Capítulo 8

Irme a dormir sabiendo que he discutido con Alek me es imposible, no dejo de pensar en él y es tan molesto porque no quiero volver a depender emocionalmente de alguien, ya he tenido suficiente de esa clase de dolor, él me importa mucho como para que las cosas terminen mal.

No sé si me gusta o si quiero que seamos algo más que amigos, pero ¿Somos amigos? Él nunca me cuenta nada, trato de no presionarlo como no me gusta que me presionen a mí para hablar, pero dentro de mí está creciendo una extraña curiosidad que me hace querer saberlo todo de él.

Al día siguiente, después de clases y en el entrenamiento me empieza a pasar factura el no haber dormido nada anoche.

-¡Isobel! ¡Más rápido! - Me presiona la entrenadora.

¡Maldición! Estoy tan cansada, odio tener que estar nadando sin tener las ganas para hacerlo, me siento prisionera en el lugar más feliz que tenía en mi vida, es como si el agua fueran las cadenas que no me permiten seguir avanzando.

Al terminar de entrenar, entro rápido al vestuario, me doy una ducha rápida y salgo de prisa para no tener que hablar con mis compañeras, aún no me siento lista para fingir que las cosas siguen como antes, ellas eran mis amigas, pero al enterarme que sabían lo que me hacía Erick y le guardaran el secreto para que las siguiera invitando a fiestas, me daño, fue como sentir un puñal en el corazón, lo más duro de la ruptura con Erick fue el saber que todos los que creía mis amigos no eran míos sino de él.

Al salir del instituto lo veo a él acompañado de sus amigos, supongo que ya terminaron de entrenar, uno de mis temores de regresar a clases era volver a sentir esa opresión en el pecho acompañado del nudo que se me hacía en el estómago cuando lo veía, pero todo eso ya pasó, ya lo superé a él, pero aún no logro dejar atrás las secuelas del daño que me hizo.

-¡Eh! Isobel ¿Quieres que te acerquemos a casa? - Pregunta Julian.

Hipócrita pienso antes de negar con la cabeza y seguir caminando.

-¡Espera! - dice Erick deteniéndome, no me sorprende que me alcanzará tan rápido cuando es el mejor en el equipo de Atletismo.

-¿Qué? - Pregunto tajante mientras suelto el agarre que tiene en mi brazo.

-¿Cómo estás? Me alegra que regresaras al equipo - dice él.

-Si, a mí también, ya era hora - digo con la mejor sonrisa que puedo, no quiero decirle que en realidad estoy odiando todo esto.

-Me parece fantástico, hace rato no vienes a cenar con nosotros, te hemos extrañado y estamos súper preocupados por ti, sabemos que lo que paso no es fácil pero lo mejor es estar con tus amigos.

Creía que Erik no podía ser más desalmado, estoy tratando con todas mis fuerzas de no mandarlo a comer mierda a él y a todo su sequito, es un pendejo, si estuviera preocupado por mí no me hubiera hecho daño, pero para él yo nunca he sido más que un accesorio que lleva consigo desde que nació.

-Tiene razón, mejor voy Camille, mi amiga - le respondo antes de marcharme.

NOTA DE LA AUTORA:

Hola, hola.

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Gracias;)