Habían pasado ya más de dos meses, y no he podido estar tranquila por un momento, Dante me acecha cada que puede y estamos cerca, todo esto empieza a asustarme, en casa ya casi no veo a mi padre por lo de su trabajo y mi hermano, pues él tiene cosas que hacer, a veces me preocupa que no me cuente nada pero sé que todo está bien. En la universidad me va genial, he aprobado todas mis materias y mi relación de amistad con Esteban va de lo mejor, cada día somos más cercanos, incluso hoy iríamos a una pequeña feria, así que ahora me encuentro poniendome guapa para salir a con él, sinceramente estoy muy emocionada.
-Pero que guapa mi vida ¿A dónde vas?- decía mi papá cuando bajé a la sala para esperar a que llegara Esteban
-Papá, ya te había dicho que saldré con Esteban, es un amigo, iremos a la feria, no tardaré mucho
-Lo olvidé hija, lo siento, espero que te vaya bien, pero sabes que, antes de que se vayan, por que no lo invitas a comer, así podré conocerlo...- decía mi papá mientras se bebía su copa de vino
-Claro veré si él quiere comer con nosotros...- ambos nos quedamos en silencio y depués de varios minutos Esteban llegó y tocó el timbre de mi casa y por supuesto, fui a recibirlo
-Hola Esteban...- no sabía por qué pero inmediatamente lo ví, sonreí como una tonta, bueno en realidad si sabía por que hacia eso pero aún no podía aceptarlo
-Hola, ¿Cómo estás?- decía él mientras se acercaba a mí para saludarme con un beso en la mejilla, algo típico de él
-Bien gracias ¿Y tú?...- Este chico me pone nerviosa, no puedo pensar en nada
-Bien gracias...- ambos nos quedamos callados hasta que una puerta detrás de Esteban comenzó a abrirse
-Pasa, mi papá quiere que comas con nosotros antes de irnos...- dije mientras lo tomaba por el brazo y lo obligaba a entrar para cerrar la puerta de inmediato y que Dante no lo viera
-Aah, gracias
-Ven vámos
Caminamos hasta el comedor dónde mi nana y mi papá ya estaban preparando todo para comenzar a comer, estaba nerviosa y asustada, no sabía si Dante lo había visto, no sabía lo que pasaría si lo vió entrar a mi casa, estaba un poco asustada.
-Papá, él es Esteban, mi amigo y Esteban el es Camilo, mi papá...- yo decía mientras ellos se daban la mano
-Es un gusto conocerlo señor Camilo, Triana habla mucho de usted
-El gusto es mio Esteban, espero que hable cosas buenas, y no me llames señor, no soy tan viejo
Ambos se sonreían y seguían platicando mientras comíamos, a mi padre le había agradado mucho Esteban y visceversa, ambos se tenían una buena plática.
-Dime Esteban ¿Qué estudias?...- decía mi padre mientras Nana y yo servíamos los postres
-Estoy estudiando veterinaria y agronomía, aunque agronomía lo llevo solo los sábados, así me es un poco más fácil llevar dos carreras
-Muy bien muchacho...¿Por qué elejiste esas carreras?
-Mi familia tiene un rancho y mi padre es dueño de campos de cosecha de uvas para vino y de agave para tequilas, así que por eso elegí la carrera de agronomía, para poder ayudar a que la producción de las materias primas salga de la mejor manera posible y ayudar con los animales del rancho para su buen cuidado y todo lo que implica tenerlos, y la veterinaria la elegí porque me gusta ayudar a los animalitos, es grato poder ayudar los animales.
-Eso es muy bueno, y por lo que escucho, creo que tienes muchas nuevas visiones para el rancho y los sembradíos, espero que todo te salga de la mejor manera.
-Sí, de hecho estamos pensando en lanzar nuestro propio vino y varias líneas de tequila, dentro de unas semanas, nos avisarán si obtuvimos el permiso del consejo de licores para sacarlo a la venta lo más pronto posible.
-Felicidades muchacho, espero todo les favoresca
-Gracias Camilo
Me agradaba ver que mi padre y Esteban se llevaran muy bien pero necesitaba irme, tenía muchas ganas de ir a esa feria.
-Bueno señores, la plática terminó, Camilo, dejelos ir ahora si no, no encontrarán la feria...-decía mi nana y se lo agradecía
-Claro, perdón por entretenerlos tanto
-No te preocupes papá, solo le ayudo a mi nana a fregar los platos y ya
-Yo te ayudo...- decía esteban mientras se levantaba para empezar a recoger los platos y mi Nana ni siquiera rechistó, ella y mi padre salieron del comedor, mientras que Esteban y yo fregabamos los platos
-No me habías dicho que tu familia tenía un rancho ni que eras un "vaquero"
-Si, bueno, no me gusta ser presumido...- sonreí un poco y terminamos de fregar los platos en silencio
Tomé mi bolso y saqué una pequeña menta que discretamente eché a mi boca, no quería retrasar más mi salida con Esteban por ir a cepillarme los dientes y la mentita nunca falla, papá nos guió hasta la puerta
-Vayan con bien, cuidense mucho, diviertanse
-Gracias por todo Camilo, la comida estuvo muy rica...- decía Esteban mientras él y mi padre se daban la mano
-De nada hijo, vuelve cuando quieras
-Regreso más tarde papá, te amo...- le dije mientras depositiva un beso en su mejilla
-Él es el indicado, cuídalo bien,- me lo dijo en el oído como un susurro...- también te amo hija, vuelve pronto y con bien...- eso último lo dijo más alto
Caminé hacia la camioneta de Esteban y a llegar, este me abrió la puerta, para luego cerrarla y él entrara la comineta e irnos, todo el camino fuimos cantando y riendonos de las cosas que decíamos, después de un rato haciendo duetos llegamos a la feria, y como al principio él como todo un caballero me abrió la puerta de la camioneta y fuimos directamente a la feria, pasamos por muchos juegos: la montaña rusa, los carritos chocones, el carrusel, el martillo, el toro mecanico y muchos más. Después de estar en casi todos los juegos, de tomarnos muchas fotos juntos y comer muchos dulces, decidimos que la rueda de la fortuna sería el último juego al que subiríamos.
-Desde aquí arriba todo es muy bonito...- le decía a Esteban mientras el juego estaba estático con nosotros casi en la cima de la rueda