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El martes pensé que tampoco íbamos a poder hablar, ya que en el receso tuve que salir del colegio a comprar algunas cosas.

Cuando estoy terminando de bajar las escaleras para dirigirme al gimnasio, tú apareciste, nos saludamos y comenzamos hablar.

—¿Y sí, no entras?

—Tengo que entrar, no me voy a perder una clase.

—Sí, sí, ya lo sé.

Nos detuvimos cuando estábamos llegando al gimnasio, mis amigas pasaron por nuestro lado diciéndome prácticamente con la mirada que hacía contigo y yo solo las ignore.

—Quiero que seamos novios de nuevo, si tú quieres obvio.
Dirijo mi mirada a otro lado.

—Para decirte la verdad creo que no estoy todavía prepara para tener algo con alguien, creo que soy sentimentalmente inestable y no me gustaría que eso te afectará. —le comenté.

—¿Qué tal si somos amigos con derecho?

—¿Qué?

—¿No sabes que es?

Ruedo los ojos y lo empujo por su hombro.

—Claro que sé que es burro, solo que no quiero eso contigo, de verdad quiero algo más, pero no en este momento.

—¿Quieres que te espere?

—Si lo puedes hacer, sí.

—Está bien.

Dejamos nuestra conversación hasta hay porque llego el profesor y salí corriendo para que me dejara entrar a su clase.