La mascara a caído.
Blake
El camino para llegar al lugar donde se daban las peleas estuvo lleno de risas por parte de mis amigos, conversaciones entretenidas de echo intentaron incluirme, pero yo no podía dejar de pensar en como iban a reaccionar cuando me vieran pelear, estaban acostumbrados a ver a un Blake que prefería primero hablar las cosas antes que llegar a los golpes, pero ese Blake ya no estaba, en cuanto pisaba el toldo del ring de boxeo me tenía que olvidar de todo y concentrarme en mi contrincante, aquí era pelear hasta morir o quedar inconsciente, la mayoría de veces era salir muerto.
Bajamos de la camioneta y fuimos directo a la entrada para los peleadores, ninguno dijo nada, cuando no me pidieron que me identificara para entrar, ni que tampoco no entráramos por el entrada principal. Caminamos por el pasillo que da hacia los vestidores de los peleadores, en una puerta hasta el final colgaba una placa con mi nombre Blake la Bestia, así era como me habían nombrado aquí, decían que en cuanto me subía a boxear perdía el control y me convertía en una Bestia, ya que desde que boxeo a todos mis contrincantes los he matado.
Al entrar deje mis cosas en el pequeño sillón que había en la habitación, me deshice de la parte de arriba del conjunto deportivo, y comencé a vendarme las manos para ponerme los guantes de boxeo.
— ¿Tú vas a pelear? — Karina fue la única que se atrevió a hablar.
— En diez minutos. — confirme.
— Pero, tu no eres muy agresivo. — fue el turno de Prien. — bueno últimamente si has sido agresivo, pero no siempre. — el negó con la cabeza en repetidas ocasiones.
— No puedes pelear Blake, eres un niño. — Colton se acerco de mi para tomarme por los hombros y girarme para quedarme frente a el.
— Si puedo y lo voy a hacer. — intente zafarme de su agarre pero no me dejo.
— ¿Te están obligando? — Prien se detuvo delante de mi. — es otro estúpido requisito para ser jefe.
— Blake puedes contarnos lo que sea, no estas solo. — Karina se acerco más al circulo que habíamos echo.
— No me están obligando, lo tengo que hacer. — me volteé para darles la espalda y seguir preparándome para pelear.
— Blake este no eres tu. — Prien continúo intentando hacerme entrar en razón.
— Si, si soy yo Prien, lo que pasa es que ustedes no me habían visto así.
Un golpe en la puerta nos detuvo de la conversación que teníamos.
— Bestia, ¿estas listo? tu contrincante acaba de ganar y todos te están esperando. — uno de los que manejaba las cosas aquí asomo su cabeza para tener visibilidad de la escena.
— Ya casi salgo, solo me falta colocarme los guantes. — le informe.
— Perfecto, comenzaremos las apuestas no tardes. — cerro la puerta cuando salió.
Seguí con lo mío colocándome los guantes, iba a necesitar ayuda para amarrarlos.
— ¿Bestia? ¿O sea que ya has estado aquí? — Colton comenzó con el reclamo, no dije nada y camine en dirección a Karina para pedirle ayuda. — ¡Contéstame Blake! — Colton exploto haciendo que yo también explotara.
— ¡Si ya he estado aquí! ¡Peleo aquí desde antes de ser nombrado el jefe! ¡nadie me obliga, lo hago por que lo necesito! ¡necesito el respeto que me gano peleando aquí! ¡necesito que me teman! ¿y saben qué?, no se los había contado precisamente por que sabia como iban a reaccionar y no quería decepcionarlos, pero si no están dispuestos a aceptar esta parte de mi, es mejor que se vayan ahora, por que este Blake es el que se va a quedar para ahora y siempre.
Ninguno dijo nada, Colton me veía con sus ojos cargados de ira, Karina tenía una mezcla de preocupación, desconcierto y miedo, pero Prien cerro los ojos, tomo aire y alzo su rostro para verme directo a los ojos.
— No puedes salir a pelear sin tener amarrados esos guantes. — Prien se acerco hasta a mi lugar para comenzar a amarrarme los guantes.
— ¿Es enserio que lo vas a apoyar en esto? — Colton espeto furioso.
— Si, si lo voy a hacer, por que le prometimos estar siempre para el, pasara lo que pasara, nosotros no somos unos santos, también hemos matado.
— Pero por que nos tocaba hacerlo.
— No Colton, no nos tocaba fue nuestra decisión venir hasta acá y sabíamos que no veníamos de vacaciones, pudimos habernos quedado pero estamos aquí, y siempre voy a estar de su lado pase lo que pase. — Prien termino de ayudarme y se dio la vuelta para encarar a Colton. — ¿Se te olvido la promesa que le hicimos?, siempre vamos a estar para el, para sostenerlo.
Colton no aparto la vista de Prien, sin embargo Karina soltó aire ruidosamente.
— No te juzgo por que es como juzgarme a mi también, pero no me agrada la idea, así que te apoyo, pero no te veré matarte a golpes con alguien más fuera de asuntos de trabajo, ¿me puedo quedar aquí? — asentí ante su petición, era mucho mejor para mi un peso menos, no quería que me viera así.
— Vamos que te deben estar esperando.
Prien y Colton me siguieron por detrás durante todo el pasillo que daba hasta donde estaba el ring. Comenzaron las presentaciones, y con ello los gritos, las apuestas, los chiflidos, mi contrincante era de mi altura, pero no de mi edad, el rostro reflejaba al rededor de unos treinta años, al verme no pudo disimular su sonrisa de arrogancia e insuficiencia.
— Тебе лучше иди, мальчик, это не место для тебя.
< Es mejor que te vayas niño, este no es lugar para ti.>
Ignore su comentario y me puse en guardia para dar inicio a la pelea.
— Я предупреждал тебя, маленький мальчик.
< Te lo advertí niñito.>
— Закрой свой рот и сразись с идиотом.
< Cierra la boca y pelea imbécil. >
La pelea dio inicio, junto con los ataques, subestimar al enemigo era lo peor que podías hacer, y eso era justo lo que mi contrincante había echo conmigo, no tenía tantos músculos bien desarrollados, pero la rapidez y la agilides con la que me habían entrenado y las técnicas que había adoptado de todos aquellos con los que peleaba me ayudaban para dar golpes certeros.