Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 9

ALGO MÁS QUE UN SUEÑO

«Hay encuentros que marcan la vida… el alma… el corazón».

La pared está dura y fría… puede sentirla al tocarla con la palma de sus manos. No es una habitación oscura, solo está poco iluminada con una luz roja que proviene de algún lugar que ella no distingue muy bien a través de la venda que cubre sus ojos.

Está desnuda completamente, puede sentir la calidez del ambiente en la piel.

Unas manos fuertes, firmes, seguras, dominantes, recorren su cintura, su espalda y su cuello. Luego, acarician sus brazos, bajan por toda su extensión y al final, ella siente el frío metal que cubre sus muñecas… unas esposas.

La idea de tener los movimientos limitados y sentir que está a merced de él la excita de una manera incomprensible… inesperada.

De inmediato, siente la caricia suave de lo que presiente es cuero. Va de abajo arriba, las piernas, muslos, nalgas hasta la nuca. Todo aquello en un movimiento suave y delicado.

De pronto… siente el primer impacto de la fusta. Primero en las nalgas.

Noelia cierra los ojos y emite un ligero gemido de dolor. No obstante, la mezcla de ardor y placer la incita a que desee que él continúe.

¿Él?… ¿Quién es él?…

No logra verlo… solo escucha su fuerte y pesada respiración tras ella… agudiza su olfato… ese olor… ese aroma… ella lo conoce… ¿Lo conoce?

—Abre las piernas —la orden, pronunciada en aquel tono autoritario… áspero… seductor… la hace olvidarse de todas sus inquietudes.

Ella obedece y él se acerca más a ella, muy cerca, e introduce su enorme mano entre sus piernas.

—Sí —gruñe él, satisfecho—. Está caliente. Muy húmedo.

Sus labios gruesos y carnosos le besan el cuello y los hombros y mordisquea con cuidado, sin hacerle daño, la hendidura de su clavícula sin dejar de mover la mano que se empapa con sus fluidos. Suave, muy suave.

Noelia jadea casi en un susurro.

Él la escucha y se siente motivado a continuar. Un poco más duro. Un poco más fuerte, un poco más salvaje.

—¿Te gusta?

—Sí… —logra contestar—. Mucho.

—Dime “Señor”. Soy tu Señor. Soy tu hombre y haré contigo lo que me plazca, ¿entendido?

—Sí…

Descarga un latigazo para hacerle recordar lo que le acaba de decir.

—Sí, ¿qué? —otro azote.

—Sí, Señor.

—Muy bien —le besa los hombros.

—Señor. Mi Señor.

Él la acaricia con una dulzura embriagante, el lugar enrojecido por los azotes y, le da la vuelta. Ella queda frente a él. Siente su aliento quemándole el rostro. Trata de tocarlo, pero no la deja. Él sube las manos y poco a poco, con lentitud desesperante, le va bajando la venda…

Unos ojos ardientes, brillantes, seductores, voraces, la contemplan repletos de pasión… ella es su presa, él su depredador.

El rostro… ella lo conoce, pero… no, no es Xandro… él no la mira así, no la toca así, no la excita así…

—Eres… —susurra ella con su pecho desbocado, su piel hirviendo y su entrepierna inundada.

—Tú lo sabes. ¡Dilo! —exige tomándola con fuerza controlada por el cuello.

—Eres mi dueño. Eres mi señor.

La habitación está sumida en la penumbra de la madrugada.

Noelia se despierta súbitamente, su respiración está agitada y los latidos de su corazón retumban en su pecho como tambores acelerados. El sudor perla su frente, y sus ojos se abren, aturdidos por el cambio abrupto del sueño a la realidad.

Fue tan real, tan nítido, que cada detalle sigue grabado en su mente y gira y gira sin cesar. Aún lleva consigo la emoción, la agitación, el desconcierto, la conexión demasiado palpable con aquel hombre que parecía conocerla tan bien en ese mundo irreal.

Ella se acomoda en la cama tratando de recuperar la calma. Recuerda cada detalle del sueño: aquel rostro que la miraba con tanto deseo, sus ojos profundos reflejando una intensidad y un apetito hasta entonces desconocido para ella. La forma en que su boca se retorcía en una sonrisa despiadada.

Cada particularidad, desde el tono de su voz hasta el roce de su piel en el sueño, se siente nítido y verdadero en su memoria. Una sensación extraña y agradable la envuelve, un cosquilleo que se extiende por su cuerpo.

Y ese olor… ese aroma… ¿Reminiscencias…?



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 19.08.2024

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