Una taza de café con galletas me ofreciste esa tarde. Sonrías a cada minuto de oreja a oreja.
No pregunté sobre tu familia; no quería incomodar.
Esa noche dormí contigo, no querías estar sola, los bajones nocturnos eran tus enemigos.
Besé tus párpados, toque las yemas de tus manos, y cante tus canciones favoritas en voz baja.
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Editado: 26.07.2020