tarea, mientras Silvia y Rila llamaron a Sara para hablar. Al parecer, a pesar de que no tenían mucho de haber compartido con los demás, ya eran un poco conocidos. Uich se encontraba con Mario y Rene viendo lo de la tarea, cuando se acercó Fernando. Fernando, quien no le caía bien Uich, pretendía poner en ridículo a Uich. Fernando le dijo a Uich - hola compañero -, Uich, - hola Fernando. ¿Necesitas algo? -, Fernando, - la verdad, no. Es que te he traído una muy buena sorpresa. Que te parece si ingresas, para el aniversario, a la carrera de obstáculos con nosotros -, Uich, - no gracias. Nos es por no querer, sino, es que no soy tan bueno en los deporte. Además, ya quede en que voy a ayudar con las decoraciones -, Fernando, - vamos, no tengas miedo. Te seguro que será divertido -, Uich, - sinceramente no creo poder. Pero, te agradezco por tenerme en cuenta -. A Fernando no le agrado que le haya rechazado la propuesta, pero no pensaba rendirse tan fácilmente.