Último recuerdo

20

Paramos dos veces en el trayecto, aunque es más corto que los otros dos anteriores, al irnos tan rápido no les dió tiempo a ir al baño, así que de la nada, se están meando muchísimo como niños pequeños con vejiga pequeña. En las paradas yo aprovecho para gastar algo de dinero en comida, agua y algunas chorradas innecesarias como un yoyo que valía un euro y tres helados, también chicle y más cosas que ya ni me acuerdo. También he comprado unas linternas, guantes y gafas de sol, las mías las he perdido por alguna parte de este viaje.

Necesito las gafas.

Voy entrando a la ciudad en donde yo se que está la fábrica abandonada ya que mi padre trabajó como abogado para el propietario y conseguió que no le quitaran el terreno. Me llevó con él y me dejó todo el tiempo que estuvimos allí encerrada en el hotel, excepto cuando un día, se despertó feliz y me enseñó el lugar que intentaba conseguir. 

Nada más observar las calles de la extraña ciudad, me da un escalofrío que me recorre la espalda. Mi corazón se acelera y no comprendo la razón hasta que compruebo que no hay nadie paseando, ni coches, ni sonidos de fondo. El silencio me pone los pelos de punto y al segundo se que algo aquí va mal, poníendome alerta. Siento que a mi lado Wind está igual que yo y seguramente Fire ya tenga los ojos puestos en todas partes esperando algún ataque o cualquier cosa que pueda pasar.

Sigo conduciendo con todos los músculos en tensión y aparco en frente de la fábrica abandonada. Nos quedamos unos segundos dentro del coche, sin movernos, mirando a todas partes, comprobando que no hay peligro a la vista. Aunque los tres sabemos que todo esto es muy extraño, nos bajamos del coche y nos dirigimos hacia la puerta de entrada. Estiro mi mano para abrirla de un empujón, pero alguien me detiene y eso me hace ahogar un grito ya que estaba demasiado concentrada mirando a mi alrededor.

-¿Estás segura que esta es la ciudad?- me giro para observar a Fire directamente a los ojos.

-Lo estoy, vine aquí una vez, pero había gente- observo mejor la puerta del edificio- me pone los pelos de punto este lugar y si no hay nadie, cuanto antes comprobemos el sitio, más rápido nos iremos.

-¿Traéis las linternas?- pregunta Wind con la voz temblorosa.

-Todo saldrá bien- él asiente no muy convencido, pero traga saliva y se obliga a tranquilizarse un poco.

Me sudan las mano. Siento la boca seca y los latidos de mi acelerado corazón golpeándome en la cabeza como un martillo. Respiro hondo y los observo a los dos durante unos segundos que se me hacen eternos. No los quiero perder y este lugar tiene toda la pinta de que alguien vaya a salir de una esquina y apuñalarnos en cualquier momento. El pelo despeinado de mi hermano se mueve con el viento y los ojos grises de Wind me observan preparados para cualquier ataque y a la vez preocupados. Me obligo a apartar la mirada de ellos y concentrarme en la puerta que tengo delante.

No puedo echame ahora hacia atrás.

Es de metal, pero está oxidado y con solo tocarlo ya mis dedos se han llenado de suciedad, una mezcla de polvo y óxido de este anaranjado. Apoyo toda mi palma en la enorme puerta y observo la inscripción que hay en lo alto del todo, indicando el nombre de este lugar: Fábrica ICIS

Empujo con desconfianza y esta cede sin mucho esfuerzo de mi parte, provocando un chirrido agudo que hace que mis orejas zumben al percibir el horrible sonido. Saco mi linterna de la mochila y noto como mi hermano y Wind hacen lo mismo. Las encendemos a la vez y lo primero que vemos nos deja sorprendidos e inmóviles en nuestro lugar.

La fábrica está totalmente vacía, sin máquinas ni nada que indique que hace tan solo unos años esto estaba especializado en la fabricación de alguna cosa y en donde muchas personas trabajaban para ganarse algo de dinero. Pero eso no es lo que nos deja paralizados en nuestro sitio sin saber que hacer. En medio del solitario lugar, hay una silla con una persona sentada en ella, atada y desde aquí parece inconsciente. 

Ninguno de los dos chicos hace nada así que la primera en reaccionar soy yo. Avanzo poco a poco hacia el individuo y siento la pesada mirada de los otros antes de que ellos también vuelvan al mundo real y me sigan desde un poco de distancia, pero al mismo ritmo. Intento encontrar mi voz para llamar a la persona inconsciente, pero estoy completamente muda y con los músculos el doble de tensos que antes.

El miedo secuestra tu voz para que no puedas gritar.

Cuando estoy a menos de un metro, extiendo mi mano para así tocarlo, pero por segunda vez en el día, Fire me detiene, preocupado por lo que voy a hacer. Yo lo miro a los ojos, pidiéndole que me suelte con la mirada, que me deje comprobar una corazonada que nace en mi interior en estos momentos. Él niega con la cabeza y sinceramente creo que es el único con dos dedos de frente aquí, ya que si parece una locura tocar a un tipo inconsciente, pero debo hacerlo.

No lo hagas.

Necesito hacerlo.

No.

Creo que es él.

Ni siquiera le ves la cara.

Pero siento que lo es.

Estás loca, ¿es que no ves que todo esto es muy sospechoso?

Necesito recuperar a mi mejor amigo.

Pero no hace falta poner en riesgo nuestras vidas para ello.

Si hace falta.

Me zafo de su agarre después de acabar la discusión metal que acabamos de tener y antes de volver a girarme hacia el hombre, miro a Wind. Este me observa preparado para lo que sea y cuando percibe lo que quiero hacer, asiente, aceptando mi loca idea. Le sonrío agradecida, pero con los pelos de punta, creo que hay alguien que nos observa desde la distancia. 

Wind siempre me apoyará en mis locuras, listo para protegerme. 

No me preocupo de suficiente por las claras señales ya que se supone que el lugar esta vacío. 



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En el texto hay: misterio, amor, amistad

Editado: 09.01.2021

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