Soy Laura, tengo 15 años, vivo sólo con mi mamá, tengo dos hermanas Maricela (mayor) y Karina (mediana), yo soy la más chica de las tres, está es mi historia y así empieza...
Mi hermana Maricela comenzó a cuidar al hijo de un señor que conoció en el mismo preescolar que iba mi sobrino. Ellos vivían solos, ya que la madre los había abandonado desde que el niño tenía 6 meses, así que buscaba quien lo cuidara mientras él trabajaba. Yo ya lo había visto en alguna ocasión, pero ese día estaba muy penoso y no quería ni verme, no entendía por qué.
Después de un tiempo de conocerlo Maricela le contó a mi madre sobre este señor y de inmediato ella se interesó en él, así que lo invitó a la cena de año nuevo que se planeaba. Luego de tanta insistencia por fin acepto.
Mis hermanas (Maricela y Karina) y yo nos estábamos arreglando para la cena, me maquillaron y eso me hacía ver más grande. Cuando salí ahí estaba Jaime, sentado esperando con su hijo.
La cena comenzó y todos estábamos conviviendo, el pavo y el espagueti con crema estaban servidos, nos sentamos a la mesa y disfrutamos de los platillos, pero Jaime no dejaba de verme cada que podía, a pesar de que no volteaba sentía su mirada. Toda la cena se la paso ofreciendome refresco a pesar de que tenía. Sólo buscaba un pretexto para dirigirme la palabra. Mi madre se dio cuenta de eso y le hizo el comentario de que yo tenía 15 años a pesar de que no se me vieran. Pero lamentablemente la cosa no paro ahí.