Uilebheist (monstruo)

Invierno IV

Sus ojos completamente dilatados llenos de ojeras y manchas rojizas no dejan de mirar a Feanor este mira la chaqueta de mezclilla negra que le esconde el corazón y este late desesperado. Sus dientes del mismo amarillo que el de las hojas que se rompían con cada pisada, se asomaban dibujando una mueca de demencia.

El pardo de su cabello se mueve violentamente con cada ráfaga de aire que lo golpea, su mente está destrozada al igual que parte de su ropa mostrando una piel que ha pasado varios días sin aseo alguno.

En un parpadeo y con una gran velocidad  una mano robusta cubierta de suciedad toma con fuerza del cuello a Feanor, arremetiéndole contra el suelo ambas manos están ahora en el cuello un jadeo constante por parte de el acompaña el estrangulamiento cortándole cada segundo el paso de aire solo le importa saciar su hambre. Para ser un hombre semidesnudo con claras marcas de estar deshidratado y con inanición, posee una gran fuerza pero algo lo motiva para seguir de pie los jeans se estiran con brutalidad con cada pataleo, las manos de Feanor posadas en los antebrazos del hombre pierden poco a poco agarre los mechones negros le tapan parte de la cara impidiéndole ver donde cayó el hacha.

La única arma que logro conseguir es una rama aun lado suyo, la sostiene sintiendo la dureza y lo áspera que esta es, con la poca energía que tiene se concentra sus ojos pierden visibilidad pero toma coraje con destreza clava media rama en uno de los ojos del hombre logrando soltarle produciendo un grito agonizante, los ojos de Feanor recuperan visibilidad e inhala aire rápidamente al mismo tiempo que trata de ponerse de pie, una de la manos que lo estrangulaba ahora trata de detener un torrente de sangre que escurre por los pómulos sucios de aquel hombre en una escena maquiavélica la sangre que cae en sus manos es degustada por el mismo.

Un brillo sepultado por un puñado de hojas rojizas acompañado por un curruco ve expectante como dos hombres están frente a frente, el más joven se abalanza conectando dos puñetazos en la cara pero ni siquiera con un ojo de ventaja es rival, el viejo lo toma de la cara cubriéndole esta con un palma llena de un color grosella, manchada por sangre sus nudillos conectan una y otra vez en la cara del más joven por su parte el más joven arremete con su rodilla la entre pierna del viejo provocando un gemido.En un momento sus pulgares del el más joven se manchan de rojo, ahora están en los ojos del viejo hundiéndose lentamente provocando una sinfonía de agonía el viejo golpea con fuerza el mentón del el más joven cayendo.

Feanor cansado con un rostro herido, lleno de manchas rojas y sudoroso mira como el hombre se dirige él, tratando de terminar lo que empezó un hacha es liberada de su prisión de hojas  por unas manos robustas estas la sostienen y con una última sonrisa se dirige a Feanor.

—Te tengo— Una voz ajena al sitio sonó

Los cucurros huyen volando rápidamente al escuchar un fuerte estruendo proveniente de una boca de metal, un pedazo de plomo atraviesa la defensa del hombre perforando su cráneo reventándolo haciéndolo caer al suelo y que este parezca un tomate recién aplastado Feanor mira asustado y sorprendido el lugar de donde vino el disparo girando el cuello, a este hombre si lo reconoce…. es el alguacil Ceartas

Muchacho mírate estas muy mal herido necesitamos ir con el medico Leigheas y la enfermera Slàinte—. Ayudándolo a levantarle sujetándolo con cuidado del hombro— ¿Que sucedió Muchacho?

Feanor no podía contestar eso porque ni el lo sabia, abrazo al alguacil Ceartas y rompió en lagrimas.

 




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