CAPITULO 5
HERA BROWN:
4:30 de la mañana y yo ya estaba despierta, seguro se preguntarán el porqué. Bueno la razón es que no he podido pegar un ojo gracias al insomnio y eso que me tome mi pastilla para poder dormir, me tome un té de manzanilla y menta para relajarme y hasta me di una ducha, pero parece que nada quiere funcionar. Después de lo de anoche mi cabeza no había dejado de pensar en todo lo ocurrido anoche y lo raro que era, sin falta hoy le preguntare a Drika.
Así que como último recurso opte por salir a caminar a la playa para relajarme o por lo menos poder despejarme, por lo tanto, me levante de la cama y me puse lo primero que encontré (que fueron unos shorts deportivos y una sudadera arriba de la remera del pijama), también me clase mis tenis y con muchísimo cuidado salí del cuarto; me pasee por el pasillo en puntillas hasta llegar a la escalera la cual casi fue una batalla, bajar por esta en puntas y tratando de pisar los lugares más estables para no hacer ruido no fue nada fácil. Una vez ya en la punta de la escalera me dirigí a la puerta, que daba al patio, la cual estaba abierta.
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30 minutos más tarde:
Me encontraba sentada escuchando música al tope con mis audífonos cuando siento algo rosar con mi hombro, algo asustada gire mi cabeza hacia mi derecha y pude observar la silueta de un chico parado justo a mi lado, no supe de quien se trataba hasta que este se situó a mi lado y la luz de la luna le dio de frente. Era el mismísimo Kent.
Lo único que espero es que no mencione nada de lo ocurrido anoche o moriré de la vergüenza.
—Hola —dije saludándolo — ¿Qué haces despierto a esta hora? —Pregunte algo curiosa —No pasan de las 05:00 a.m., ¿Tuviste una pesadilla de nuevo? —sí, aun me acuerdo lo que él me conto esa vez en los columpios—
—Hola querida Hera, también es un gusto verte —dijo este burlón —Si, tuve una pesadilla y como no me podía volver a dormir salí a despejarme —soltó un gran suspiro y dirigió su mirada al mar que estaba tan calmo como nunca—
— ¿Quieres ir a caminar? —Pregunte parándome de mi lugar—
—Claro —aceptó parándose y se sacudió el trasero, acción la cual imite ya que tenía arena pegada, guarde mi celular y mis audífonos en el bolsillo de la sudadera—
Empezamos a caminar uno al lado del otro, al principio hicimos unos cuantos metros en silencio, que no fue para nada incomodo, hasta que el hizo una pregunta la cual rompió con el silencio y dio paso a una conversación de temas triviales y otros un poco más puntuales.
2 horas más tarde:
Kent y yo nos encontrábamos en el supermercado comprando unas cosas para el desayuno, solo nos faltaban las donas y ya podríamos ir a pagar todo, así que me dirigí a la zona de panadería que era donde se encontraban, mientras que Kent me esperaba en la parte de las bebidas, que estaba justo en frente de la única caja que estaba abierta a esta hora. Una vez tome las donas volví donde Kent y nos pusimos en la fila, si dije fila porqué a pesar de la hora había gente que se levantaba temprano a hacer las compras del día, después de esperan unos minutos era nuestro turno y antes de que pasáramos todos nuestros productos mi teléfono vibro en mi bolsillo, así que lo saque y di con la notificación de la aplicación que controla mi periodo; la notificación decía lo siguiente "hoy inicia tu ciclo menstrual, no te olvides de anotar tus síntomas", abrí los ojos tanto como pude y mire a Kent.
— ¿Es Sean? —Pregunto dejando los productos en la cinta de la caja a lo que yo negué con la cabeza—
—Ya vuelvo, no te muevas de aquí me olvide unas cosas ya regreso, ¿Si? —el asintió sin poner ningún pero y ese fue pie para salir casi corriendo a la zona de higiene femenina de la cual tome un paquete de todas las cosas iba a necesitar en estos días tediosos. Con todo en la mano llegue a la caja y las deje a un lado de la mercadería, no quise mirar a Kent pero tampoco baje la cabeza, aunque estaba sonrojada por la vergüenza—
—Kent no hizo ningún comentario, pero lo que hizo me dejo atónita y hasta me sonrojo aún más. Me jalo hasta su lado dándome un abrazo y me susurro al oído —Yo no pagare por eso, así que eso va por tu cuenta querida —me soltó y dejo escapar una sonora risita de sus labios, mientras que de mi parte le di una mirada fría—
—Kent Lynn D'Marco —hice un berrinche para llamar su atención —Paga esta vez, te juro que la próxima te lo de vuelvo —junte mis manos en forma de súplica e hice un mini puchero—
—Este me miro sobre su hombro y asintió —Esta bien, solo por esta vez lo hare —acepto y yo di unos saltitos de alegría—
—Gracias Kenny —le agradecí con una sonrisa de por medio y me gire hacia la cajera la cual, por su cara, puedo deducir que estaba muy entretenida con la mini escenita que nos armamos—
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Más tarde:
Me encontraba sentada en el salón viendo una película con Drika mientras que los chicos se encargaban de preparar el almuerzo para hoy. Siento un toque en mi muslo y me doy cuenta que es Drika, al mirarla me doy con que tiene esa típica mirada de "¿no tienes nada que contarme?", y al instante entiendo a lo que se refiere.