Un Amor De Chocolate

No Soporto Más

ANTHONY

Me encontraba sentado en el sillón junto a Gabriel en sus brazos, respirando entrecortado debido a los intensos nervios. Apoyaba mi cabeza sobre su hombro, mientras miraba a mi bebe reír en su cuna acostado jugando, pataleando y manoteando en el aire.

Lloraba con sentimiento intenso, no entendía cómo mi propio padre me hizo aquello. Después de todo lo que mi papá pasó, debería entenderme mejor que nadie en vez de torturarme así.

Gabriel me acariciaba con suavidad intensa esperando pacientemente a que empiece a hablar. Lo abrazaba con tanta fuerza que sentí cómo se quejaba cada tanto, aunque no hacía intento alguno por alejarse de mí.

Cuando me dispuse a hablar afloje el abrazo, porque ya no quería lastimarlo solo amarlo.

Sin despegar la mirada de mi bebe empecé a hablar.

- Durante los tres primeros meses estuve en una casa a las afueras de la ciudad tranquilo. Pude pensar en detalle sobre todo lo que me contaste Gabriel, y supe que en verdad me amas. Que Mefis te alejó de mí y que fuí un idiota por dudar de tí.

- Mi vida, me duele estar lejos de tí.
- Gabriel - me incorporé para mirarlo a los ojos sintiendo cómo las lágrimas hunedecían mis ojos - Pasados los tres meses estaba dispuesto a volver a tus brazos, porque ya no tenía duda alguna sobre tu amor por mí.

- ¿Qué pasó entonces? Anthony...mi vida...
- Pero mi papá llegó en esos momentos junto con Orfen - comenzaba a dejarme llevar por la desesperación - No se cómo me encontraron, pero la verdad es que lo hicieron.

-¿Qué? ¿Liam te encontró? 
- Si - las imágenes de lo padecido los siguientes nueve meses regresaban a mi mente alterándome a más no poder - Por dios Gabriel ¿cómo pudieron hacerme eso? ¿Qué les hice yo?

Me aferré a él para llorar, ya que me desesperaba revivir aquello de nuevo. Mi bebe era tan sensible que comenzó a llorar también ya que podía percibir mi intenso dolor.

- Mi vida tranquilo, tu dolor daña al bebe. Está llorando contigo ahora.
- Perdón - como pude me contuve y nuestro bebe se calmó también sorprendiendome - Es que ellos llegaron y me...me sujetaron con fuerza para llevarme a su mansión donde me tuvieron prisionero por nueve meses.

-¿Cómo dices Anthony?
- Me sujeraron y me secuestraron Gabriel, me encerraron en su mansión donde mi padre me...me...inyectaba drogas para....para ayudarme según él.

- ¿Ayudarte? ¿Ayudarte cómo?
- A aceptarlo de nuevo en mi vida. Él es psiquiatra y sabe qué drogas usar para modificar las mentes y emociones.

-¿Me estás diciendo que durante nueve meses estuviste incomunicado? ¿Que Liam Archer junto a Orfen Von Fisher te mantuvieron secuestrado?
- Y me torturaban continuamente Gabriel, por dios mi amor ayúdame.

-¿Te liberaron?
- Con una condición
- ¿Con cuál? 
- Que regrese con ellos y los haga participe de la vida de nuestro bebe.

Lo sé, no tenía sentido pero así sucedieron las cosas. Todos sentían placer intenso por encerrarme y atarme. Hasta mi propio padre anhelaba hacerme eso continuamente.

- Pero eso no tiene sentido. Liam bien puede formar parte de tu vida y de la de su nieto. No era necesario que te hicera eso Anthony.

- Lo se, pero él no lo pensaba así. 
-¿Y tienes que volver a su casa?
- Si, dios mío si.

- No pasará eso. Después de todo eres mi esposo. Te protegeré mi amor.
- ¿En serio?
- Deberías confiar en mí
- Confío en tí mi amor.

Me sentía subitamente relajado, al fin podía dejar de llorar. Sentir el amor de mi esposo y su incondicional protección era el paraíso para mí.

- Gabriel - él me secaba las lágrimas con intenso amor y suavidad - No soporto ser encerrado, no puedo resistir que sigan atandome.

- Eso no volverá a pasar mi vida. Ahora dime ¿deseas a tu padre en tu vida?
- Si, es mi papá. Lo quiero pero...como alguien normal. 
- En ese caso así será. Calmate.

Cerré mis ojos con placer al tiempo que el cansancio empezaba a invadirme. 
- A partir de este instnte te juro que me aseguraré de que solo seas felíz. Te amo Anthony.
- Y yo te amo más Gabriel, mucho más.

Me dormí en sus brazos en ese momento sin sentir nada más. Era la primera vez, después de más de un año, que podía dormir sin pesadillas. Pude sentir cómo Gabriel colocaba a nuestro bebe sobre de mi pecho.

Lo abracé y así nos dormimos los dos, sintiendo a Gabriel abrazarnos con amor, mientras que el fuego de la chimenea nos envolvía. 
 




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