Un edificio sobrenatural

Capítulo 5

—¿Todos aquí lo son? -preguntó Leonardo con sorpresa.

  No pensaba que incluso existieran lugares especiales para ellos 《¿Cómo es posible que nadie esté enterado de su existencia?》 Pensó Leonardo.

—Sí. Este edificio está protegido por un barrera protectora del dueño Alex Villarreal, que es un hechicero.

—Así nadie puede rastrearnos mientras vivamos aquí y no tenemos preocuparnos por fingir ser comunes ya que sabemos quienes somos -comenta Edgar.

—Me duele la cabeza -dice Leonardo golpeando su cabeza con la mesa.

—Haciendo eso te dolerá más.


  Román se levantó de la silla y regresó de su habitación con un libro en la mano —Tu tío me encomendó que te contara todo y te entregara esto.

—¿Un libro? ¿De qué trata? -preguntó Leonardo tomando el libro en sus manos. 

  Era un libro rojo que se encontraba cerrado, aunque no poseía ninguna cerradura.

—No me dijo y sólo tu puedes abrirlo.

—¿Cómo?

—Sólo pon tu dedo en ese pequeño hueco que está en el centro -señala Román con su dedo.


  Así lo hizo y el libro se abrió. El libro parecía más un diario y en la primera página se encontraba un sobre. Leonardo la tomó y sacó una carta.

  Edgar por curiosidad tomó el libro para revisarlo. Él poseía mucho conocimiento sobre objetos mágicos, por su trabajo.

—No revises cosas que no son tuyas -lo regañó Román observándolo como un profesor a un alumno que se comporta de mala manera.

—Es un libro mágico, conocido como diario de memorias. Guarda las memorias de su dueño y sólo la persona a la cual está destinada puede leerlo -responde Edgar que conocía mucho sobre ese objeto mágico.

—Sabes mucho sobre ese tipo de cosas. No esperaba menos de un ladrón de objetos mágicos como tú.

—No me considero un ladrón. Tomo cosas que la gente no debe tener -se excusa Edgar, aunque no importa como lo diga, sigue siendo un ladrón.

—Para dárselo a otros que pagarían por tenerlo -responde Román con seriedad.

—Es un negocio.

—Lo que no entiendo es por qué sigues aquí.

—También me dio curiosidad sobre la vida de Eugenio -dice Edgar sonriendo- y que Leonardo está descubriendo todo, es muy interesante el asunto. Quiero saber como continúa todo esto.

—¿Fue asesinado? -se sorprende Leonardo interrumpiendo la conversación de ellos.

—¿Quién? -preguntan los dos al mismo tiempo.

—Aquí en la carta dice que estaba siendo perseguido por el clan Asha. Querían un objeto mágico que él guardaba. Dice la carta que es probable que cuando yo lea esto él ya esté muerto.

—¿No fue un accidente como decían? -se sorprendió Román. Según lo que escuchó Eugenio había muerto en un accidente de auto- Esa era la razón que me dejó como encargo contarte todo. Él sabía que podría morir. Jamás imaginé eso, pensé que sólo iba de viaje por un tiempo.

—Pero ¿qué era ese objeto? ¿Por qué lo matarían por eso? -Leonardo estaba preocupado. No esperaba esa noticia tan impactante.

—No tengo idea de que objeto mágico era, pero debía ser muy importante o poderoso para que lo asesinen -responde Román pensativo.

—La pregunta es... ¿obtuvieron el objeto? -preguntó Edgar con interés sobre el objeto.

—En la carta no dice nada -dice Leonardo con la carta en la mano- Sólo que me deja también dinero para mis gastos personales.

—Puede que en el diario de memorias esté la respuesta.

—En la carta dice que la información está allí -Leonardo va pasando las páginas- No puedo leer nada. Ni letras son -se queja él. No entendía nada de lo que había en ese diario, eran unas especies de rayas que no tenían ningún sentido para él.

—Son runas. Si tuvieras tu poder mágico despierto podrías entenderlo -responde Román.

—Leelo tú -le dice Leonardo.

—No puedo. Edgar lo dijo, sólo tú puedes leerlo. Nosotros sólo veremos hojas blancas.

—Tendrás que despertar tu poder mágico si quieres conocer lo que está en ese libro -comenta Edgar señalando el diario de memorias.

—¿Cómo lo hago? -pregunta Leonardo. El día anterior vivía una vida normal y ahora preguntaba como despertar un poder mágico que ni tenía idea que poseía.

—Soy un licantropo. Yo no tengo idea.

—Los magos y brujos somos muy similares. La diferencia es que nosotros invocamos familiares de luz y los brujos familiares de oscuridad -le informa Román.

—¿Familiares? -pregunta Leonardo.

—Son espíritus que nos acompañan y nos prestan parte de su poder.

—Los brujos usan magia oscura ¿Los brujos son malos?

—No, por usar mágia negra no te hace malo. Al igual que usar magia blanca no te hace bueno -indica Román- Yo desperté mi poder mágico desde niño porque vengo de una familia mágica y tenía conocimiento de eso, pero no sé como despertar el tuyo. A mí se me despertó fácilmente. 




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