Un edificio sobrenatural

Capítulo 18

   Al siguiente día Leonardo se dirigió hasta el salón de fiestas del edificio en donde Patrick lo citó. No le dio explicación sólo que fuera a esa hora allí.

 

 Llegó, pero lo que no esperaba ver es a varias personas sentadas alrededor como si esperaran un espectáculo.

 

—¿Qué es todo esto? -le preguntó a Román quien se acercó a él.

—No me culpes a mí, Maribel fue la que invitó a todos.

—¿Quieren verme pasar vergüenza? Ni siquiera he despertado mi magia -Leonardo se encontraba aterrado. No entendía la razón por la que estuvieran los vecinos.

—Patrick intentará obligarte a hacerlo. Puede que la presión de que te observen te obligue más.

—O todo lo contrario.

—Puede ser -contestó Román dándole una palmada en el hombro para darle ánimo, porque lo necesitaría.
 

  Patrick y Leonardo se encontraron en el medio del salón.

—¿Por qué hay tanta gente? -le reclama Leonardo.

—Idea de Maribel para qué te conozcan los vecinos.

—Podrían conocerme en otras circunstancias, en donde no pasaré vergüenza ni seré humillado -él se encontraba muy preocupado por lo que Patrick haría frente a esa multitud.

—Debes mentalizarte que lo harás bien -responde Patrick con seriedad. Él tenía fe en Leonardo, siendo el sobrino de Eugenio debería tener su misma voluntad de nunca rendirse.

—Llevo días y todavía no lo logro.

 

  Leonardo estaba sumamente desanimado. En ocasiones pensó que quizás todo era una equivocación y él no heredó la magia como ellos pensaban 《¿Por qué no despierta? ¿Tan débil soy? ¿O es que no sirvo para la magia?》

 

—Recuerda que hay como nueve personas viéndote -le advierte Patrick con una sonrisa malvada.

—Eso no me calma los nervios.

—Lo sé, obligate a ti mismo.

—¿Y qué haré si no puedo usar mi magia? -pregunta Leonardo. Si no tenía magia ¿qué haría frente a todas esas personas?

—Boxer y Gregory te ayudarán.

 

  Patrick le hizo señas y se acercó el mismo hombre que él vio junto a una chica entrando en el edificio el día que conoció a Karina. Junto a él caminaba un perro de raza mestizo.

—Él es Gregory y ese es Boxer -señala Patrick presentándolos.

 

  Leonardo sintió otra vez una extraña sensación al tenerlo cerca. Era un escalofrío que recorría su cuerpo. Gregory no era alguien normal ya que vivía en ese edificio, pero no adivinaba que podría ser.

 

—Hueles bien, tu sangre debe ser deliciosa -dice Gregory acercándose demasiado a él.

—¿Mi sangre? -el rostro de Leonardo se volvió pálido del susto. Habla de su sangre, era obvio que era.

—Gregory, sabes que está prohibido beber la sangre de los vecinos -lo regaña Patrick muy molesto.

—Sólo era una broma,  no te lo tomes en serio -contesta Gregory riendo.

—¿Eres un vampiro? -pregunta Leonardo, aunque ya conocía la respuesta.

—Entonces es cierto que no sabías nada. Boxer te ayudará a sacar tu poder -Gregory señala a un gran perro mestizo.

—¿El perro?

—No dejes que te muerda. A veces no controla su instinto de beber sangre.

—¿El perro también es un vampiro? -Leonardo no imaginaba que los animales también podían llegar a convertirse en uno.

—Lo encontré hace unos años en la calle -responde el vampiro acariciando a su perro- Estaba herido y a punto de morir, pero en sus ojos podía verse que deseaba vivir y yo le di una nueva oportunidad y una nueva vida.

—Empecemos -ordena Patrick quien ya se encontraba impaciente.

—¿Qué es lo que haremos? -pregunta Leonardo. 《¿Cómo un perro me ayudará?》

—Boxer,  ¡Ataca! -ordena Gregory rápidamente.

—¿Qué? Esperen ¿Cómo esto me va ayudar?

—Si no quieres que te muerda un perro vampiro debes sacar tu fuerza.

—Esto es demasiado.

 

  Leonardo corría por su vida, pero Boxer era muy rápido.

 

—Hemos intentado hacerlo mediante lectura, meditación y prácticas, no ha servido. Puede que poner en peligro tu vida te ayude -responde Patrick quien se notaba en su rostro lo mucho que se divertía.

—¿Me ayude? Me ayude a morir -grita Leonardo desesperado por la situación actual. No esperaba que fuera de esa manera.

—Es rápido -le dice Patrick a Gregory.

—Pero no más que Boxer -responde con una sonrisa. Estaba orgulloso de su perro.

 

   Leonardo estaba en el suelo aterrado mientras Boxer se acercaba lentamente acechando a su presa. Un licantropo apareció saltando detrás de él gruñendo. Boxer sintió miedo y se fue alejando.




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