Me puse a pensar, que había pasado por su mente cuando me escribió aquella carta, él me había caído como un ángel en ese instante, el primer día que llegue a este pueblo estaba cansada, quise pedir ayuda y todo me resulto mal, pero él se me acerco, se preocupó por mi y nadie nunca lo había hecho antes, ademas se había tomado la molestia de mandarme una carta, aunque por el momento no he podido descifrar que idioma es, no me importo y la guarde en un cofre, para atesorarla por siempre, era mi primera carta que yo recibía y eso ya no lo hace cualquiera ya no es muy comun, hoy en día con que te manden un emoji y una abreviación de la palabra te quiero, les basta y les sobra, ya no valoran el amor a la antigua como lo suelen llamar, en donde todo era más romanticismo, sin necesidad de ser cursis y empalagosos, pero no hacerlo con el proposito de llevar a la mujer a la cama, solo endulsarle el oido para tener una noche de sexo y luego dejarla por otra mejor según los pensamiento de algunos hombres, pero mi carta me demostraba que todavía hay esperanza, que hayan verdaderos actos de amor de parte de las dos personas por que una relación es de dos no solo de uno.
Tenia ya tres día de pasar encerrada en mi cuarto, no quería toparme con esa bestia de nuevo le tenia miedo, temor de que un día me llegase a matar de tantos golpes que me probocaba y el abuso que me impartía era demasiado.
Lo único que he hecho, es dejar que la mujer que cocina me lleve a escondida el alimento, por que no me quería morir y menos de hambre. No me sentía tan mal, solo que un tanto aburrida, quería recorrer el pueblo y saber que misterios mas esconde y desde luego quería encontrarme con esos ojos que tanto me habían gustado y anhelaba un encuentro con él.
Tome en mis manos el pequeño cofre de madera, en donde había guardado la carta, la mire unas cien veces mas de las que ya lo había hecho, me llamaba bastante la atención, de que ¿por que me la había escrito en otro idioma? ¿Será que me esta provondo? No lo sabia, pero de una u otra forma la iba a descifrar, me pensaba quedar con los brazos cruzados. Pero para hacer eso tenia que salir de mi encierro de estas cuatro paredes, no me sentía lista todavía pero creo que tengo que empezar a ser mas fuertes, no puedo dejar que esto me siga marcado mi vida.
Me puse en pie, me coloque unos pantalones largos y algo flojos, una blusa ajustada al cuerpo y de inmediato me dispuse de un suéter para cubrirme un poco y desde luego me plate mis zapatitos bajos que tanto me gustan, eran suaves y bastante cómodos. Cogí un par de libros de historia y lenguajes para ver si podía descifrar que era lo que decía, no me esperaba que fuera una carta romántica, repleta de amor y poesía, me daba la impresión de que era un tanto mas sencilla, pero quería saber que decía. Me dirigí hacia la puerta para salir de la mansión, iba a buscar un lugar tranquilo sin interrupciones en donde pudiera concentrarme en la carta. Salí de la mansión y nadie se percató de mi presencia en ese instante agradecí ser invisible antes los ojos de mi madre.
Me encontraba caminando por la calle, pocos vehículos pasaban y todo era muy tranquilo, la gente era bastante educada me saludaba con una sonrisa en el rostro y me deseaban buen día sin siquiera conocerme, me le acerque a un señor que se encontraba con un pequeño carrito que vendia jugos naturales y le pregunte que tipo de refresco naturales vendía y le compre el más acido que tenia, no quería algo dulce estaba harta de que todos siempre beban el mas dulce así que yo iva a beber el mas asiduo que tenia que era el limonada y para serles sincera estaba muy rico, le agradecí amablemente y le pregunte que si conocía un lugar tranquilo y calido en donde podría sentarme a leer sin ningún tipo de interrupciones , me sonrió y me indico hacia donde bebía irme pero antes me detuvo y ahora el fue él que me hizo una pregunta.
--¿De casualidad, usted es familiar de los Cortez? --Su voz era muy amable aunque no le entendí para nada su pregunta.
--¿Disculpeme, pero no comprendo? --Y en ese instante mi seño se frunsio y el de él igual.
--Disculpeme si fui atrevido señorita, solo me inquieto un poco que me dijera que iba a leer, pues en este pueblo solo los hombres leen. --<<¿Que..?>>
--Pero recordé que las mujeres Cortez eran las únicas en leer y desaparecieron hace muchos años.
No podía creer lo que me estaba diciendo, ¿Estaría jugando con migo? ¿Será una broma de mal gusto?
No lo sabia, pero no me iba a quedar callado con semejante disparate que salia de su boca, las mujeres podían leer y hacer lo mismo que los hombres era el siglo XXl no el siglo XVl en donde ni se les permitía mirar a su marido a los ojos.
--No quiero sonar atrevida, pero ¿Usted esta consiente de lo que me acaba de desir? Por si no lo ha notado, las reglas y las costumbres han cambiado mucho los últimos años y si usted no lo ha notado, déjeme decirle con todo respeto que se merece por ser un señor de la tercera edad, que debería leer ó ver noticias de que las mujeres pueden hacer todo los que ellas desean, incluso leer y trabajar sin depender de un hombre.