Lo que había comenzado como un buen viernes terminó siendo todo un caos, Jaden me fue a dejar a casa, a pesar de que jess y noah me pedían que me quedara para no darle en el gusto a samantha, no podía hacerlo, mi ropa estaba completamente mojada y había perdido una de mis ballerinas, sin contar que me sentía muy humillada. Me sentía como en la escuela, cuando la popular pisotea e humilla a los que no son, en este caso samantha era la chica popular y yo…bueno yo era la que debía soportar las humillaciones.
Me encontraba acostada en mi cama mirando el blanco techo de mi habitación mientras escuchaba las hermosas y tristes letras de Ed Sheeran y me preguntaba una vez más ¿Qué paso? Por más que buscaba en mi mente, y recordar si hice algo o dije algo en alguno de esos momentos en que hablaba con ella, pero por más que pensaba y pensaba no encontraba nada, nuestras conversaciones se basaban básicamente en hablar de lo que hacíamos, ella me preguntaba como estaba, y yo a ella, le preguntaba por los chicos, y sobre todo…le preguntaba por ben, incluso le di mi número de celular para que se los diera a los demás y así poder hablar con ellos. No entiendo que paso y me muero de ganas de saberlo.
Dos golpes en mi puerta lograron sacarme de mis pensamientos, grite un “adelante” y la puerta se abrió y tras de ella se asomó mi madre.
-Amy, amor ¿piensas quedarte todo el día encerrada? - ella se sentó a mi lado y me tomo de la mano, anoche Jaden le contó lo sucedido, y tanto ella como yo estaba confundida por la actitud de la que decía llamarse mi mejor amiga.
-No sé qué hacer, y tampoco tengo con quien salir-
-como que no tienes con quien salir, esta Jess, Noah y Jaden y además ¿Cuándo has necesitado a alguien para hacer algo?, si siempre has adorado salir a fotografiar, a caminar- mamá se paró y tomo de mi escritorio la cámara- aprovecha de que hoy es un hermoso día y aprovecha de ir a tomar las mejores fotos del mundo.
-mamá…-me queje, en realidad no tenía ningún ánimo, solo quería estar en mi habitación.
- ¡Amy levántate ahora y sal de casa! -me grito dejándome sorprendida, ella nunca me había gritado- hay perdón, esto no es algo propio de mí, hija, pero has estado casi toda la tarde encerrada, apenas y probaste el almuerzo, sé que estas un poco triste por todo lo sucedido con Samantha, pero no puedes dejar que ella te arruine tu vida, siempre has sido una persona alegre y desde pequeña que te gustaba aprovechar el día como si no hubiera un mañana…que nadie te quite esa felicidad amor.
Ella tenía razón, desde muy pequeña que vivía el día a día como si fuera el ultimo, me gustaba, me gustaba salir a jugar con mis amigos, y hasta salir sola cuando ya podía hacerlo. Pero como le explicaba que me sentía más sola que nunca, pero quizás ella tenía razón, salir me haría bien y quizás encontrara alguna respuesta de alguna de mis muchas preguntas que rondaban mi alocada cabeza.
-Creo que iré a la playa-le sonreí-
-esa es mi hija-me abrazo, luego me extendió mi cámara y gustosa la tome entre mis manos.
Mamá me dejo sola para que me cambiara, me di una ducha rápidamente y me puse un Entero (La parte de arriba era una polera con un gorro y la parte de abajo un short) de color azul y pequeñas rayas blancas horizontales y mis fieles convers blancas. Me amarre mi cabello en una coleta, tome mi bolso con todas mis cosas y baje a despedirme de mamá que con una sonrisa se despidió de mí.
***
La playa estaba repleta, aunque era de esperarse porque la temperatura estaba por las nubes. Siendo ya las seis de la tarde aun el sol pegaba con mucha fuerza, tenía unas tremendas ganas de meterme un rato al mar, pero no traje nada para la ocasión.
Me quite las zapatillas y las guarde en mi bolso, pise la arena y me queme un poco, así que camine un poco más para acostumbrarme un poco, caminar descalza sobre la arena era una sensación inexplicable, y aunque quemara un poco no era obstáculo para dejar de hacerlo. A lo lejos podía divisar el “Santa Mónica Pier” y un poco antes estaba la caseta del guardavida, inmediatamente pensé en Benjamín, ¿Seguirá trabajando los veranos allí? O quizás encontró otro trabajo… ¿Quién sabe?, siempre quiso trabajar en el acuario, pero nunca había plazas disponibles quizás en estos años pudo cumplir su gran sueño de trabajar allí, en tres años pueden pasar muchas cosas.
Sacudí mi cabeza intentando sacar de mi mente a benjamín, porque pensar en él ahora me llevaba a recordar el beso con Sam en el Pier Burger, dolía…porque pueden pasar años, pero el sentimiento aún perdura. Aproveche la vista y saque una foto a la playa, ver la imagen de miles de niños jugando en la arena, otros en el mar y familias felices disfrutando de un lindo sábado era digno de fotografiar. Cuando tenía mi cámara en mano perdía la noción del tiempo y prácticamente me aislaba de todo lo que estuviera pasando a mi alrededor, solo veía lo que quería fotografiar y apretaba el “click”, estaba tan centrada en tomar la mejor foto de la playa para enviársela a mi amiga Angie que no me percate que alguien venia corriendo hacia a mi hasta que choco conmigo tirándome al suelo, mi cámara voló un par de metro más allá de donde estaba pero era incapaz de moverme para alcanzarla debido al enorme perro que estaba arriba mío dándome lengüetazos por toda la cara.