Un nuevo día comenzó y esa mañana hacía demasiado frío, estábamos a cinco grados y no podía soportarlo.
Alexis y Carlos querían salir a jugar fútbol pero no podían jugar así, iban a congelarse si salían.
—¿Quieren más chocolate caliente? —preguntó mi mamá.
Mi hermano y yo la miramos y asentimos como pudimos.
—Venimos de un lugar donde el frío está moderado y ahora vivimos en una ciudad donde el frío llega a menos de cero grados —dije.
Lo bueno era que el departamento tenía chimenea, así que me acerqué lo más posible para calentarme un poco.
—Todavía no se acercan los premios, pero creo que deberíamos de empezar a ver el vestuario que usaremos, te veremos cantar y con ese premio —dijo mi mamá.
—Solo falta que lo gane —reí y seguí temblando.
—Querías venir a Londres, pues ahora te aguantas —dijo y me dio mi taza con chocolate caliente.
—No importa el frío, estoy agradecida por estar aquí y eso es suficiente.
Tomamos el chocolate caliente y nos relajamos con las cobijas que teníamos, estaban calientes y eso nos salvó de ese frío.
Me metí a mis redes sociales y comencé a ver los videos que la página de los premios publicaba sobre el evento y de los artistas.
—¿Vas a ir a jugar con Alexis? —preguntó mi mamá.
Le preguntaba a Carlos.
—Creo que sí, ya se está sintiendo un poco de calor conforme pasa el tiempo —dijo.
En ese momento alguien tocó la puerta y Carlos abrió.
—Alexis —saludó Carlos.
—¿Listo para perder? —preguntó con tono burlón.
Reí desde el sillón.
—Buenos días a todos —dijo Alexis.
—Hola, amigo —saludé.
Mi hermano se cambió y se fue con Alexis al parque que estaba cerca del edificio.
—Ve a cambiarte, Emma, ya vamos a ir al centro comercial —dijo mi mamá desde la cocina.
—Está bien.
Fui a mi cuarto y revisé los cajones, agarré mi abrigo, unos pantalones negros, una blusa blanca de manga larga, mis botas con tacón, un gorro y me puse todo.
Salí de mi cuarto y esperé a mi mamá en la sala de estar, mientras tanto me puse a grabar unos videos para mis redes sociales. Ese día iba a grabar para mi canal de YouTube y quería avisar la noticia.
—¿Vas a grabar? —preguntó mi mamá saliendo del cuarto.
—Sí, mamá, quiero que ellos me acompañen —sonreí.
—Muy bien, solo no vayas a perderte, por favor —dijo.
—No, mamá —reí.
Entró al baño y yo aproveché eso para grabar la introducción.
Prendí la cámara y activé el micrófono, esperé unos segundos para que el lente enfocara mi rostro y después comencé a grabar.
—¡Hola a todos! —exclamé con emoción—. Estoy feliz de estar aquí con ustedes, aunque sea en otro país, pero estoy aquí, un poco nerviosa porque vamos a ir a un centro comercial muy conocido en Londres y quiero que ustedes me acompañen en esta aventura —guiñé el ojo y sonreí.
Apagué la cámara y fue cuando mi mamá salió ya vestida del baño, después agarramos todo lo que usaríamos y salimos del departamento.
Grabé mis pies bajando de las escaleras y también mi cara sonriendo.
—Bueno, chicos, nos encontramos tomando taxi y la verdad no es como en México, son muy diferentes y es muy raro que se paren levantando la mano —conté.
—Eso extraño de México —dijo mi mamá.
—¿Han visto «Si tuviera 30»? —pregunté—. Me siento como Jenna cuando está tomando taxi con la mano y
nadie se detiene —reí.
—Chifla —dijo mi mamá.
—No sé chiflar —reí nerviosa.
Mi mamá chifló y reí, así se paró el taxi y nos metimos.
—Estamos rumbo al centro comercial y estoy muy feliz porque estamos cerca del Big Ben, espero que nos alcance el tiempo para ir —dije.
Grabé lo que veía desde la ventana e hice unas tomas de mi cara sonriendo y haciendo guiños.
—Estamos por llegar, ya se ve el centro comercial desde aquí —dije con emoción mientras enfocaba el lugar.
El taxi se detuvo en frente y prendí mi cámara, la dejé en mis piernas, pagamos el taxi y salimos.
—Se ve muy grande desde afuera —dije.
Entramos y grabé todo lo que veía, estaba muy grande el centro comercial y no sabía por dónde empezar. Había un buen de tiendas de ropa, puestos de comida, tiendas de maquillaje, de accesorios, entre otros.