No logré conciliar el sueño, no podía dormir, entonces decidí ensayar las canciones y así estuve toda la noche, solo dormí una hora.
Al día siguiente no desperté cansada y eso me impresionó.
—Emma, estuviste ensayando toda la noche las canciones, sé que no dormiste y no quiero castigarte —dijo mi mamá al entrar a mi habitación.
Estaba enojada.
—Lo siento, mamá, no pude dormir —dije.
—Tu hermano llegará al lugar del concierto directamente, vamos a acompañarte a tu prueba de sonido y ensayos, así que corre a desayunar porque tienes que estar ahí en dos horas —avisó.
Carlos se había quedado a dormir con sus amigos, iba a extrañarlos y quería aprovechar con ellos los últimos momentos.
Desayuné lo que mi mamá hizo y terminando me fui a bañar.
—¡Ana llegará un poco tarde! —exclamó mi mamá.
Puse música y me metí a la ducha. Me puse a pensar en el concierto y en mis canciones, quería practicar y tuve una grandiosa idea, puse la pista de las canciones y canté en el baño.
Cuando era más pequeña tenía la mente abierta y deseaba tener muchas cosas en ese momento, siempre le contaba a Ana que quería ser cantante y youtuber, ella me apoyó siempre; hasta que por fin se me cumplió mi deseo y le rogué a la disquera que Ana fuera mi mánager, ella cumplió todos los requisitos y la aceptaron como mi representante, eso nos dio mucha alegría a las dos. De igual forma ella cumplió su sueño de representar a alguien en la música, siempre fue la indicada para serlo. Ella sabe todo sobre mi libreta de canciones, tuvo el placer de escuchar casi todas y supo los significados. Al final todas mis libretas y lo viejo que tuve lo guardé en una caja y la metí a mi armario. Jamás volví a abrirla.
Canté lo último y terminé de bañarme, me sentía lista y preparada mentalmente para el concierto.
Me sequé y saqué la ropa que iba a ponerme, un jumper negro con corte de pantalón. Me puse el jumper con unos tenis y luego salí de mi habitación corriendo.
—¡No se te olvide dejarle comida al perrito! —exclamó mi mamá desde la planta baja.
Le dejé su comida y bebida en la habitación y salí corriendo, mi mamá ya estaba lista, así que salimos de la casa y entramos al carro. Comencé a manejar y mi mamá activó la radio, estaba puesta la estación que me gustaba escuchar y casualmente estaban hablando de mí. Habían algunas ocasiones en las que me daba pena que hablaran de mí en la mayoría de estaciones que me encantaba escuchar, era extraño.
En cuestión de minutos llegué al lugar del concierto y aparqué el carro, después salimos y entramos. Saludé a todos y me acomodé con los chicos de la banda, ellos ya tenían las canciones y las estaban ensayando.
—Esta canción tiene un estilo roquero, tenemos que cambiarle una parte de los acordes, hay que hacer
que no quede igual que la original —dije.
—Hay una más lenta y ya tenemos algo para que no suene igual a la original —dijo Alan, el guitarrista.
—Enséñame —dije.
Comenzó a tocar la canción en la guitarra acústica y los demás lo siguieron, se escuchaba muy bien y para nada a la original. Me uní a ellos y quedé satisfecha con el ensayo de esa canción.
—Chicos, está perfecto, realmente ustedes tienen futuro —sonreí.
Ellos se emocionaron mucho al escuchar eso.
—Ya llegué —saludó Ana.
—Hola —saludé con una sonrisa.
—¿Algo nuevo? —preguntó.
—Los quiero a ellos en Londres conmigo, quiero que toquen conmigo en los premios y en la gira —sonreí.
—Eso quería comentarte, ¿pero estás segura? —preguntó.
—Son muy buenos, han ensayado toda su vida y ya se aprendieron las canciones que tocaremos, pudieron
cambiar lo original y eso es asombroso.
—Eso suena bien, hablaré con los de la disquera para que les hagan un contrato —dijo.
Sabía que ellos iban a emocionarse cuando escucharan eso, así que me dirigí a ellos para contarles todo. Ana iba a marcar a la empresa e iba a comentarle al director sobre lo que yo había decidido.
—Les tengo una sorpresa —dije.
—¿Qué pasó? —preguntó Alan.
Guardé silencio unos segundos y hablé.
—¡Ana va a llamar a la disquera para que les hagan un contrato y puedan ir conmigo a Londres y estar en mi gira! —exclamé con emoción.
Ellos voltearon a verse y gritaron de la emoción.
-—Emma, muchas gracias por la oportunidad —dijo Raúl, el baterista.
—No me agradezcan, realmente son muy buenos y pelearía por ustedes siempre, en serio —sonreí.
Siguieron agradeciéndome por un rato y luego nos pusimos a ensayar todas las canciones que faltaban, nos equivocamos en varias pero logramos superarnos.