Capítulo 3 - NUEVA OPORTUNIDAD

NUEVA OPORTUNIDAD

—Yo… —intenta decirme algo.

Se queda callada y mi mundo se para, estoy nervioso, no sé lo que me va a decir. Por favor que sea algo bueno, por favor. Lo segundos pasan y sigue callada haciéndome querer morirme allí mismo.

Como me diga que no, no sé que voy a hacer. Necesito que esté a mi lado, sentirla cerca, no soporto la idea de tenerla lejos. Es como si una parte de mí se la hubiera llevado cuando se fue. Mi corazón siempre será de ella.

—Yo… —vuelve a intentar hablar—. Lo siento Blas —se disculpa—, pero necesito tiempo. Tiempo para pensar en lo que acaba de pasar, en el beso, en lo que he sentido —intenta organizar sus ideas.

—Entonces quieres decir que se ha acabado —digo cabizbajo—, que no hay solución, que ya está —intento que no se me quiebre la voz.

—No lo sé Blas —me dice insegura—, no lo sé. Te quiero pero… esto es demasiado ahora para mí —se explica—. Además pasó aquello y tengo muchas dudas y… —no puede seguir hablando.

—Yo también te quiero —le digo sincero—. Siento tanto lo que ha pasado… siento haberte hecho daño —acaricio su mejilla—. Déjame remediarlo por favor —pido.

—Está bien —me responde resignada porque sabe que soy muy cabezón—. Te daré otra oportunidad —me dice y sonrío instintivamente—. Pero —me recalca para que no me ilusione—, ahora necesito tiempo para mí y vas a tener que currártelo mucho —me señala con el dedo.

—Está bien, sí, cualquier cosa —digo ilusionado por la oportunidad.

—Ahora me tengo que ir —me dice separándose de mí—, mis amigas me están esperando —señala al grupo de chicas que están esperando en la entrada.

—Espera —digo sorprendido— ¿Te vas a quedar aquí? —pregunto.

—Sí —afirma—, voy a venirme a vivir aquí a Madrid —me dice.

—¿En serio? —digo eufórico por lo cerca que va a estar.

—Sí, pero me tengo que ir —me dice comenzando a alejarse de mí.

—No olvides que te quiero —digo a su espalda y María se gira para mirarme y se le escapa una sonrisa débil.

Se va sin responderme pero con esa sonrisa me da una leve esperanza de que se puedan arreglar las cosas. La quiero tanto… Pero sé que ella no quiere estar conmigo, al menos por ahora. Cuando sepa lo que pasó puede que cambie de opinión. Mientras tanto tengo que esperar por mucho que me duela.

Tengo una oportunidad ahora y no pienso desaprovecharla. No puedo cagarla de nuevo. Necesito hablar con los chicos y que me aconsejen. Tengo que elaborar un plan que me ayude a conquistar de nuevo a María y sobre todo que me perdone. Demostrarle todo lo que la quiero y que no volveré a hacerle más daño.

Tuve que decirle a Blas que necesitaba tiempo, no tenia las ideas claras y tenía que pensar, aún así le quiero y me gustaría volver a confiar en él. Quiero volver a sentirme segura con él y que me demuestre que las cosas han cambiado.

Pero estoy muy confusa lo que me provoca que llore. Me siento frustrada, quiero estar con él, besarle y abrazarle, pero a la vez tengo tantas dudas… Que no sé si darle una oportunidad será lo mejor para mí. Necesito hablar con las chicas y que me aconsejen lo que creen que es lo mejor.

Voy hasta la salida pero ya no están ahí. Leo un mensaje en el móvil y me dicen que están esperando en el coche que han alquilado. Salgo y me vuelvo a chocar de nuevo.

—Lo siento mucho —me disculpo y alzo la mirada— ¿Álvaro? —digo sorprendida.

—María —dice sorprendida y sonriendo—. Cuánto tiempo —me abraza a modo de saludo— ¿Cómo estás? —me pregunta al separarnos.

—Mucho mejor —respondo sonriendo ya que me alegro de verle— ¿Y tú? —pregunto interesada.

—Me va genial —me responde.

—Me alegro mucho de haberte visto —digo sincera.

—Y a mí, ¿te vas a quedar aquí en Madrid? —me pregunta—. Es por si te apetece quedar mañana —me invita a salir.

—Sí, he venido a vivir a Madrid —le digo—. Me encantaría quedar mañana —acepto su invitación— ¿Llámame vale? Ahora tengo que irme, me están esperando –le digo.

—Me parece bien, esta tarde te llamo —me sonríe.

Nos damos un abrazo de despedida y me marcho en busca del coche. Verle me ha hecho sonreír y me ha alegrado el día, olvidándome por completo por el mal trago que he pasado hace unos minutos con Blas.