[POV JEONGIN]
Tzuyu vino a casa y me dijo que Hyunjin ya sospechaba sobre la dificultad de mi corazón, ella se llevó a mis hijos a pasar la noche con ella en el acampamento de las afueras de la ciudad y mi madre se fue a descansar a la casa, pobre debía de estar agotada después de tanto tiempo cuidando a los traviesos de mis hijos.
El tiempo en que me quedé solo no recordé nada más, ya había dormido mucho y yo sólo me la pasé con una taza de chocolate caliente y galletas de nuez bañadas con azúcar glass, viendo series policiacas en la televisión, estaba acostado en el sillón con una manta gruesa de algodón que me calentaba un poco esos pies tan fríos que tenía.
Escuché la puerta abrirse y supe que era Hyunjin. Sus pasos resonaron por el pasillo hasta que se hicieron más cercanos y terminó en la entrada de la sala, yo me incorporé y luego me puse de pie.
Estaba raro muy serio y con la mirada perdida. Me acerqué a él y le acaricié la mejilla examinando su rostro.
—¿Estas bien? —le pregunté y negó con la cabeza, tal vez tuvo una pelea fuerte con Lía o ella le engañó con otro. Pensé en esas dos crudas posibilidades. —¿Es Lía? —le pregunté alejándome un poco, entonces otra pregunta se formuló en mi cabeza, pero sin darme cuenta lo dije en voz alta —¿Está embarazada? —mis ojos se cristalizaron y el negó con la cabeza enseguida saliendo de su trance.
—No, Jeongin —se acercó y me dio un casto beso en los labios, —Prepararé algo de cenar —me dijo y fruncí el ceño.
—¿Tu cocinando? —sonreí y este asintió, —¿Quieres que te prepare algo yo? —le pregunté y el negó con la cabeza.
—Quiero complacer a mi esposo, déjame hacerlo —me susurró en el oído, —quédate acá —me dio un beso en los labios y se fue.
Yo sorprendido por su bipolar acción me volví a sentar en el sillón y cambié de canal dejándolo en una película, de hecho, en la que me gustaba desde los 15 años.
Escuché como Hyunjin hacía ruido desde la cocina y sonreí al escuchar los trastes caerse. Ese hombre es un desastre en la cocina. Me levanté y apagué la TV y fui directo a la cocina de donde salía un olor a quemado.
Me quedé en el marco de la puerta observando a un Hyunjin con delantal y un guante en la mano derecha de donde sostenía una parrilla con chiles pimientos completamente quemados.
—¡Incineraste a los chiles! —exclamé y empecé a reírme a carcajadas.
—Me rindo, pediré sushi ¿O quieres comida italiana? —me pregunto y secándome la recientes lágrimas de risa que tenía asentí y él me sonrió besando mi cabeza.
—¡Quiero sushi! —le grité cuando ya había salido de la cocina.
Me acerqué al queso philadelphia que estaba en la mesa y tomé una tostada y le unté de esta, estaba rico y lo saboreé lentamente.
Sentí los brazos de Hyunjin en mi cintura mientras me apretaba la espalda con su pecho en un intento de fundirme en su cuerpo.
—¿Por qué estás tan cariñoso? —le pregunté volteando un poco mi cabeza para verle.
—Porque quiero estar con mi esposo —fruncí el ceño.
—¿Quieres tenerme por última vez, Hyunjin? —le pregunté incrédulo, Hyunjin suspiró y me apretó más.
—No Jeongin, en nosotros no habrá una última vez. No me quiero ni me voy a divorciar de ti —me dijo y otra vez las lágrimas se asomaron, eres un llorón Jeongin.
—¿No te ibas a casar con Lía? —le pregunté molesta.
—No, ella ya no existe —me dijo frustrado por la situación.
—Aún sigue existiendo entre los dos, además, accedí a darte el divorcio, solo te pedí un tiempo —le dije separándome de él mientras sorbía mi nariz y caminaba alejándome de él, —Y voy a cumplir, te daré el divorcio —le dije aun sin verle a la cara.
Salí de la cocina y me dirigía a la habitación con deseos de estar solo, pero los pasos de Hyunjin se escuchaban detrás de mí mucho más cerca.
—¡Quiero estar solo! —le grité volteando a verle, estaba a solo unos pasos cerca de mí.
—Ese es el problema Jeongin, tú quieres estar solo y yo quiero estar contigo —al decirme eso una lágrima resbaló por mi mejilla y él se acercó un poco pero yo me alejé, ambos nos detuvimos al ver que si el daba un paso adelante yo retrocedía otro, —Jeongin entiende de una vez que quiero estar contigo, no puedo soportar estar sin ti, no podría… —su voz se le corta y sus ojos se llenan de lágrimas.
Me acerco a él sospechando lo peor y recordando a mi hermana decirme que le dijera la verdad a Hyunjin sobre el trasplante -muy difícil de conseguir-. Me paré frente a Hyunjin y bajé la vista un poco temerosa a decirle esto.
—Hyunjin yo… —suspiré tembloroso y luego tomé una bocanada de aire, —Tengo algo importante que decirte —la vista de Hyunjin estaba perdida en el suelo —Me voy a morir —le dije de sopetón y el me vio aterrado.
—No, tú no te vas a morir, encontraremos a un donador, tú vas a vivir y si el doctor nos lo permite tendremos más hijos —dijo desesperado y me abrazó fuerte por la cintura, mis ojos demostraban confusión y sorpresa al ver que ya lo sabía.
—¿Te lo dijo mi hermana? —le pregunté y sacudió su cabeza negativamente, aun se escondía entre la curva de mi cuello, donde podía sentir su aliento cálido, que hacía recordarme las noches largas que pasábamos después de tener intimidad, su cuerpo siempre pegado al mío y sus brazos aferrándose a mi cintura. Cerré los ojos por recordar aquellos momentos que quisiera que se repitieran.
—Encontré tus recetas en la mañana, y fui a la clínica a ver al doctor quien me contó todo. Me enteré por la boca de un desconocido y no por ti, Jeongin, porque no me lo contaste —se separó y buscó mi mirada la cual no dejaba que la vieran, hasta que me tomó del mentón y me alzó un poco la cabeza para verle, —Soy tu esposo debí enterarme primero —sonreí irónico y sacudí la cabeza negativamente.
—Mientras yo estaba en el hospital tú estabas con tu amante junto a mis hijos, mientras yo estaba mal por la noticia de que me quedaban pocos meses de vida, tu llegaste y me pediste el divorcio. ¿Cómo crees que te lo iba a decir cuando tú me estabas pidiendo el divorcio? —le dije entre algunos sollozos y el cerró los ojos dolido, pero aun así sus lágrimas recorrían su cara.