Capítulo 9

  Al terminar de desayunar Leonardo fue a tocar la puerta del apartamento 21, el de Román.

 Estaba algo nervioso, no sabía como iba a reaccionar Patrick, según le contaron Román y Edgar era un señor muy, pero muy amargado.

—Justo a tiempo. Ya iba a buscarte -responde Román abriendo la puerta- Voy a salir Beilla.

—¿A quién le dices eso? -pregunta él. Lo que sabía era que Román vivía solo y no tenía visitas 《¿O será una novia?》

—A mi familiar, se llama Beilla. No es muy sociable. Quizás después la conozcas.

—Espero que todo salga bien -comenta Leonardo preocupado. Ese brujo era su única opción para convertirse en uno y poder descubrir la verdad. 《¿Quién iba a pensar que estaría decidido a convertirme en un brujo?》

—Con Patrick nunca se sabe -Román cierra su puerta con llave y al voltear ve a Edgar acercándose.

—¿Ya vamos a ir? -dice Edgar que acaba de llegar.

—Si viniste -se sorprendió Leonardo.

—Quiero saber que sucede. Éste asunto se está poniendo bueno y hoy no tengo trabajo.

  Entraron al ascensor para bajar hasta el apartamento número 10 y los tres se detuvieron frente a la puerta de Patrick. Ninguno se atrevía a tocar la puerta.

—Es tu turno Leonardo. Toca -le insite Román, que no quería ser él quien lo hiciera.

  Así hizo Leonardo, con suavidad tocó tres veces. Esperaron un rato hasta que se abrió la puerta. Apareció un hombre musculoso de 56 años, cabello verde muy oscuro y ojos dorados. Fumaba un cigarro y los veía con antipatía.

—¿Usted es Patrick? -le pregunta Leonardo nervioso.

—¿Qué quieres? -responde Patrick con rudeza. Su mirada era dura y aterradora.

—Me dijeron que es un brujo.

   El cuerpo de Leonardo estaba temblando del miedo. No esperaba que aparte de amargado era alguien intimidante.

—¿Y? -pregunta Patrick con disgusto, expulsando el humo del cigarro de su boca.

  Leonardo no podía pronunciar palabra alguna, el rostro de Patrick le inspiraba un terror enorme y se arrepentia haber ido allí.

—Leonardo tiene sangre de brujo y le quiere pedir si lo puede entrenar -Román decidió hablar por él.

—¿Para qué haría eso?  -pregunta Patrick con desagrado. Era notable que su visita le causaba molestia.

—Puedo pagarle -dice Leonardo intentando convencerlo.

—No necesito dinero. Adiós.

  Cerró la puerta de un portazo muy fuerte y los tres quedaron decepcionados. Leonardo no quiso rendirse.  Dijo en voz alta detrás de la puerta cerrada.

—Yo no sabía nada sobre seres mágicos ni sobrenaturales. Hace sólo unos pocos días me enteré de todo. Mi tío Eugenio me dejó una carta que decía que podía ser asesinado por el clan Asha. Necesito despertar mi poder para leer el libro que me dejó en donde debe darme una pista de lo que sucedió.    

  Después todo quedó en silencio y la puerta se abrió.

—Así que eres sobrino de Eugenio -dice Patrick. Su semblante cambió y no se veía tan aterrador- Le dije que no se involucrara con ese clan. Entren.

 Se sorprendieron y entraron. Ni Román ni Edgar habían entrado nunca a su apartamento.

—¿Cómo sabes que fue el Clan Asha quién lo asesinó? -preguntó Patrick con curiosidad sentándose en un sillón. Ellos también hicieron lo mismo.

—En el libro estaba esta carta -Leonardo se la ofreció.

—"Leonardo, sobrino, si estás leyendo esto es porque yo ya habré sido asesinado posiblemente por el clan Asha, son un poderoso y temible clan, ellos buscan algo que yo poseo. Debes estar confundido de enterarte de todo esto de la nada. Yo quería entrenarte, pero tu padre se negó porque quería que fueras alguien normal. Tienes mucho potencial, espero que puedas sacarlo. Hay algo que necesito que hagas por mí. Todo está en éste diario de memorias. Mucha suerte sobrino y lamento involucrarte en todo esto, pero es algo necesario"

"PD: Te dejé algo de dinero para tus gastos personales. Me despido y lamento no haber podido hablar contigo sobre este asunto. Busca a Patrick Carrillo, él podrá ayudarte"

  Patrick terminó de leer la carta y se quedó pensativo.

—Al final terminó involucrandome también en esto. Eugenio ni muerto deja de molestar -se queja Patrick 《El clan Asha fue quien lo asesinó. Quien iba a pensar que el propio Armando fuera el que diera esa orden》pensó él.

—No había escuchado lo que decía la carta con detalles  -comenta Edgar con sorpresa.

—¿Usted y mi tío eran conocidos? -le pregunta Leonardo con curiosidad. Su tío era alguien muy alegre y Patrick era todo lo contrario.