Un chico de otro mundo.

[P R I M E R A P A R T E]

Capítulo cero; 

Con  la invención del primer telescopio, los humanos  pudieron ver por primera vez como lucían de cerca  la Luna y  Marte, y se enamoraron del infinito.

De esta manera daban por iniciado el cuestionamiento sobre lo que hay más allá, de pronto, todos querían conocer los misterios de cielo y la posibilidad de encontrar vida en los otros planetas que rodean la Tierra, a raíz de esto, muchos le comenzaron a temer a la eventualidad de que la raza humana no fuera la única especie con inteligencia.

  Los inventos para la exploración y observación espacial comenzaron aumentar en masa, y cada día eran más los  graduados en astrología y todo lo que tuviera que ver con las estrellas, olvidándose casi por completo de los propios misterios de su civilización que quedo bajo el agua. 

Expertos en la materia espacial comenzaron a inventar palabras técExpertosnicas para su área, entre ellas estuvo extraterrestre, cuyo significado es; Objeto, o forma de vida no proveniente de la Tierra. Al principio solo era usado para identificar el material de las rocas (que son asteroides que se les apoda estrellas fugaces) que con suma frecuencia eran encontradas en lugares como Nuevo México y Arizona.

Con la llegaba de los programas de Radio la palabra extraterrestre se volvió muy popular entre las personas junto los misteriosos dibujos circulares que aparecían en los maizales de los pobres granjeros de todas partes mundo, creando así con una fiebre espacial que trataba de buscarle un significado a todo, porque para algunas personas se parecía más lógico culpar a lo desconocido que a un grupo de gente deseosa de llamar la atención.  No paso ni una semana para que se comenzara a relacionar a la vida no nacida en la Tierra con todo desde la construcción de las pirámides hasta los conocimientos básicos  humanos,  volviendo así a  los primeros  habitantes de este planeta unos imbéciles incapaces  de crear algo por cuenta propia.

Un tiempo después el alarmismo sobre los aliens se propago como la pólvora. Incluso hubo un gracioso locutor de radio que usando la fiebre espacial y  efectos de sonido, muy bien diseñados, hizo que  toda una comunidad entera hiciera el hazme reír ante el mundo, pues estos pensaron que de verdad los alienígenas habían invadido la tierra. Pero esa no sería  la última vez que los alienígenas dirían presente en la cultura popular humana, fueron la literatura, los videojuegos, los comics y sobre todo el cine que sobre explotarían el tema, al principio como un villano innovador al que muchos críticos apostaban en contra pero muchos años después miles de personas presionarían al gobierno para hacer que científicos inventaran armas de alto calibre con la intensión de protegerse  de posibles dictadores espaciales, el cine, los videojuegos y la televisión se volverían los responsables de que un tercio de la población mundial asegurara que habían visto un alienígena,  un platillo volador, ( Objeto Volador No Identificado) o que fueron secuestrados por un ser  fuera de este mundo para ser analizados en un laboratorio súper futurista.

La humanidad sin duda que era estúpida, demasiado para el gusto del colectivo espacial. ¿Qué intereses podrían tener los extraterrestres con tecnología avanzada en sociedad que a su lado apenas gateaba? La respuesta era; ninguno, un golpe brutal para el ego terrícola pero era demasiado cierto, muchos No-Humanos no les interesaba para nada la Tierra,  a veces, solo a veces, los habitantes de Kepler-22b, nombre dado  por los humanos a su planeta mas no por ellos, observan y exploraban el planeta Tierra en modo incognito para matar el rato o sencillamente para entender sus filosofías de vida ya que a veces los homo sapiens podían ser tan interesantes como los habitantes de su propio mundo, incluso algunos atrevidos se quedaban maravillados por algo, ya sea su literatura, entretenimiento, sobre todo por la comida. La fascinación de los aliens por ese astro era tenue, así  como lo dijo el explorador espacial Jont MPlin, nadie se le acercaría sino fuera por el hecho de casi todo en la Tierra se podía comer a diferencia de Kyl, sin embargo, no les convenía acercarse pues la raza humana tiende a ser demasiado agresiva sin ninguna explicación.

Marcus Klyn, príncipe y heredero principal de la corona de Lorba, a pesar que odiaba la Tierra, conocía bien eso, era parte de la historia de su lugar de nacimiento, era ciertamente curioso que los humanos desconocieran de ellos y quien mínimamente creyera en su remota existencia fuera tachado como un tremendo loco, sin embargo eso no se aplicara en los habitantes de “Kepler-22b” todos conocían de la existencia de estos, e incluso varios Kylianos compraban a precios elevados mercancía terrícola desde la fastidiosa música pop hasta esas asombrosas obras literas o increíbles películas que inspiraban a los escritores en la elaboración de los suyos.

Aquel chico, sabía que desde hace muchos años los humanos pensaban que alienígenas eran seres superiores a ellos, en todos los sentidos  a los que con frecuencia se les imaginaba dueños de una inteligencia asombrosa y armas que solo los homo sapiens soñarían con poder recrear sin embargo sus cuerpos dejaban mucho que desear, en parte era cierto pero aun así las versiones variaban según el planeta de procedencia pero todos  los extraterrestres algunos  eran dueños de cuerpos demasiado extraños y muy errados, si no eran bajitos de color verde con antenas como las de un caracol, eran grises con ojos saltones completamente negros y con cabezas en forma de una gota de agua, o tenían cuerpos babosos o sino, también, con características muy similares a las de un insecto o molusco.

Cuando en realidad, eran muy similares gracias a que primeros habitantes homo sapiens eran en realidad habitantes de su mundo que escapaban de la hambruna que los azotaba en aquellos años y que al llegar a la Tierra gracias a sus condiciones, retrocedieron a su evolución. Lo único diferente en ellos era que sus líderes eran los miembros de familias reales eran guerreros formidables, muy inteligentes tanto que eran capaces de aprender nuevos idiomas con solo oírlos una vez, podían manipular elementos a su favor (menos tierra y aire) sin contar que, gracias al ser descendientes del Diosa Vidé podían no retroceder evolutivamente cuando pisaran tierra humana.




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