Un deseo de felicidad

Capítulo III: Ignición

Eran ya las altas horas de la madrugada. Huan, en su departamento en un tercer piso donde actualmente vive sola, se encuentra desvelada debido a sus propios pensamientos que la escarmientan. Como buen espíritu mágico que es, Melodía se percataría de esto fácilmente.

¿Sucede algo malo, señorita Huan?

—Aún no dejó de pensar lo que Layla y esa persona que estaba buscando...

"Hasta la persona más vil puede tener su carta del triunfo."

—«¿A qué se habrá referido con eso...? ¿Qué las personas malas se salen con las suyas? Eso sería muy triste...»

Ahora debe descansar, señorita Huan. Mañana si desea podemos hacerle una visita a la señorita Layla. Por favor, mantenga la calma.

Huan soltó una leve sonrisa, muy tierna.

—Gracias, Melodía. Buenas noches.

Que tenga buenas noches usted también.

Aunque lo normal para toda la ciudad a estas horas dónde la Luna reina, sería seguir el consejo de Melodía, hay personas que ven el dormir como perder el tiempo, y el más claro ejemplo de esto es Yune, quien, en estos precisos instantes, se encuentra entrenado su magia de fuego. Pero por supuesto este tipo de magia no es bueno entrenarla en la casa (o en su vecindario en general, ella ya tiene un historial provocando incendios), sino que lo hace en un manantial que se encuentra en las montañas en las cercanías de la ciudad, al oeste.

—¿Listo Alistar? —inquirió ella ubicada encima de una húmeda piedra que sobresale en el manantial.

Si, señora Aiwara.

—Pues aquí vamos: ¡Full Flameblast!

Este hechizo (que se pronuncia "Full Fireblast") logra crear una potente corriente en espiral de llamas que salen de la palma de las manos de la chica. Ella puede controlar la dirección de las llamas y las elevó al cielo, estás alcanzaron una gran altura, pero, de pronto, empezaron a descender.

—¡¡Ahora, Alistair!! —exclamó sin moverse del lugar.

—¡Si, señora Aiwara! —respondió, y al instante una luz lo envolvió, y a forma de regalo, esa aura blanquecina se traspasó a Aiwara.

Solo hubo medio segundo de espera para que esas llamas engulleran a Yune en un pequeño pero feroz torbellino ígneo. Alistair levitaba a la cercanía, expectante, aunque algo preocupado por dentro. Finalmente, el torbellino se disiparía abruptamente, dando paso a una Yune completamente desnuda envuelta en un aura cobriza y resplandeciente, el rostro de la chica era de asombro y alegría.

—¡Lo logramos! —exclamó. —¡Mírame, ahora tengo una armadura de fuego a mi alrededor! ¡Siento la calidez, pero no siento el más mínimo dolor en mí!

La felicito por su logro, señora Aiwara. Aunque es probable que prefiera seguir practicando... —este espíritu varón haría lo que fuera por no usar la palabra "desnuda".

—¿Ah? Eso es solo un pequeño inconveniente. Pero ya es un poco tarde y la casa está algo lejos. Mejor terminamos por ahora.

Ella deshizo su armadura de fuego, levitó hacia la orilla de este manantial donde tenía su bolsa que guardaba una muda de ropa extra, una vestimenta sin nada de lujo solo era para cubrirla a sabiendas que la ropa que llevase se quemaría. Cuando terminó de vestirse, guardo sus cosas y su espíritu mágico le ayudó a crear unas enormes alas de ave con las cuales pretendía irse, sin embargo, a punto de alzar el vuelo, un orbe de energía mágica aterrizó a tan solo un metro de distancia, terminando en una pequeña explosión que no logró lastimarles, parecía ser una advertencia.

—¿¡Quién hizo eso!? —exclamó al aire enfadada. Alistair pasó de su forma de pluma a un imponente báculo en forma de ala de arcángel. Detrás de ellos, una silueta femenina apareció, portaba un vestido tan negro como la noche misma, sus brazos eran decorados por una chalina escarlata, y un sombrero de gran copa que recordaba al de una damisela francesa de la alta sociedad. Pero lo más destacable era que portaba una máscara blanca de ojos carmesí que brillaban ferozmente.

—Tu debes de ser Yune Aiwara, de la Academia Anima, ¿cierto? —declaró esta misteriosa mujer.

—Y tu debes de ser alguien que piensa que es Halloween, y los únicos que festejan Halloween en septiembre son los vendedores ambulantes. —aseguró con cierto sarcasmo.

≪ Señora Aiwara, me resulta complicado calcular el nivel de magia de esta persona, debe estar ocultando su presencia, y lo hace muy bien.»

≪Ya lo sé, Alistair. Parece que puede empezar una batalla en unos minutos, ¡es nuestra oportunidad para demostrar de que estamos hechos!»

—Mph, ya veo. Sé que eres la segunda mejor alumna de la Academia Animas, pero debo decirte que me he llevado una gran decepción al ver que tu poder es muy pequeño... Parece que la gente de esta pobre ciudad, además de ignorantes, son débiles.

—¿Ah sí? ¡Entonces vamos a echarnos un uno a uno, ojitos bonitos!

—Tu no vales ni que te mate, pero pareces muy deseosa de morir. Esta bien, te concederé ese deseo, ¡pero te arrepentirás de conocer la fuerza de aquella que tendrá en su poder el deseo absoluto!

Es así como empezó una feroz batalla, Yune llevaría la iniciativa, imbuyendo sus puños en fuego y atacando a meleé. Aunque sus ataques eran veloces, esta mujer tenía unos extraordinarios reflejos, y con las manos en la espalda, esquivaba los ataques en el aire a la vez que ganaba más y más altura. Pronto llegaron a los 100 metros.

—¿Terminaste? —comentó burlona la enmascarada.

Yune respondería con una estrategia diferente. Utilizaría un hechizo velozmente.

—¡Boost!

Este hechizo dota al usuario de un aura morada alrededor de su cuerpo, lo que provoca un aumento de velocidad, fuerza y reflejos, pero va desgastando la magia del usuario. Intentó dar un golpe al rostro, pero su enemiga detuvo su brazo con una mano, y antes de dar tiempo a una reacción, propino un fuerte golpe al estomago con su otro puño, un golpe tan potente que provocó que Yune escupiera sangre y saliva, además de aturdirse por unos segundos, momento que aprovecharía la hostil para rematarla con una patada voltereta que la arrojó al suelo. La rubia se salvó de morir estampada entre las rocas gracias a que reaccionó a tiempo, pero ahora tenía sangre escurriendo por su rostro.



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En el texto hay: magia, guerra, fantasa

Editado: 19.09.2021

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