Un Beso a Medianoche

4.

Santa Mónica siempre me pareció una playa hermosa, tenía atracciones a su alrededor lo que hacía que se viera más atractiva aun, aunque Malibu también fuera hermoso, prefiero mil veces Santa Mónica. Tras salir del local me aleje de él lo más que podía, llegue hasta el otro extremo de la playa y me quede allí sentada mientras miraba el hermoso océano pacifico, siempre me ha gustado el ruido que hacen las olas al chocar contra las rocas, era un sonido que me traía paz y el olor a  mar me encantaba, cada vez que íbamos a la playa en verano con Ángela en España y ese olor tan característico que tienen las playas inundaba mis fosas nasales y me transportaba inmediatamente hasta california, mi hogar.

Olas chocando contra las rocas, brisa marina, el chillido de las gaviotas que sobrevolaban el océano y una lagrima que bajaba lentamente por mis mejillas. Este era el momento perfecto sacado de una telenovela donde comenzara a sonar una canción triste de Ed Sheeran mientras me enfocaban mi rostro inundado en lágrimas, pero no, no era telenovela, era la vida real, y la única melodía que sonaba de fondo era las miles de llamadas que estaba recibiendo de parte de mi madre, tome el celular y nuevamente la palabra “Mamita” iluminaba la pantalla de mi celular, nuevamente espere a que el buzón de voz apareciera y volví a dejar el celular sobre mi bolso que se encontraba sobre la fría arena, lentamente el sol comenzó a esconderse deleitándome con el hermoso atardecer playero que desde hace tiempo no veía. Sin embargo, por mi mente solo pasaban las imágenes vividas el día de hoy y las vividas hace cinco años atrás y solo provocaban que más lagrimas cayeran y nublaran la hermosa vista que tenía frente a mí.

Alguien se sentó a mi lado izquierdo, sabía quién era, pero no quise voltearme, solo lleve mis piernas a mi pecho y me aferre a ellas mientras seguía viendo como el sol iba desapareciendo poco a poco.

 

-Siempre supe que cuando te enteraras de todo no sería algo de tu agrado o que al menos te costaría digerir todo, pero nunca pensé que fuera tan mala la idea como para que lloraras como lo estás haciendo-

Guarde silencio, porque si una sola palabra salía de mis labios iba a terminar por derrumbarme y no sé si estoy preparada para hacerlo delante de alguien.

 

-sabes…-soltó un suspiro y continuo- un día llegamos de la universidad con Jaden y nos topamos con papá que se había arreglado, se había perfumado y había vuelto a usar su ropa de galán que usaba cuando estaba con mamá, con Jaden nos miramos y nos pareció raro de inmediato, sabíamos que algo pasaba pero si él no nos contaba no lo íbamos a presionar, luego de unas semanas lo vimos sonreír casi a diario, una sonrisa real, una sonrisa que no veíamos desde que mamá nos abandonó- su voz se quebró y eso provoco que mis llanto aumentara- un día  papá nos dijo que no hiciéramos planes para el viernes en la noche porque iríamos a cenar y quería presentarnos a alguien, con Jaden supimos de inmediato que era la responsable de que mi padre volviera a sonreír, y te juro por lo más sagrado que tengo que cuando supe que la persona que  hizo que mi padre volviera a ser feliz era nada más que Layla Jane, la madre de una de mis grandes amigas de toda la vida…me emociono, luego me asusto, porque sabía que no iba a ser fácil para ti…pero nunca pensé que te iba a disgustar tanto.

 

-El señor Patrick Taylor…-susurre, aunque fue lo suficientemente alto para que Noah me escuchara, logre reunir el valor suficiente para girar mi rostro y mirarlo directamente, él tenía sus ojos llorosos, pero lo conozco lo suficiente como para saber que no se quebraría tan fácil- el señor Taylor es un hombre maravilloso y créeme que muchas veces pensé en que si mi papá no estuviera me hubiera gustado que él lo fuera, Noah no lloro porque ellos tengan algo, no me molesta que mamá haya rehecho su vida porque se lo merece y tu padre es el mejor candidato para ella.

- ¿Entonces porque lloras Amy?, sé que ha pasado mucho tiempo y que perdimos la comunicación, pero Amy siempre serás mi amiga…-

 

¿Cómo le explicaba que lo que realmente me tenía mal era algo totalmente ajeno a lo que él pensaba?, que la relación entre nuestros padres no era algo que me molestaba en su totalidad.

 

-Amy…sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites- susurro provocando que todo el esfuerzo realizado para no derrumbarme se esfumara. Y ahí entendí que era momento de decir todo

-a pesar de que estoy sentida porque mi mamá no me dijo nada, no estoy así por eso, aunque si estoy molesta y un poco aturdida porque me entere por otra persona y porque esa persona lo hizo con la intención de hacer daño…y te juro que no entiendo Por qué- mire a Noah y solo hizo una mueca- ¿Por qué noah? No entiendo que sucedió con samantha, que hice como para que me mirara con el odio que me miro hoy, ni siquiera fue capaz de saludarme, fueron tres años Noah, ¡Tres años! Pensé que si volvía las cosas se arreglarían, pero con lo de hoy me doy cuenta que no.




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