Un Amor Para Navidad (1)

CAPÍTULO 3

OLIVER GRANT

Hoy es 17 de diciembre, hace una semana llegué de mi viaje por Europa y ha pasado tiempo no veo a mi hermano. Lo llamé y hablamos por un largo rato, cuando estábamos por finalizar la llamada decidió invitarme a la cena de navidad este año y yo acepté con el fin de compartir con mi hermano, conocer a su familia.

 

Cuando llegué del viaje Brittany mi secretaria me pidió este día libre y yo acepté dárselo ya que es madre cabeza de familia y necesitaba adelantar las compras navideñas. Aproveche Y le pedí su opinión sobre que debía comprarle a mi sobrina para navidad y ella me habló sobre un unicornio. Lo que no sabía era que hoy estaría en este Mall Center rodeado de mucha gente buscando un unicornio.

 

Miro hacia arriba y veo el unicornio en un estante, me acerco y lo tomo. Cuando lo tomó veo a una chica de más o menos 1.60 metros de altura, tenía el cabello como Madison Pettis la niña de Entrenando a papá. Sus ojos son verdes con algunos tonos amarillos y grises que no puedes parar de ver y tiene una hermosa sonrisa. Me observa de arriba abajo.

 

—Wow, tanta belleza en un solo ser debería de ser considerado como un delito —dice, pero enseguida se da cuenta de que no solo lo pensó, sino que lo dijo en voz alta. Su rostro se vuelve un poema.

 

—Gracias, no eres la primera que me lo dice —contesté irritado por todo el maldito tiempo que he gastado aquí.

 

—Oye Gracias por alcanzarlo —me dice señalando el unicornio y queriendo dejar atrás lo que acababa de decir, pero lo único que hago es reírme a carcajadas de ella ya que creyó que lo alcancé para ella, pero mi intención no era hacerla sentir mal.

 

—¿De qué te ríes? —me pregunta desconcertada y mirando a su alrededor.

 

—Oye, para de reírte y contesta —me dice de mal humor, opto por dejar de reírme y le contesto.

 

—Vamos a aclarar algunas cosas —le dije—: Primero, me estoy riendo de ti. Segundo, el unicornio no lo alcancé para ti, lo hice para mí. Y por último eres muy hermosa pero aun así no te lo daré —se queda observándome con la boca abierta y con su rostro totalmente rojo. Doy la vuelta para emprender mi camino, de un momento a otro siento que alguien me va cayendo encima, caigo llevándome algunos estantes conmigo. Luego llega un guarda de seguridad y se lleva a la chica.

 

Unos días después voy a un restaurante con mi asistente, mi abogado y unos socios nuevos a firmar un contrato. Antes de pedir nuestra orden veo entrar a una chica muy bella con un vestido levemente ajustado y muchos mechones de cabellos en el rostro. Se veía hermosa y me hizo recordar al desastre andante del Mall Center.

 

Después de firmar el contrato pedimos nuestra comida, la cual estaba muy deliciosa, por cierto. Cuando íbamos a hacer el brindis por este nuevo trato y los que vendrán, empecé a sentir cólicos abdominales y muchas ganas de ir al baño. Me acerqué a Ryan y le dije que ya volvería. Me levanto de mi asiento y las ganas de ir al baño se hacen cada vez más fuertes, así que acelero el paso y aprieto mi trasero porque no creo poder aguantar más. Intento abrir la puerta del baño de los hombres y esta se encuentra cerrada, por lo que me dirijo al baño de las mujeres y cierro la primera puerta. Apenas la cierro intento entrar a uno de los baños, pero ya es muy tarde, me hice del número tres en los pantalones.

 

Tomo mi teléfono para llamar a Ryan, pedirle que me traiga algo de ropa y me disculpe con nuestros nuevos socios. Después de deshacerme del desastre que causé salgo por la puerta de atrás del restaurante y me dirijo a mi apartamento ya que necesito descansar.

EMMA ROGERS

Ya es 24 de diciembre y no encontré ese unicornio ni porque lo busqué hasta debajo de las piedras.

 

Me dirijo a la casa de Audrey. Al llegar estaciono mi auto y noto que hay un auto negro ocupando mi lugar. Entro a la casa y saludo a los del servicio.

 

—Hola Linda, ¿cómo estás? ¿Sabes quién ocupa mi lugar en el estacionamiento? —la bombardeo con preguntas que no responde ya que Audrey llega y me lleva a la sala ya que quiere presentarme a alguien.

 

Al entrar a la sala veo a alguien sosteniendo en sus brazos a mi hermosa Audrey. Ese alguien se ve jodidamente guapo, pero cuando se da la vuelta veo a nada más y nada menos que al Engreído. Me observa de arriba abajo analizando mi reacción.

 

—Eres un desastre andante muy hermoso —dice

 

—Y tu un engreído que se cree el ultimo refresco del desierto —respondo

 

—Emma te presento a mi hermano Oliver —dice Will entrando al salón— Oliver ella es Emma la mejor amiga de Audrey.

 

Se acerca, me da un beso en la mejilla y me dice al oído —Tenemos que hablar —yo solo asiento.



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En el texto hay: humor, romance, amor en navidad

Editado: 03.12.2019

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