Eva y Elianny agotaron todas sus ideas buscando citas para su madre, incluso habían invitado a todos sus maestros solteros, pero nada surtía efecto faltaban solos tres meses para navidad cuando su madre llego con una niña más pequeña que ellas a su puerta.
—¿Quién es ella? —pregunto la menor con recelo, Eva por su parte miro la pequeña con ternura tenía 10 años y era más madura que su hermana menor.
—Ella es una de mis estudiantes, no llegaron por ella y la traje a casa, iremos a su casa en busca de su niñera —respondió su madre, Clare no era de guardarse secretos con nadie, mucho menos con sus hijas.
—¿Dónde está su mamá? —cuestiono Elianny con molestia, su madre le dio una mirada severa y está bajo la cabeza al ver a la pequeña Abby dejar salir unas lágrimas.
—Ella no me quiere, se fue y no volverá —le respondió sintiendo menos dolor porque a su corta edad ya entendida las cosas.
—Vamos a cenar, luego la llevaré a su casa —demando la mayor, las tres niñas se dirigieron a la mesa donde los abuelos ya estaban esperando por ellas.
—Madre buenas noches, padre, espero estés bien, ella es Abby una de mis alumnas, al terminar la cena la llevaré a su casa —les comunico, estos le sonrieron a la niña y procedieron a comer.
...
Las tres niñas hablaban de tonterías en la parte trasera del auto de Clare cuando este recorría las calles tratando de encontrar la dirección registrada en la ficha de su estudiante.
El semáforo cambió y ella se deslizó por la calle cuando de la nada salió una pelota y como madre precavida sabia que detrás de una pelota siempre viene un niño por lo que freno de golpe y así golpeándose en la frente con el timón de su auto y sus gafas.
— ¡Mierda! —exclamo enojada. Se desmontó escuchando a sus hijas preguntar qué pasaba.
Cuando salió del auto vio a un niño de la edad de sus hijas aproximadamente tomar la pelota frente a su auto.
—Dime donde está tu irresponsable madre —musito enojada, ya era oscuro para un niño estar en la calle solo, el pequeño se le parecía conocido, sin embargo, no sabía de dónde, llevaba una playera de equipo de basquetbol y unas bermudas, igual en color verde.
—Ella nos abandonó a mí y a mi padre, nos echó a la calle sin dinero y se robó a mi hermanita —respondió con sinceridad, Clare tartamudeo por la honestidad del chico.
—Hijo que te he mencionado de hablar con extraños —el hombre alto y apuesto de ojos miel se acercó al niño con una sonrisa impresionante, por unos segundos Clare se quedó embobada admirando el prospecto masculino en frente suyo.
¡Qué calor! Exclamo la maestra para sus adentros.
—Será a usted que deberías educarlo de no darle una pelota a un niño de esa edad a estas horas, si no hubiera sido yo la conductora, otra sería la historia —le grito altanera. Elianny y Eva salieron al escuchar los gritos de su madre.
—Usted no tiene ningún derecho a decirme como educar a mi hijo, además... —fue interrumpido por la dulce voz de Elianny.
—Usted estuvo en mi colegio la semana pasada —el hombre miro la niña unos segundos luego a Eva para finalizar con la hermosa mujer que rabiaba de enojo frente a él.
Sin duda ¡preciosa!
—Efectivamente, estuve asistiendo aún colegio, allí asistirá mi hijo y yo seré el nuevo coordinador de área —respondió sin apartar la vista del sonrojado rostro de Clare.
—Niñas no dejen sola a ... — ahora la que interrumpió fue Eva.
—Mamá, ella está dormida, aún es muy pequeña —le comento a la madre.
—¿Señor coordinador, usted vive por aquí?—Elianny estaba encandilada con el hombre, el cual se bajó a su altura regalándole una tierna sonrisa.
—Si princesa nos mudamos hace una semana, vine a esta ciudad en busca de mi hija, pero parece que se la trago la tierra, espero sea tan hermosa como tú —le dijo a la niña que suspiraba encantada.
—¿Es usted soltero? —pregunto Eva. Clare quería matar a su hija por ser tan desubicada.
—Eva, esas cosas son personales —recriminó la madre.
—Está bien, soy divorciado desde hace varios años —respondió sin darle importancia.
—Mi madre también es soltera, bueno, en realidad viuda, sin embargo, es lo mismo —comento al darse cuenta de las miradas de los adultos.
—No, Eva, este no le funcionará a mamá —intervino Elianny, Richard se puso de pie riendo al darse cuenta de la escena de celos que le hacía una cría que apenas conocía.
—Madre me puedo casar con el cuándo crezca —Clare sintió que se desmayaría, pero un grito de Abby los hizo correr a todos.
—Que paso cariño ya estoy aquí —le susurro al oído, la niña lloraba agitada bajo las capas de ropa que llevaba.
Richard miró a Abby con gran asombro, no se equivocaba, el llamado de la sangre es invaluable.
—¿Por qué usted tiene a mi hija en su poder?...
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Editado: 18.12.2021