Era de madrugada cuando el llanto del bebé inundaba todo el apartamento, así que Alma salió de su cuarto para ir a ayudar con lo que fuera necesario pero se detuvo en seco cuando miro a David y éste le sonrió.
—Déjame, soy experto con los niños —le dijo, para que lo dejara ir a él, en ayuda de la otra humana.
—Bien, está bien —Alma aceptó, mientras sonreía y se iba de regreso al cuarto que compartía con su amado Ángel caído.
—¿Qué ha pasado? —pregunta Daniel al escuchar que el bebé aún lloraba y ver que ella ya estaba de regreso.
—Tu amigo, David fue en su ayuda; no se si me equivoco pero creo que quedó flechazo por Sabrina.
—No lo dudo, Sabrina es muy bella y él está soltero y que bueno sería que Sabrina decida formalizar porque David, es una persona muy buena —analizó Ángel.
Ambos se abrazaron para dormir pero ya que estaban despiertos, decidieron aprovechar la madrugada y darse amor de la forma más erótica posible; mientras tanto, David tocó la puerta del cuarto de Sabrina, ésta abrió mientras cargaba al bebé en brazos de manera desesperada: estaba despeinada; con ojeras y mientras ella maldecía mentalmente porque no quería que David la mirara así, él solo se limitó a valorar y apreciar aquella belleza de humana; cuando ella más mal se sentía, él más hermosa la miraba.
—Soy experto con los niños, tengo a muchos sobrinos —mintió a medias, ya que tenía muchos sobrinos pero no era bueno con los bebés.
—Toma, pues; ya le di el pecho pero aún sigue llorando —informó, dándole al bebé.
Este entró al cuarto, tomó al bebé y con sus poderes, absorbió cualquier tipo de dolor o molestia que la criatura sentía; rápidamente él bebé se quedó quieto en el pecho del híbrido. Cuando todo lo que el bebé sentía, pasó a ser procesado por el híbrido, éste se enteró que eran cólicos. Tratándose de un bebé humano, él podía lidiar rápidamente, si se trataran de sus sobrinos; no hubiera podido, siempre era difícil para él, lidiar con bebés mágicos.
—¡Guau!, ¿cómo haces eso?, ya se está quedando dormido —exclamó la humana.
—Bueno, tengo un don con los bebés; si quieres soy tu niñero, ando buscando empleo —mintió, pero es que todo se debía a que él no quería tener lejos a su elegida y sabía aprovechar cada momento para estar con ella y cada oportunidad por estar cerca de la humana.
—Me vendría muy bien, porque dentro de poco, debo trabajar —acepto sonriendo y pensando en que al día siguiente le preguntaría toda la vida de David, a Daniel; porque no dejaría a su hijo, en manos de un desconocido; luego de memorizar aquello, se mordió los labios en un acto inconsciente ya que se imaginó follando con aquel atractivo hombre.
El híbrido estaba pendiente de lo que ella sentía, así que supo todo aquello, incluyendo las inseguridades de ella, por estar tan despedida y cansada.
—Bueno, ya está dormido, ahora espero que usted descanse —dijo el híbrido.
Puso al bebé en su cuna, lo acomodó muy bien y la miró con deseos de decirle que se miraba preciosa pero temió que la humana pensara cosas malas de él; ya que apenas se conocían; le acaba de dormir al bebé y decirle "preciosa", sería muy atrevido; así que con aquellos deseos de decirle lo hermosa que se miraba, se despidió de ella.
Sabrina se durmió pensando en él e imaginadolo encima de ella; mientras que el híbrido, no podía dormir, solo deseaba el poder se hacer amanecer pronto para volverla a verla; volver a hablarle y buscar cómo aproximarse más a ella.
Por la mañana, Alma se bañó muy temprano y vistió para después ir a ayudar a su amiga con el bebé; ya estaba en el cuarto de Sabrina, sentada en el borde de la cama cargando al bebé, mientras la otra se vestía para luego maquillarse.
—Me veo fatal, tanto desvelo… mmm, me hace ver horrible; anoche quise arrepentirme de haber tenido bebé; apenas empieza y ya me hace falta dormir como lo hacía antes —confesó.
—¡Oye!, esta bien que andes sin maquillajes y con esas ojeras; no deberías preocuparte tanto, ya descansarás cuando te busque una niñera —aconsejo Alma.
—Bueno, David se ofreció de niñero; ¿qué te ha platicado Daniel, sobre él?
—Te estás maquillando por él, ¿verdad?
—¡Oye, no!, te pregunte algo y me sales con eso…
Alma estaba segura de que su amiga se preocupaba tanto por su rostro, para que David no la mirara tan cansada; pero ella estaba segura de que aquel amigo de su novio, miraba hermosa a Sabrina, así anduviera con ojeras y despeinada.
—Bueno, bueno; solo me ha dicho que es de suma confianza y muy buena persona —respondió, no quería seguir presionando a su amiga para que le confesara aquella atracción por el recién llegado.
Daniel, le había dejado claro a su prometida que aquel amigo era de confianza, total, ya había vivido con él, durante mucho tiempo, así que, confiaba en él; eran seres mágicos y sentía aquella esencia de alma buena, además, lo había sacado de aquella oscuridad y por su culpa, su amigo se había convertido en gato durante todo ese tiempo, por ende, decidió de que David, tenía más que merecida aquella confianza y siendo Sabrina, su elegida, ya aquel recién llegado, era como de la familia.
El híbrido ya se había ganado la confianza del Ángel, ahora le tocaba conquistar a su alma gemela y ganarse la simpatía de Alma, quien aún, no confiaba tanto en él; no era como si ella sintiera algo malo en David, simplemente era humana y por más bien que aquel extraño le cayera, ella se repetía que debía ser precavida.