Me besó, me beso y sentí que floreci, me beso y sentí corrientes eléctricas en todo mi cuerpo. Sus labios eran dulces, como dos caramelos deliciosos.
No puedo explicar lo que exactamente su beso me hizo sentir, solo se que trajo a mi una paz inmensa, algo que no había sentido con nadie.
Ese beso despertó sensaciones en mi, quería probar más, pasar las barreras que la gente no se atrevería. Entonces, me entregué a él. Ya lo había hecho más antes con otras personas, pero hacerlo con el se sintió como mi primera vez, porque me hizo explorar cosas que ni yo misma sabía que existían o estaban en mi cuerpo.
Perder la virginidad con alguien no significa que la has perdido por completo. Muchas veces, la virginidad se pierde cuando disfrutas de ese momento, cuando sientes que estás en el paraíso y en tu cerebro no hay ninguna pizca de arrepentimiento. Las primeras veces solo te guían a la persona indicada con la cuál perderás realmente eso que todas temen perder.
A mi me gusto hacerlo con el, probar su cuerpo y dejar que el explorará el mío. Solo espero no arrepentirme de esto algún día, porque soy adolescente, y los adolecentes nos arrepentimos de todo. Nos arrepentimos hasta de la ropa que llevamos puesta y eso que ya la habíamos planeado durante toda la semana.