Andrea meneó su cabeza de un lado a otro, agitando su castaña cabellera. Sentía que era un tanto descabellada su idea, pero a la vez le encantaba. Anotó varias veces su plan, aunque muchas veces borró ciertas partes para escribirlo de la mejor forma posible:
«Plan infalible
Como cada año paso sola esta fecha y ni siquiera tengo Direct TV para ver la Champions, yo -Andrea Bustamante- he decidido que este año 2018 no me quedaré sola. Hay muchas ofertas de chocolates por San Valentín, por lo que necesito conseguirme un pololo o polola pa' que me regale bombones, es por esto que he decidido crear el plan "un bombón para San Valentín". Si como un chocolate que me regalaron, entonces no sería por golosa sino para no despreciar un regalo ya que en mis cumpleaños nunca me han dicho algo por comer de los chocolates que me regalan, en cambio cuando yo me compro uno ¡resulta que todos pierden la cabeza! Este año no pasará eso».
Pegó su plan en la muralla de su habitación y lo contempló. Sentía que esa era la mejor idea que se le había ocurrido, el único problema era que ¿quién se iba a fijar en ella como para establecer una relación?
—¡Hija! —gritó su madre desde el primer piso, sacándola de sus pensamientos—, ¡baja a comer! Si te atrasas con la cena, no iremos a ver los fuegos artificiales al estadio... ¡o mejor!, te dejamos aquí botada...
—¡Ya voy! —contestó Andrea y miró por última vez en el año su plan "infalible", como le había denominado ella.
Ella recién tenía dieciocho años, pero conocía a la perfección el desamor y las desilusiones. Su primer beso lo dio cuando tenía solo doce años y con un chico que le prometió todas las estrellas, pero justamente él fue su primera desilusión. Unos meses después de que se alejó de aquel chico, empezó un pololeo con un amigo. La relación partió bastante bien, pero rápidamente se fue al otro extremo, terminando a los seis meses de relación y, durante bastante tiempo trataron de volver, pero nunca resultó, hasta que después de dos años su corazón se olvidó por completo de él.
Conoció a una chica por internet de la cual se enamoró, pero tenía miedo de confesarse ya que sabía que era heterosexual. Después de varios tropiezos, descubrieron que el sentimiento era mutuo, pero la distancia y la desconfianza hizo que las cosas se complicaran bastante entre ellas, ahogando la relación. Finalmente, Andrea decidió que lo mejor era terminar la relación por su bien mental y el de la otra chica. Con el tiempo volvieron a ser muy buenas amigas y se tuvieron bastante confianza, incluso hablaban de las cosas que sentían hacia otras personas, por lo que cuando aquella chica tuvo novio, Andrea lo supo rápidamente. Siguió teniendo un desamor tras otro. Se extendía una lista de personas con las que pareció resultar, pero la relación había muerto antes de empezar.
Ella veía como todos a su alrededor veían florecer el amor en su vida, aunque fuera algo realmente pasajero o simplemente se refiera al amor parental, familiar o amistad. Tenía amigos y familiares, pero para nadie era la primera opción y lo sabía perfectamente, era por esto que no quería sentirse sola en San Valentín otra vez, ni mucho menos perderse las ofertas de chocolates.
***
Nota: esta historia se desarrolla en Chile, por lo que contiene los llamados "chilenismos" (solo unos cuantos):
•Pololeo: relación que en la mayoría de los países se conoce como noviazgo (en Chile, se considera que son novios solo si están comprometidos para casarse).
•Cachar: saber, conocer, entender, etc.
No recuerdo haber usado más, así que si hay alguna que no entienden, solo díganlo y diré a lo que se refiere. Lo mismo para algún dicho.
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Editado: 19.04.2018