Un buen día para encontrarte

Capítulo 10: Una decisión irreversible

La mañana había comenzado de lo más normal, desayuné con mi familia, mi madre aprovó que me fuera a México para estudiar gastronomía, mi pequeño Adam ya no era tan pequeño, había crecido bastante, Alex tenía novia la cual no me había presentado  y mi madre me llamaba todos los días para saber como estaba y hoy se había tardado de más en llamarme y justo en ese momento el teléfono de la casa empezó a sonar y sin pensarlo descolgué el teléfono

*En la llamada*

-Hola hija, ¿Cómo estás?

-Hola mamá, bien gracias ¿Y tú?

-Bien hija, solo ya sabes, ajetreada por tus hermanos, pero en fin, cuéntame ¿Sebastian ya fue a cocnocer a tu papá?

-No mamá, el está en su casa allá en España ahora supongo, no podría venir a conocer a papá

-Él dijo que viajaría para ir a conocer  tu papá y a Alex, el mismo día que te fuiste antes de que el saliera de casa, recibió una llamada se veía bastante emocionado, antes de irse dijo que tu lo habías llamado y que iría a verte en ese mismo instante

-Yo no lo he llamado desde que volé para México, no sé que esté pasando ahora

*Hubo un silencio ensordecedor entre mi madre y yo*

-Mamá, ¿Podrías decirle a Susy la secretaria de Sebastian que te dé el lugar dónde se está hospedando, por favor?

-Claro, en cuánto lo tenga te llamo, perdón hija

-No te preocupes mamá- y con eso colgué la llamada

Si mis sospechas eran ciertas, él estaría aquí en Mazatlán con Morgana, ella era una de sus amigas de facultad de la universidad, esto lo sé por que ellos tenían planes de viajar a México por gusto, y no fue precisamente Sebastian el que me lo dijo, si no en un mensaje que llegó a su celular mientras estabamos cenando, yo tenía mis sospechas sobre de que ellos estaban saliendo y quizás este era mi momento de comprobar mis sospechas.

Después de algunos minutos mi madre me llamó de nuevo con los datos que le había pedido que investigara, tomé mis cosas y salí en busca de Sebastian. Llegué al hotel dónde se estaba hospedando y subí a la habitación, la puerta no tenía el cerrojo puesto así que pude entrar fácilmente, había ropa tirada en el suelo, eso indicaba que todo iba por un mal camino, me detuve frente a una puerta, respiré antes de abrir la puerta, tomé el pomo y efectivamente, Sebastian estaba engañandome con Morgana

-¡Sebastian!- alcé la voz lo suficiente para que me esucharan

-¡Ay por Dios! ¿Qué haces aquí Sofi?- dijo mientras se tapaba el cuerpo con una sábana algo avergonzado

-Sofia, te juro que yo no...- decía Morgana

-¡Cállate!, no quiero escucharlos a ninguno de los dos, con lo ví es más que suficiente, Sebastian, vistete rápido, tengo algo que decirte- me dí media vuelta y salí de la habitación, estuve esperando un poco en la sala hasta que salió del cuarto

-En verdad esto no es lo que crees, lo juro

-¿Entonces qué, estabas enseñandole a hacer pasteles?, claro que es lo que ví y sabes que, hasta aquí llegó esto, terminamos

-No puedes dejarme, ¿Vas a echar a la basura todos estos años de noviazgo a la basura? no puedes hacer eso

-Claro que puedo y ya lo hice, no me busques de ahora en adelante, no te atrevas a acercarte a mí o a mí familia jamás

-Oye no, por favor no hagas esto te lo suplico

Escuchaba muy vagamente lo que Sebastian decía, aunque yo ya sabía la verdad, no quería creerlo, esto estaba destrozando mi corazón, me sentía fatal, encendí el auto y emprendí el camino de regreso a casa. Por mi cabeza pasaba una y mil veces la escena que ví, sentía rabia y tristeza

-Fue la mejor decisión y es irreversible, jamás volveré con él

Esas fueron las últimas palabras que pude pronunciar hasta que senti un fuerte golpe en mi cabeza y desde ese momento todo se volvió oscuro para mí.



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En el texto hay: encuentros, romance amor

Editado: 17.04.2021

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