Un Amor En Navidad

capítulo 18

La joven la observaba. ¿No podía culparla? No. Shay no había visto el cambio operado en ella, no tenía modo de tener certeza de que esa nueva actitud fuera verdadera.

-Además tenía miedo –continuo Shay.

-¿Miedo de que?

-De que me rechazara. De que aceptara solo a mi madre. Por lo que ella me decía jamás me nombrabas.

-Porque sentía vergüenza y culpa por lo que te había hecho. Por eso evitaba hablar de ti -se apresuró aclarar ella.

Se miraron en silencio durante un rato.

-¿Por qué no me lo dijiste la noche en que vine a buscarte?

-Primero por la sorpresa de verte. Segundo quise probar si tu cambio era real…por eso te hable de esa manera. Y solo conseguí que te marchara.

-Me llamaste al día siguiente y me pediste que cenara contigo. Tampoco esa noche me dijiste la verdad.

-Iba hacerlo…pero te bese y cambie de idea.

-No te entiendo.

Shay se levantó y comenzó a pasearse por la sala.

-Desde que te conocí te quise. Era una niña triste y confundida que necesitaba amor y me prometí que yo te lo daría. Creciste, y poco a poco te iba convirtiendo en una preciosa mujercita. Mis sentimientos también se transformaron y empecé a verte con ojos de mujer. Pero me despreciabas. Me dije que si lograba ganarme tu amistad podría conquistarte poco a poco. Me dolía tu desprecios, me dolía verte con otros chicos, por eso te saque de esa fiesta, porque no soporte ver que otro te besaba. Cuando… paso lo de aquella noche, la noche del arresto, me dije que tu odio por mí era real y que tu sentimiento hacia mí nunca cambiaria. Y aunque mi madre insistió en que si volvía tendría una oportunidad, tuve miedo.

-¿Tu madre sabia…?

-Sí, ella conocía mi sentimiento por ti. Ella lo supo siempre. Me aconsejaba volver y tratar de conocerte, de acercarme a ti… pero fui una cobarde. Además, yo me decía contantemente que los años transcurridos sin vernos habían terminado con lo que sentía por ti. Pero todo cambio cuando me buscaste. Estaba tan hermosa que sentí renacer lo que había experimentado en el pasado, solo que con más fuerzas. La primera noche quede capturada por tu belleza y valentía. Cuando te marchaste me dije que mantener la distancia era lo mejor, pero esa noche no pude dormir pensando en ti. Tenía que volver a verte, por eso te invite a cenar. Esa segunda noche te bese y supe que tenía que buscar la oportunidad de conquistarte; ese beso fue magnifico para mí y sospeche que para ti también. Tú me ofrecías la disculpa perfecta: quería que volviera a ver a mi madre y eso me daba ocasión de acercarme a ti para conocerte, para dejar que me conociera, que todo se diera naturalmente entre nosotras.

-Y si te decía que ya estaba en contacto con Lucy, pretexto no serviría y todo se vendría abajo pues lo más seguro era que yo me alejara de ti -concluyo ella.

-Así es – dijo ella –al día siguiente, muy temprano llame a mi madre y le hable de mi plan: fingir que regresaba y entrar en tu vida. Ella se molestó, no estaba de acuerdo en que te mintiera, le jure que te diría la verdad en cuanto me dejaras ser tu amiga. Parece que mi planes se fueron al demonio, aunque yo presentía que mis sentimiento eran correspondidos por la forma en la que reaccionabas a mis besos llegue a pensar que… sentía algo por mí.

Hubo un momento de silencio. Emily estaba asimilando lo que ella le había dicho. ¿Podría ser posible que Shay sintiera algo por ella? ¿Qué quizá con el tiempo…?

-Hasta parecía que el destino estaba de mi lado: tu padre no pudo ir al picnic y mi madre decidió quedarse con el –dijo Shay ante de sentarse junto a ella nuevamente -pero te juro que mi intenciones no eran hacerte el amor. Solo quería conversar contigo, conocerte más y hacer que me conociera. De nuevo te bese, y no pude resistirme y tú tampoco.

Emily se sonrojo ante el recuerdo.

-No quería forzar ninguna situación, mi amor, te lo juro. Pero cuando estoy contigo no puedo hacer nada lógico. Lo mismo sucedió la noche. Cuando Marta nos dijo que no bajarías a y me preocupe. Mi intención era ver que estuviera bien, pero verte allí, en la cama… fue demasiado para mí.

La voz de Shay era grave y sensual. Los recuerdos que traía a su mente la estaban haciendo temblar.

-Pero parece que solo he empeorado las cosas. Ahora sí que me odias. Te arrepientes de haber hecho el amor conmigo y encima piensa que aquello fue parte de una retorcida venganza –dijo ella con desanimo.

Emily se sintió desolada. Ella había malinterpretado todo. Su absurdo miedo a sus sentimientos la había hecho ver lo que no era, la había hecho desconfiar de una mujer que siempre había mostrado lo mejor de sí. ¡Que tonta!

-Shay…

-Shhh, no diga nada –dijo ella mirando con ternura y poniendo un dedo sobre sus labios –es mejor así. Solo quiero que sepas, que por más increíble que te parezca, Te Amo. Te he amado siempre, a pesar de que tú me odias, a pesar de que pienses lo peor de mí. Reconozco que no actué de manera correcta ocultarte la verdad y que fui demasiada rápida movida por esta pasión que hace surgir en mí. Pero puedo jurarte que todo lo hice por amor.




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