· 13. Nuevas Estrellas II ·

El aire se siente pesado donde me encuentro, y la razón es la multitud de personas que hay dentro de la habitación. Todas las estrellas invitadas —sin nuestros acompañantes— nos hallamos aquí dentro, esperando nuestro turno. Para nuestra lastimosa suerte, cincuenta personas dentro de una habitación —que, aunque sea grande, siguen siendo bastantes personas— es bastante calor corporal es que se genera. Aun así, todos esperamos sentados y quietos, y arriba, en el escenario, Eleonor Huston.

—Les doy la bienvenida a este público hermoso. ¡Quiero escucharlos gritar bien alto!

Por las pantallas que hay repartidas en toda la sala de espera en donde estamos, veo a Eleonor Huston levanta el micrófono tan alto como puede y el público detrás del cordón de seguridad empieza a gritar, emocionados. El evento acaba de empezar.

—Qué alegría que estén todos aquí esta noche. Y con eso me refiero tanto al bello público —dice alegremente, señalando hacia el gentío—, como a nuestras queridas estrellas.

El público aplaude, emocionado. Parece que están viendo el invento más grande del siglo funcionar, pero no, solo somos cincuenta jóvenes de entre quince a veintidós años que creamos contenido para su entretenimiento.

—Estoy muy agradecida con ustedes que están aquí esta noche apoyando nuestra causa. Recuerden que los ingresos de las ganancias de este programa van hacia el refugio de niños y animales Graham, así que gracias por todo su apoyo.

Eleonor sigue hablando mientras todas las estrellas escuchamos en silencio, cuando una cabellera azul se mueve a mi lado, captando mi atención. Mis ojos se mueven hacia mi derecha, queriendo echarle un vistazo a la chica que tengo a mi lado, pues cuando me he sentado antes estaba tan nerviosa que no pude verle la cara, cuando noto que ella también me mira.

Ella me regala una sonrisa deslumbrante que quiero responder igual, pero estoy segura de que, por culpa del mismo nerviosismo, parece más una mueca.

—¿Primera vez en un programa de televisión?

Niego. —Ni de cerca. He ido a programas de televisión desde los seis años.

Ella alza ambas cejas, sorprendida.

—Guau, entonces ¿se puede saber a qué se debe ese nerviosismo?

Me encojo de hombros, pero sé perfectamente la respuesta. En mis anteriores entrevistas ensayaba todas las respuestas. Nada de lo que decía salía realmente de mi corazón. Pero esta vez Nessa no estará entre el público para indicarme silenciosamente cómo responder.

—No lo sé a ciencia cierta. Tal vez sea porque es la primera vez que vengo con mi mejor amiga y tengo miedo de defraudarla.

La peli azul sonríe, y luego señala a la pelirroja que está a su lado. A pesar de ser teñida, el color rojo le sienta genial. Tal vez sea porque su vestuario es también rojo, o porque el verde de sus ojos hace bonito juego con él.

—Ella es mi mejor amiga, así que por eso estoy tranquila.

La pelirroja levanta su mirada del teléfono y me sonríe, mostrándome sus brackets.

—Es su primera vez en una entrevista fuera de la ciudad en que nació. Yo soy su apoyo moral.

Las tres reímos al mismo tiempo —pues la pelirroja lleva desde que entramos en el teléfono, jugando Candy Crush— llamando la atención de varias estrellas que se encuentran cerca, entre ellas, la de Demián.

—Soy Jazmine Brooks, y ella es Samantha Gray —se presenta la peli azul, extendiendo su mano en mi dirección.

—Un placer —digo, luego de haberle estrechado la mano a amabas—. Soy Enya.

La chica que está a mi izquierda me topa el hombro, y al voltearme me encuentro con que sus ojos están muy abiertos y su boca forma una perfecta O.

—¿Enya Callahan? ¡A mí me encanta la ropa que modelas! De hecho, llevo el vestido Kelly ahora mismo —prácticamente grita, señalando su cuerpo.

Vaya, así que tanto dolor de cabeza para la promoción la final si dio frutos.

—Me alegra. Es uno de mis vestidos preferidos —miento deliberadamente. Lo odio, odio todo lo que tenga que ver con él, pero aun así sonrío, y ella parece creerme.

—¿Enserio? Entonces lo amo aún más.

Samantha agita su mano en nuestra dirección, llamando nuestra atención.

—Ya sé. Como nos caímos todas bien, ¿qué les parece si nos seguimos en Instagram?

—¡Qué buena idea! —chilla Jazmine, sacando un teléfono de su bolso.

—Tiene razón, me apunto —la chica del vestido Kelly también saca su teléfono.

Yo también saco mi teléfono, y solo cuando busco sus nombres en la red social me doy cuenta de que ellas apenas están empezando, mientras yo, por así decirlo, soy una veterana. Con razón son tan amables. El mundo del modelaje suele ser bastante cruel y endurecer a la más dulce de las personas, pero ellas aún son bastante tiernas, y espero que puedan mantenerse así.

—Listo —digo una vez he seguido a la última chica. Yina Coleman es su nombre.

—Me sigue Enya Callahan. Quiero gritar de emoción —la oigo murmurar, casi al borde del llanto.

Nosotras tres reímos de lo emocionada que parece estar, algo bastante tierno, cuando alguien del equipo de Eleonor Huston menciona los nombres de Jazmine y Samantha. ¿Por qué las llaman? Miro a mí al rededor y me encuentro con que bastante de las estrellas ya no están —supongo que ya fueron entrevistadas—, y al parecer, siguen ellas.

—Jazmine Brooks y Samantha Gray —vuelven a repetir, esta vez captando la atención de Yina.

—Chicas, ¡les toca a ustedes!

Al escuchar sus nombres, Samantha abre los ojos de par en par e intenta ponerse de pie de un brinco, perdiendo el equilibrio en el proceso. Para su buena fortuna, una de las estrellas invitadas la sostiene antes de caer. Jazmine le llama la atención por su descuido, y luego de despedirse de nosotras prometiéndonos que nos buscarán para la alfombra roja —pues la alfombra roja en los eventos de Eleonor se celebra al final—, se alejan en dirección al escenario.