Un gran cambio

Seis

Jacob

El día viernes los chicos y yo nos dedicamos a recuperar fuerzas y ordenar el desastre que quedó en el apartamento, luego salimos a recorrer la ciudad. Debido a que aún no me acostumbro a conducir por la izquierda, los chicos se pasaron el día haciendo bromas. Las fotos de la noche anterior salieron a la luz y nos dimos cuenta de que fue demasiado alcohol para tan pocas personas. Amber me sorprendió, no pensé que ella fuera el tipo de chica que acaba con una botella, pero los chicos la retaron y perdieron varias libras. Hablamos de repetir lo de la noche anterior y el video de Amber invitando a los chicos para una despedida salió a la luz, ella no quería ceder, pero al final nos citó para las 10 de mañana con reglas muy estrictas sobre mantener el orden y no romper los vasos.

El resto del día se nos pasó siendo turistas, pasamos a un restaurant, subimos al ojo y recorrimos varios bares. Cuando la noche llegó nos metimos en un barrio que parecía ser peligroso y entonces lo vimos... El ring.

Puedes sacar al chico de las peleas, pero no a las peleas del chico. Probablemente mis padres no pensaron que esto pasaría.

Douglas y yo nos inscribimos en las peleas clandestinas y los demás van a apostar. El primero en pelear fue Doug, no le tomó ni diez minutos derrotar a su contrincante, así que ganó mucho dinero sin esfuerzo. Yo, por otro lado, pelee con un chico más alto que yo, por lo menos un metro noventa, musculos intimidantes y mucha práctica al parecer, no quiero decir que me dio una paliza, pero exactamente eso fue lo que pasó, me golpeó el rostro, la espalda, las costillas y las piernas, sin embargo, cuando se cansó yo aún no me había rendido, así que le di varios golpes rápidos y no fue dificil verlo caer después de un rato. Al final de la noche, reunimos más de doscientas libras, entre nuestro pago por pelear, y el dinero de las apuestas que hicieron.

Volvemos al apartamento y busco verduras congeladas para poner en mi ojo y labio.

- Eres tan débil- se burla Doug.

- Un débil idiota que nos sigue dando dinero- se ríe Harry.

Chris y Nathan cuentan los billetes encima de la mesa.

- Vendremos más seguido- afirma Nathan.

- No volveré a pelear- digo al tiempo que me cambio el congelado por uno menos derretido.

- Siempre dices eso cuando te dan una paliza- Harry me reprende.

Los chicos reafirman el ridículo comentario de mi mejor amigo y yo les lanzo el congelado de mi ojo a modo de protesta.

La noche se nos hace corta y para cuando lo notamos, ya es de madrugada.

Amber

Es sábado y el primer mensaje que tengo es de Sophia, ella se fue anoche a casa de sus padres, para deshacer las maletas y por supuesto, buscar la vestimenta perfecta para esta noche.

"Avisame cuando llegues a casa para que vaya"

Camino por la calle que Ethan me indicó y llego a la casa, es blanca y demasiado grande para dos personas, toco el timbre y Alía me abre la puerta.

- ¿Listos para un buen día?- pregunto cuando ambos salen de la casa.

- Hoy será increíble- chilla Alía dandome un abrazo.

Los guío a mi primer lugar favorito, la plaza alejada del centro en la que Sophia y yo cerramos el trato de ser mejores amigas. Los árboles son muy altos, las bancas son de madera, y en el medio hay una gran fuente.

- ¿Vas a pedir un deseo?- me pregunta Ethan, al tiempo que me toma de los hombros, es un gesto básico y sin embargo se siente íntimo.

- Claro que debemos hacerlo- respondo sonriente.

Los tres sacamos monedas y las lanzamos, en mi interior el único deseo que tengo es:

"Por favor que nadie vomite mi alfombra hoy"

La tarde se pasó muy rápido, los hice pasar a cada calle que me parecia bella, los edificios de londres tienen ese aspecto antiguo del que llevo enamorada toda la vida, fuimos a la cafetería debido a que Ethan está obsesionado con el chocolate caliente, luego pasamos a  ver a unos mimos que estaban actuando en el centro, al parecer había un show completo, porque después de los mimos llegaron cantantes, bailerines y poetas, nos quedamos al show y nos reimos lo suficiente cuando el payaso terminó su rutina, bueno, Alía no se rió tanto debido a que le teme a los payasos, pasamos al supermercado a comprar alcohol y comida para esta noche.

- El tour finaliza aquí- digo una vez que llegamos a mi edificio-, bienvenidos a mi hogar.

- Lugar en el que hoy se celebra- dice Alía feliz.

- Extrañaba una buena fiesta- Ethan tiene las botellas abrazadas y reímos-, juro comportarme.

- Yo no prometo nada- respondo encogiendome de hombros.

Será una gran noche...




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