Por supuesto, aquí está el texto con correcciones en ortografía y redacción:
Nunca había visto a mi amigo tan destrozado como en ese momento. Cuando me abrieron la puerta, esperaba que me recibiera cualquiera menos él. Sabía que, si estaba herido, no querría ver a nadie. Sin embargo, me equivoqué una vez más. Cuando me abrió la puerta, vi en sus ojos la furia y la tristeza que lo rodeaban; era evidente que le habían roto el corazón. Nada me dolió más que verlo así. Aunque la infidelidad de su ex no fue una sorpresa para nadie, el hecho de que quien creía que lo amaba lo había traicionado de nuevo demostró que a veces las segundas oportunidades son un error en una relación. Desde mi perspectiva, él ya no confiaba en nadie en términos amorosos; la desdicha puede llegar en el momento más feliz de tu vida, y eso fue lo que le ocurrió a él.
—Hola, amigo, ¿cómo estás? —dije mientras entraba a su sala de estar—. Quise venir a verte antes, pero algo dentro de mí me decía que debía dejarte solo y darte el tiempo necesario para recuperarte de los eventos del baile.
—Creo que no estoy mejor que tú —respondió con voz áspera—. Y sí, gracias por darme mi tiempo. Sin embargo, ahora no quiero ver a nadie, y eso incluye a ti.
—Pero, Luc, cálmate. Yo no fui quien te engañó. Con quien deberías estar así es con Amy, tu querida ex —dije, enfadada, sin comprender por qué me trataba de esa manera, aunque sabía que mi comentario era hiriente.
—Mira, Arianne, Amy puede ser una maldita perra, pero ella nunca me obligaría a enfrentar a alguien cuando no estoy listo. Tú, en cambio, decidiste venir aquí sin pensar en cómo me sentiría. Pensé que eras mi amiga, pero parece que te importa más tu propio consuelo que mi dolor.
—¿Qué estás diciendo, Luc? Solo quise venir a ofrecerte apoyo. Pensé que eso era lo que los amigos hacen en momentos como este. ¿De verdad crees que estaba buscando el momento perfecto para molestarte?
—No es solo eso, Ari. Es que, en todo este tiempo, siempre he tenido que lidiar con tus expectativas de que todo en mi vida sea perfecto y bajo control. Y ahora, cuando todo se desmorona, vienes a mí con una actitud de "aquí estoy para salvar el día", cuando en realidad me siento traicionado no solo por Amy, sino también por ti, que no te das cuenta de cómo tus acciones afectan a los demás.
—¿De verdad piensas que esto se trata de mí? —dije, sintiendo cómo la rabia y la tristeza se entrelazaban en mi voz—. Pensé que venir a verte te ayudaría, pero parece que solo empeoré las cosas. Si lo que necesitas es estar solo, lo entenderé, pero no puedo soportar que me acuses de no entender tu dolor. Solo quise estar allí para ti.
—No es solo eso, Arianne. Es que, desde que comenzó toda esta situación, he sentido que no puedo confiar en nadie. Lo que tú ves como apoyo, yo lo siento como si mi espacio estuviera siendo invadido, en un momento en el que quiero desquitarme con el mundo. Siempre he tratado de ser bueno con todos y de esforzarme en una relación, y así es como me pagan. Simplemente no es justo. No estoy preparado para enfrentar todo, ni siquiera para enfrentar tus intentos de consuelo.
—Mira, Luc, entiendo que estés herido y frustrado. Estoy aquí para ti porque te aprecio como amigo. Y si eso no es lo que necesitas en este momento, lo respeto. Pero no puedo quedarme aquí escuchando que me acusas de actuar con egoísmo cuando solo intentaba ser un buen amigo.
—Tienes razón, tal vez estoy desbordado y no estoy manejando bien la situación —dijo, su voz perdiendo intensidad—. Solo… solo necesito un poco de tiempo. No puedo seguir hablando así, ni contigo ni con nadie. Mi mundo se está desmoronando y no sé cómo reconstruirlo.
—Lo siento, Luc —dije, sintiendo una punzada de dolor por sus palabras—. No era mi intención agregar más presión a lo que ya estás pasando. Me voy. Pero, por favor, cuando estés listo para hablar, aquí estaré.
—Gracias por entender —murmuró, mientras la puerta se cerraba detrás de mí.
Cuando salí de allí, me sentía deshecha. Tenía un nudo en la garganta y el dolor en el pecho me resultaba casi insoportable. Esa había sido una de las peleas más difíciles que había tenido, y el hecho de que me llamara por mi nombre completo solo profundizaba la herida. Desde que comenzó nuestra amistad, siempre me había llamado “Ari”, y ahora me daba cuenta de que, en su estado de desesperación, había perdido la razón y su forma de ver las cosas.
Me retiré de su casa sintiendo una mezcla de culpa y tristeza. Mi intención de ayudar había resultado en una discusión dolorosa. Sabía que Luc necesitaba tiempo y espacio para sanar, y si eso significaba que tenía que mantenerme al margen, lo haría. Pero el peso de la responsabilidad y el dolor por no poder ayudarlo como deseaba me hicieron sentir aún más desolada.
Cuando llegué al palacio, me encerré en mi habitación, buscando refugio en la soledad. No quería ver a nadie, ni siquiera a mi familia. Sentía que había fallado en mi intento de apoyo y que la culpa por la discusión con Luc se sumaba a los problemas que ya enfrentaba. A veces no entendía cómo pequeñas acciones pueden cambiar la actitud de las personas. Si algo tenía razón Luc, era que, sin importar qué tan buena persona fueras, al final te pagan mal. Creo que ese es el riesgo de amar: volverte vulnerable frente a quien te interesa o a quien quieres, arriesgándote a que te rompan el corazón y te desangres internamente, quedándote con una herida que costará tiempo sanar, como fue el caso de Luc.
Y es que, tanto era el tiempo que tenía para pensar debido a los sentimientos encontrados, que también traté de ponerme en el lugar de Luc. Me di cuenta de que tal vez él no solo estaba así por el engaño, sino también por la posibilidad de sentirse juzgado. A él nunca le ha gustado la hipocresía y mucho menos que su vida privada esté en boca de todos. Ahora, se enfrentaba a una situación inevitable, aunque él no hubiera hecho nada para merecerlo. Conociendo a la gente, ya estaría hablando de lo sucedido en el baile. Aunque quien quedaría mal sería Amy y Luc quedaría como la víctima, también existía la posibilidad de que cruzaran las versiones y lo pintaran como el malo de la historia. Además, no importaría cómo se manejara la situación, sus problemas estarían en boca del reino, y más uno tan personal como el que enfrentaba en aquel momento. Era horrible cómo las personas que te rodean, como lobos esperando la oportunidad perfecta para verte caer, hablaban mal de ti a tus espaldas, aprovechándose de tu dolor o desesperación para su beneficio. Sin embargo, lo que más duele es que lo hagan a tus espaldas, ya que en la cara son capaces de sonreírte y hablarte con bondad. Eso es lo más feo y suele pasar, sobre todo cuando eres una persona importante o influyente, como Luc, o como mi familia y yo. Solo esperaba que la fortaleza de mi amigo fuera más fuerte que la situación y que tratara de demostrar no solo a los demás, sino a él mismo, que aunque lo intenten derrumbar, siempre estará listo para levantarse con la cabeza en alto. Pero bueno, esto sería algo que tendríamos que dejar para más adelante, pues lo que me esperaba para el día siguiente no se comparaba con lo que estaba sucediendo ahora.