Era un tipo no más de cuarenta y pico de años. Era agradable desde el momento que lo conocí. Pregunté por ti, por tu salud mental.
Me invitó a su consultorio y un vaso con agua me ofreció. Mi corazón estaba latiendo constantemente en ese momento.
No pudo darme mucha información, solo un detalle; tu madre las había dejado abandonadas después de la muerte de tu padre.
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Editado: 26.07.2020