Un Atardecer Carmesí

Oso endemoniado

Bueno, llegué a la entrada del bosque, ahora…. ¿dónde estarán?

Y así, estuve caminando por el bosque durante un buen rato en busca de los lobos.

Cansado de caminar sin rumbo dejó salir un suspiro. 

 

Dios mio, ya no sé dónde estoy, ¿cómo hago para encontrarlos? Según me enseñó mi padre tengo que agudizar el oído e intentar escuchar algo. Probemos….

Me quedo quieto unos segundos quedando en calma y empiezo a agudizar el oído. Mi oído empieza a mejorar de a poco, hasta que luego de unos segundos, a lo lejos por el lado Oeste, empiezo a escuchar pisadas. Al parecer son de los lobos, van corriendo hacia este lugar…. ¿o huyendo?

Comienzo a concentrarme más para poder entender bien la situación y empiezo a escuchar una pisada más fuerte. Lo que sea ese monstruo, es más poderoso que los lobos, ¿son más de 9 lobos y están huyendo? ese monstruo no es uno normal.

 

Me preparo en posición de combate esperandolos. De a poco empiezo a escuchar cómo se va acercando más…. y más…. y…

«¡Están aquí! Momento de pelear.»

Mientras empiezo a correr en círculos le echo un vistazo al monstruo y…. con razón corrían los lobos, es un oso endemoniado, diez veces más fuerte que los lobos.

Uno a uno van pasando los lobos a mi lado, huyendo del oso endemoniado. Me preparo para empezar a correr hacia el oso y en un instante aparezco detrás suya, le hago un tajo en la nuca, pero no tiene mucho efecto. La piel de los osos endemoniados es dura.

«Mierda, ¿y ahora qué?»

Mientras corro en círculos me pongo a ver si encuentro algún punto débil. No encuentro nada extraño o que parezca una señal. Lo único que me queda es atacar al cuello, intentaré con un ataque lo suficientemente potente para clavarle la espada.

Empiezo a correr hacia el oso esquivando sus ataques, si me llegase a tocar uno de esas garras no viviría para contarlo. 

Uno tras otro, ¿es que este oso no se cansa nunca? ¡No me puedo acercar! Tengo que idear algún plan para poder pasar a través de él.

¡Ah sí! ¡Ya me acordé, tengo una botella con aceite en la mochila! Se la lanzare a los ojos, así, aunque empiece a golpear por todos lados, no sabrá dónde estoy.

Y así, moviéndome en silencio, me acerco por detrás suya, pegó un salto y le clavó la espada en donde le hice el tajo. El oso endemoniado cae. 

Dejando salir un suspiro me pongo a pensar que aun me falta entrenar mucho, aun no soy lo suficientemente fuerte para poder matarlo con facilidad. Pero no me tengo que preocupar, recién comienzo mi camino. 

De repente se me vino un escalofrío y me volteo a ver al oso, noto como sus dedos se empezaron a mover de vuelta y me preparo para el combate.

«Haah…. Supongo que no fue suficiente el ataque ese….»

Antes de que se levante del todo el oso comienzo a correr hacia su espalda. Me subo a ella y me agarro de la cabeza. Aprovechando que estaba aturdido, pegó un salto y dejándome caer cerca de su cuello, le clavó la espada en la garganta.

Haaah…. Ahora sí, ¡Por fin cae el oso! y yo pensando que me iba a costar más. Bien, será mejor volver ya a la posada. Se está haciendo de noche. 

 

Luego de caminar un buen rato, en el cielo se veían las estrellas. Era un cielo estrellado hermoso. Recuerdo que en la historia de mi padre donde conoció a mi madre, el cielo estaba lleno de estrellas igual que esta noche.

«Papá, ¿Cuándo conoceré a una mujer tan buena como mamá?»

Haaah…. Supongo que no hay mucho que hacer y más si te vuelves aventurero, solo te queda esperar a quizás encontrarte con alguna belleza en medio de una aventura.

 

Y así llegué a la posada. Me senté a cenar y luego me fui a mi habitación, caí dormido ni bien toque la cama.

 

Al día siguiente.

 

Abrí los ojos, mirando al techo y sin entender nada me estiré, y bostece. Baje al comedor y allí me encontré a la señora de la recepción.

 

«Buenos días, señora.»

«Buenos días, joven. Espero que hayas dormido bien.»

«Como no voy a dormir bien, sin duda es el lugar donde tienen las mejores camas.»

Aunque en realidad es el primer lugar donde me quedo, a parte de mi casa, obviamente.

«Tú sí que sabes como hacer feliz a alguien, muchacho.»

Devolviendo la sonrisa le pido el desayuno de siempre, un rico café con sandwich de ave rapaz.

 

Después de desayunar me fui a dar un paseo por la ciudad antes de volver a Lycoris.

Sin duda es un lugar muy tranquilo y hermoso, no me importaría para nada vivir aquí. Sus árboles de cerezos, sus noches tranquilas con su cielo lleno de estrellas y sus personas amables, quién diría que después de un par de días de cumplir 18 ya estaría pensando en mudarme…. 

¡Cierto! Voy a comprarles un regalo a mis padres. ¿Qué les puedo regalar? Voy a comprar varias cosas por las dudas.
 

 

Mientras caminaba por ahí buscando un regalo, me encontré con una niña que parecía perdida. No para de llorar y no veo que alguien esté con ella.

«Hola, señorita. ¿Dónde está su mamá?»

Me mira con confusión y temor, se queda pensando unos segundos, pero vuelve a llorar.

«Está bien, señorita. No llores, vayamos a buscar a tu mamá. Estoy seguro que debe de estar buscándote también.»

Mueve la cabeza asintiendo con ella. Empezamos a caminar por ahí en busca de la madre, hasta que en un momento escucho como le ruge la panza.

«¿Tienes hambre? ¿Quieres que vayamos a comer algo?»

Nuevamente asiente con la cabeza y así, fuimos a comer a un puesto que teníamos cerca. 

«Disculpe, dos de esos que tienen forma de pez, por favor.»

«¡Dos taiyaki saliendo!»

«Muchas gracias, señor.»

«Ten, señorita, come.»

Parece agradarle el olor, supongo que el problema del hambre ya terminó, ni bien termine continuaremos buscando a la madre.




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