No sé si invitarlo a un espacio donde nadie ha venido, sea prudente, pero la verdad es que con la visita del señor Jhon, no quiero hacer nada, esta mañana cuando recibí la llamada, no esperaba que las noticias fueran tan desagradables, compramos todo para preparar hamburguesas – si, dirán ¡vaya pero que gourmet! – no, es que entre los dos debimos ponernos de acuerdo y él no quiso que le preparara otra cosa – creo que es de esos chicos que leemos en las novelas – en fin, ya estamos en mi departamento, yo preparo la carne y él las papas, tenemos los panes ya en el horno con ajo para que se doren un poco.
Todavía no puedo creer lo que me entere, ni siquiera en lo más profundo, imagine que pudieran hacer algo tan vil con una niña, se que él quiere que me desahogue o hable de algo, me di cuenta que observo a Jhon cuando estaba hablando por celular, pero me alegra que no dijera nada delante de los niños – no sé quiénes son más curiosos los hombres o nosotras- ya tengo las cosas listas para servir y las llevo a la isla para hacerlo, en eso de debato en como empezar.
Hablamos de todo o por lo menos entre lo que le puedo contar, trato de no inventar nada o evitar ciertas cosas y creo que se da cuenta, pero no dice nada y me agrada que respete mi silencio o decisión de no continuar con algún tema, luego de comer lavamos la losa y le digo que vayamos a comprar los regalos, de hecho el compartir con alguien me hizo bien, me ayudo a distraerme por un instante de las cosas que me aprisionan, porque sí, hay cosas que no le digo a Ana, una de esas es que por fin encontré a mi padre, se que no le agradara la idea por ahora de lo que paso en ese entonces y no la culpo, todo lo que paso después fue por una sola decisión.
Pasamos por varias tiendas, entre ellas ropa femenina, ropa para bebe, antigüedades, librería, perfumerías, joyerías, juguetería – muchas tiendas a decir verdad – este centro comercial es enorme y ya no quiero andar más, pero él está muy entretenido consiguiendo los obsequios, se que hace tiempo no comparte con la familia y que lo hace más especial para él, supongo que por eso parece querer comprar medio centro comercial, llevamos lo que podemos en el carro, el restante pide que lo lleven a su casa mañana temprano, ya por fin puedo descansar los pies en cuanto me siento, escuchamos algo de música y hablamos de cosas comunes.
Cuando llegamos nos espera José acompañado de una señorita muy bonita, tiene el cabello rojo, piel blanca y ojos negros, tiene un enterizo negro que le queda muy bien
Cuando salgo por las otras bolsas no encuentro a nadie, pero continuo hacia la camioneta y saco mas bolsas, miro el carro y creo que tendré que hacer tres viajes más, cuando por fin estoy alistando las ultimas bolsas, veo que de la casa sale Frank y la chica, no les pongo mucha atención, me preocupo en cerrar bien y que no se me caigan, en eso llega José y me ayuda con la mayoría de cosas, no me dice nada y le agradezco que por ahora no quiera hablar del tema, pero se que tendremos esta conversación tarde o temprano.
Después de comer algo suave decido irme a la cama, no quiero ver a Ana, ella me conoce demasiado bien y sabría que le escondo algo importante, al día siguiente no me quiero levantar, mi noche fue terrible, nuevamente tuve esas pesadillas – eso jamás me va a dejar – decido levantarme y aprovechar el tiempo, mañana me voy para unos cursos vacacionales en la universidad y adelantar materias, no vere a nana hasta dentro de una semana. Voy a la cocina para alimentar mi hambriento estomago – parece que tengo un león dentro – saludo a Lola, le cuento como me fue con los niños y que están emocionados de poder verlos el fin de semana, entra Ana y hablamos un rato de preparaciones por que ellas van a hacer la cena de fin de año, a José no lo he visto en la mañana y tampoco al señor Frank, luego de un tiempo nos vamos arreglar para ir a la cena.
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Editado: 23.03.2022