Puedo ver toda mi vida frente a mis ojos, pero ya no me arrepiento de nada. El momento de sentirme miserable con mis decisiones ha pasado y es hora de que me haga responsable por mis acciones.
La vida está sobrevalorada y todos le temen a la muerte, pero cuando se está en los últimos minutos de lo que fue una vida sin propósito alguno, te das cuenta de que el miedo es vencido por la expectativa de lo que puedas encontrarte después. Quizá y sea la nada, pero ¿Qué pasa si te encuentras con un inmenso jardín donde puedes reencontrarte con tus seres amados? O tal vez y sea todo lo contrario, ¿Qué pasa si te encuentras con un castigo eterno perfectamente diseñado para ti? Supongo que lo descubriré pronto.
Analizo toda mi vida en busca de acciones buenas y malas que he hecho, pero en realidad es más fácil recordar todo lo malo que he hecho en mi vida. Las decisiones que tomas te definen como persona, pero también influye todo lo que te ha pasado y parte de lo que he vivido me llevó a tomar la decisión de hace unas cuantas horas atrás.
Jamás planeé hacerlo, pero no negaré que hubo varias veces en que lo pensé. Tomar un cuchillo y clavarlo en su garganta o quizás envenenarlo progresivamente y que pueda ver como moría poco a poco, pero la cobardía siempre me ganaba y la sola idea de esos pensamientos me asustaban. Creía que de alguna manera se enteraría de mis pensamientos y me golpearía hasta matarme, irónicamente mi vida acabará de esa manera.
Por un momento mi mente dejó de pensar razonablemente y solo podía pensar en cada golpe que había recibido de su puño, cada cicatriz que tenía en mi cuerpo y cada insulto que había escuchado de su parte. Tuve miedo durante años y hoy no sé qué sucedió. Soporté sus quejas de que la sopa no estaba caliente y que el lugar era asqueroso, pero algo en mí se apagó cuando le escuché llamar a nuestra hija muerta, una basura que estaba feliz de que se haya podido deshacer. Quizá y lo que se había apagado en mi interior haya sido mi humanidad.
Le grité por primera vez en mi vida y la adrenalina del momento bloqueó el dolor de su puño impactando en mi rostro o su zapato golpeando mi estómago. Tomar esa botella de cerveza no fue la mejor decisión de mi vida, y tampoco romperla para poder tomarla del cuello, pero al menos eso permitió que pueda tener la valentía de incrustar el fragmento de la botella de vidrio en el cuello del monstruo.
Por un lado, me convertí en el monstruo que asesiné y por el otro quizá y salvé a otra mujer de conocer al hombre recostado junto a mí en el suelo. No sé como influya eso en mi situación después de la muerte, pero espero que no sea el castigo eterno.
Pude ver al monstruo por primera vez asustado y creo que eso me despertó y me di cuenta de lo que había hecho, pero ya era tarde. Arrancó la botella de mis manos, tomó un cuchillo de la mesa junto a nosotros y en un segundo tenía un cuchillo en mi pecho. Usó las pocas fuerzas que le quedaban mientras se ahogaba en su propia sangre para acabar con mi vida, bueno… no puedo decir que no me lo merecía, pero eso no evita que me haya enfurecido con él.
De seguro mi muerte no tendrá ningún impacto, ya que mi vida tampoco fue importante para la sociedad, pero me iré pensando que al menos me pude llevar a uno de los tantos monstruos que tiene el mundo.
Informe forense
Cuerpo 1
Fecha: 11 de noviembre
Nombre: Sofía Anahí Gonzales Rodríguez.
Edad: 20 años
Tiempo de descomposición: Entre 10 y 11 días
Motivo de fallecimiento: Hemorragia traumática
Cuerpo 2
Fecha: 11 de noviembre
Nombre: José Luis Fernández Gómez.
Edad: 27 años
Tiempo de descomposición: Entre 10 y 11 días
Motivo de fallecimiento: Hemorragia traumática