Una vida por lealtad.
Blake
Estos últimos meses he vivido todas las situaciones difíciles posibles que una persona puede pasar, he perdido amigos, casi pierdo a mi familia, y también he ganado cosas, gane dinero, respeto, poder, me gane el temor de muchos pero nada de eso me servía ahora que tenia frente a mi a la rubia de ojos azules, a la primera chica que no temía hablarle, la chica que ayudo para salvar la vida de mi hermana, pero con el costo de la vida de su padre.
Se perfectamente el dolor que sientes al perder a un padre, yo perdí a ambos cuando era un niño y había sido traumático, doloroso, una carga, una culpa que todos los días me carcomía pensando que yo había sido la causa de su muerte, si tenía recuerdos con ellos, pero no muchos, sabia que me querían, que me amaban, si para mi que no los pude tener la mayor parte de mi vida había sido difícil asimilar su muerte, acoplarme a estar sin ellos. No tengo idea de como será el dolor de Alisa en estos momentos que tuvo casi una vida con su padre.
Alisa se encontraba en mi habitación dándome la espalda desde que entro no me a dirigido la palabra, solo pasea su vista por toda la habitación evitando verme, necesitaba que hablara que sacara su dolor.
— ¿Te quieres sentar? — hable por primera vez intentado entablar conversación, ella negó y siguió en su posición. — ¿todo bien durante el viaje? — solo asintió.
Espere unos minutos más para volver a intentar hablar con ella.
— ¿Quieres algo de comer? — volvió a negar, por que son tan difíciles las mujeres. — ¡por dios Alisa habla conmigo! estoy intentando acercarme a ti, pero no me dejas y no se como hacer esto. — intente levantarme de la cama para ir hasta su lugar, pero un mareo me detuvo, Alisa corrió hasta mi lugar para ayudarme a sentar. — por favor habla conmigo, se que me odias, que tal vez me quisieras matar, pero háblame.
— Basta, no sigas por favor. — su voz era apenas un susurro. — de verdad que quisiera odiarte, pero no puedo. — se sentó a mi lado en la cama, aún no me observaba, esquivaba mi mirada.
— ¿No me odias?
— No Blake, quisiera pero no puedo.
— ¿Por qué no?
— Algunas personas estarían contentas de saber que no se les tiene odio. — quise reír por su intento de chiste pero ni ganas tenia. — mi padre por un tiempo estuvo en tu lugar, fue el jefe de la mafia rusa, desde ese momento supe que la vida de mi padre correría riesgos inmensos, sabes la historia de como paso, ¿cierto?
— Mis padres lo dejaron a cargo, todo iba bien hasta que comenzaron a revelarse, los ataques de Loui y los irlandeses. — ella asintió ante mi respuesta.
— Se gano enemigos a los cuales ahora tu los tienes como aliados, antes de mi compromiso con Alek, no sabes lo difícil que fue verlo salir de la mansión y tener el temor de que ese día haya sido el ultimo en que viera a mi padre. — por primera vez desde que llego su vista se dirigió a mi, podía ver las lagrimas acumularse en esos ojos azules tan lastimados y cansados. — Todo el tiempo le decía cuanto lo quería, Feddei no se permitía revelar sentimientos, pero cuando tenia miedo se despedía de mi. — cerro sus ojos con fuerza reprimiendo las lagrimas lo cual no logro ya que unas lagrimas rodaron por sus mejillas. — todas sus despedidas se habían sentido vacías al principio pensaba que era por que no me quería, tiempo después el regresaba y todo era igual que antes, hasta que otro problema que amenazaba lo hacia repetir sus despedidas. — tomo aire como si eso la fuera ayudar para continuar. — pero esta vez, cuando me llamo. — cerro sus labios apretándolos con fuerza para terminar de hablar. — ayer cuando me llamo en la tarde para hablar conmigo como cuando yo era niña, se sintió como si el tiempo no hubiera pasado.
Pude sentir su dolor, a pesar de que ambos aparentaban no tener sentimientos por el otro pude ver como Alisa estaba luchando para que las lagrimas no la dominaran, en un impulso la tome entre mis brazos y la abrace.
— El me llamo por mi apodo de pequeña. — sollozo en mis brazos. — me pidió que le contara mi día omitiendo los problemas, se preocupo por mi, me dijo cuanto me quería, que necesitaba que fuera fuerte, el no quería que yo me casara con Alek, dijo que quería que yo fuera feliz. — sentí su pecho golpear el mío, las lagrimas no dejaban que hablara bien. — mi padre quería que yo fuera feliz, que me cuidara sus ultimas palabras fueron: "no tuvimos el tiempo suficiente hija, me sentía tan solo y vacío, no se que cosa buena hice en esta vida, pero tu eras lo que yo necesitaba, mi niña, mi hija jamás voy a dejar de cuidarte y protegerte, tendremos tiempo de sobra después." — sus palabras estaban cargadas llenas de dolor, sentí el nudo en mi garganta al escucharla. — le pedí que regresara conmigo, no aceptaba su despedida, lo amaba, lo quería, le pedí que hiciera todo pero que no me dejara. — Alisa no paraba de llorar, me sentía la peor persona del mundo por haberle arrebato su padre. — Pero el no va a regresar, no voy a volver a ver a mi padre, se me fue Blake, mi padre se fue de mi lado, y yo no hice nada por que se quedara.
Deje que llorara en mi pecho, que descargara su dolor conmigo, ella continuo llorando aproximadamente una hora, no le pregunte nada, ni le exigí que se quitara, la entendía a la perfección, ver tan frágil a Alisa me recordó la promesa que le hice a Feddei, yo cuidaría de su hija, así me cueste la vida yo la protegería, indirectamente el se estaba despidiendo de mi, Feddei entro a ese lugar sabiendo que no iba a salir, por eso hablo con mis amigos, por eso me pidió elegir gente de mi confianza para este momento.
Dicen que las personas pueden sentir su muerte, y Feddei me lo comprobó al despedirse de todos.
— Esta vez su despedida se sintió real, su despedida hizo que mi corazón se encogiera, ahora se que el no va a regresar, no lo volveré a ver. — Alisa hablo después de un tiempo ya más tranquila, aun con la voz rota. — no quiero que sea real no quiero perder a mi padre.