Un Final Entre Actos

10

Noveno Acto: Asimilar 

Narra Isabella

Enfermedad terminal, dos palabras que pueden significar mucho, dos palabras que destrozan y construyen.

Lo malo de padecer una enfermedad imperceptible durante los primeros años es que al principio muchas personas piensan, incluyéndome, que todo lo que sientes está en tu cabeza y que de algún cierto modo causas todo imaginando lo.

La muerte no es sino aquello que le da un punto final a tu vida. 

Estábamos en el mismo caminó y así juntos nos enamoramos de la muerte, tan tétrica pero generosa.

Aunque el momento no fue el que esperaba, me alegré de haber vivido con el esas pocas cosas que me hicieron tan feliz en este último mes. Él era lo que necesitaba tal como dijo el doctor Han.

Recuerdo el día que hable con ese viejo del doctor Han, era mi última revisión. La que confirmaría el aproximado de tiempo que me quedaba. Por casualidad vi salir a Dan del consultorio del doctor Han. 

—¿Por qué él estaba acá?

—¿Te interesa? —su pregunta no era eso necesariamente, nos conocíamos desde hace mucho. 

—Solo curiosidad —aun así, respondí.

—Te quedan 38 días a lo mucho —dijo después de chequear el estado de mi Esclerosis Múltiple.

—Oh —no sabía que decirle.

—¿Quieres vivir feliz los últimos días? —quien diría que no. 

—No —negué. Claro esa iba a ser mi respuesta. Preferiría resignarme a una muerte infeliz.

—Sé que no es así Isa. El chico que salió hace unas horas del consultorio le queda un mes y medio sino es que menos.

— ¿Y? —la realidad era que si quería saber según sabía era un tipo sano...

—Su nombre es Daniel, muy buen muchacho, aunque necesita a una atravesada como tú. Su chica ideal es una fotógrafa ¿Curioso? 

—Yo ni se usar una cámara —y era la verdad, lo que más me gustaba era escribir y cantar—.No lo haré, no te creas mi padre.

—Y no lo hago, tu padre siempre será Magnus el mejor padre y amigo.

—Está muerto ¿No sientes lástima que hablar de él, me pone mal?

Le hice caso debo admitir, compre una cámara y le insistí al joven que me explicara cómo usarla de la mejor manera.

Me encanto, me enamoré de esa cajita metálica. Me obsesioné con la fotografía y por pura casualidad me topé con él.

No reaccione de la mejor manera al enterarme que tenía una enfermedad que me jodería hasta los huesos.

No comí por una semana lo cual empeoró todo, ya había perdido a mi familia, asimilar que no podría hacer una familia o hacer algo mejor con mi vida me dejó destrozada, pero recapacite.

No sería la primera ni la única a la que le sucedía algo por el estilo. La muerte no es la culpable, Dios no es el que dice "el morirá porque tiene muchos pecados" o eso supongo. 

Las enfermedades son como una planta que cultivamos mejor que una flor. Sin enterarnos mucho sobre ellas.

Cada encuentro significo todo, desde el momento en el que supe de Dan, no llegamos a lo que parejas reales llegarían, pero tampoco pasamos por cosas que ellos mismos harían, fue una historia corta donde dimos lo que tuvimos.



#16215 en Novela romántica

En el texto hay: 15 capítulos

Editado: 26.09.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.