Una habitación escura es abierta y en su interior solo se alcanza apreciarse una gran esfera traslucida con corrientes difusas de éter en su interior. El registro de la eternidad se encontraba comprimida en esta esfera. El ángel de la transición eleva sus alas disonantes al presenciar un recuerdo.
El plano del cielo una vez tuvo en sus filas a un ser tan brillante como su mismo creador, su luz era tal que podía ser considerado el ser más cercano a la creación. Seis alas lo cubren, múltiples ojos embellecen estas alas, ojos que observan la creación desde la serenidad y plenitud. Un ángel que brilla en el silencio.
Expresando “¿Quién cómo Dios?” Los ángeles rechazan a este ser. Un ser de luz que no ha nacido de la fuente del creador y sin embargo tan cerca de la creación ¿Luz rechazada por la luz?
Nadie ofrece plegarias cuando ella aparece, su soledad es llenada por el ángel más cercano a Dios, Lucifer. El representante del supremo nombro a este ser Ciel. Al llegar fue como enseñar a un niño a caminar, tanta inocencia y poca adaptabilidad a las leyes convirtió a Lucifer en su tutor.
Lucifer quien era el querubín más brillante de todos no se encontraba de acuerdo en gobernar desde las alturas sin involucrarse con su reino. Un buen gobernante debe involucrarse en la vida de sus ángeles ¿Este es el plan divino? Se pregunta constantemente al ver sus ángeles recibir orden y acatarlas sin objeción alguna.
Al contemplar la libertad del espíritu de Ciel, lo llevo a replantearse ¿Adoramos nuestra esclavitud? No estaba dispuesto a aguantar más aquel trato del creador que abandono su creación. En el proceso enseño a Ciel como manifestar su luz y a usar los ojos de sus alas para presenciar lo que está más allá de la luz hasta le enseño la forma correcta de adorar al señor. Aunque él no estuviera de acuerdo ella insistió para que se lo enseñe.
Con el tiempo fue adquiriendo un cariño especial por aquel ser y a pesar de su extraño origen su inmensa luz la posicionó en la cima de los coros angelicales como un Serafín. La sensación de tristeza y angustia que emanaba su código en el caos se había ido, un ser repleto de emociones, un ser tan libre que puede elegir su esencia. Tal naturaleza puede llevar al error, pero Lucifer no permitirá que la oscuridad turbé su ser, aquella angustia originaria dio origen al ángel que representa la angustiante vida de todo el reino angelical. Proteger aquella luz sería equivalente a su redención ante un reino sometido en la esclavitud.
La felicidad del Serafin resonaba en las siente pilares superiores de realidad, su desbordante luz era emitida de forma irresponsable por todas partes siendo reprendida por Lucifer quien le explica en reiteradas ocasiones que luz puede afectar negativamente a los ángeles cuando son expuestos a una cantidad excesiva de energía. Bajo el mismo principio fue creado el palacio que evita que la energía creadora afecte y queme y deforme a las criaturas angelicales.
Como si fuera una niña Ciel se molesta a no poder evitar contener su felicidad, se cubre el cuerpo con sus alas incluyendo su rostro observando al Lucifer desde los ojos de sus alas. Pesar de que este aprendiz de ángel era un dolor de cabeza ambos se volvieron muy unidos. A causa de su naturaleza, Lucifer se convirtió en su ser más apreciado, después de todo era el único que podía acercarse sin ser afectado por su desbordante energía.
Cierta vez Lucifer fue ante el creador, séptimo nivel del palacio, se reverencio ante el creador; el supremo se regocija en presencia de su creación más especial. Los demás serafines que rodeaban el trono del Supremo lo adornaban con sus enaltecedores canticos. El Querubin se pone de pie, los canticos cesan, y la petición es solicitada ”Libera las restricción de los tus creaciones, yo me hare responsable de su libre albedrio.” Los serafines dirigen sus incontables ojos a Lucifer, estos empezaron a arder en su luz, rechazan la actitud tan arrogante de aquel que va en contra de las leyes divinas. El creador interfiere y los atemoriza para que estos no se entrometieran.
>>Tu solicitud es denegada <<
De los ojos de los serafines comienzan a salir lágrimas al ponerse en sintonía con la inmensa triste del creador. Tras tales palabras, se retira de la presencia del supremo. El príncipe Sariel custodio de la puerta del sexto nivel presencio este acontecimiento, al cruzar la puerta ambos se ignoran.
Lucifer, regresa con Ciel y luego de unos instantes él pone sus manos sobre la cabeza de Ciel y la despeina con suavidad mientras sonríe para ella.
- ¿Por qué haces eso? ¿Qué tienes?
- No importa que tan cruel o injusta sea la existencia, nunca dejes de brillar – Sin bajar su mano observa directamente a Ciel- No pierdas tu amabilidad, no pierdas tu camino.
Tras aquello Lucifer concluyo de enseñar a Ciel como contener su energía y la invito a caminar con él por el reino asistiendo los ángeles. Para la Serafín era una experiencia única y maravillosa, nunca puedo estar tan cerca de otros ángeles. Aquel día, ella aprendió a servir la luz de su alma, ella era feliz ayudando a los suyos. Poco a poco ella fue ganándose la confianza de algunos pocos de quienes intento ayudar, otros aun le tenían temor, aun así, para ella, aunque fueran unos pocos la llenaba de felicidad.
Lucifer acompaña a Ciel hasta los límites del celo y la tierra, allí era el lugar más próximo al mundo humano mostrando que el reino de los cielos es solo una pequeña parten de la gran maravilla de la creación. En aquel lugar existe un jardín de extrema belleza, pero los argeles prefieren no acercarse, lo cual convertía al sitio en el lugar perfecto para que Ciel pueda expresar su brillar sin lastimar a nadie.
Ambos ángeles cierran los ojos y comienzan a realizar rezos.
>> Bendito seas en tu gloria, nuestro creador<<
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Editado: 26.10.2020