♡ :  CAPÍTULO XVII

[POV HYUNJIN]

Vi a Jeongin platicar con Chan, y admito que sentía una rabia de celos en este instante. Él es muy atento y le invitaba copas de vez en cuando, se estaba pasando de la raya, se le estaba acercando mucho, le veía atentamente con esa mirada devoradora y su mano rozaba la de él provocativamente, sus rodillas se rozaban y no podía soportarlo más.

Se estaba vengando de mí solo por charlar un poco con mi ex novio, era injusto, pero a la vez justo, mi chico estaba provocándome, estaba sacando mi lado posesivo, él es mío, solo mío.

Chan se acercó más a él y le susurró algo al oído, él se empezó a reír tímidamente y al momento de voltearse para verlo, ellos quedaron a solo pocos centímetros de distancias, estaban muy cerca, sus narices se rozaban y mi limite había llegado a la alerta roja. Chan se inclinó sin dudarlo más y besó a mi chico, ¡Estaba besando a Jeongin! Eso hizo que mi límite rebalsara el vaso de mi poca paciencia y me levanté bruscamente y caminé hacía ellos, tomé a Chan de la chaqueta azul y lo tiré al suelo separándolo de Jeongin, el me miró confuso, pero al recobrar sus sentidos me miró con furia, se puso de pie e iba a decirme algo, pero lo callé de pronto con un golpe en su mandíbula, este perdió un poco el equilibrio, pero nunca cayó y se me aventó encima para luego agarrarnos a golpes.

Recibí un golpe en la comisura de mis labios y otro en mi mejilla, dolía sí, pero dolía más la traición de Jeongin. Todos los chicos de la fiesta miraban nuestra pelea mientras gritaban en apoyo mío y otros de Chan.

Al último nos separaron, pero nunca dejé de fulminar con la mirada a Chan. Me solté de los brazos de uno de mis amigos y volteé a ver a Jeongin quien estaba horrorizado con la escena.

—Espero y que ahora estés satisfecho Jeongin, dos hombres se acaban de pelear por ti, pero uno de ellos ya no te quiere —le dije cegado por la rabia y salí del lugar escuchando como Jeongin gritaba mi nombre, caminé entre la calle buscando donde había dejado mi auto y podía escuchar los pasos de Jeongin detrás de mí.

—¡Por favor Hyunjin para! —gritó y me tomó del brazo para detenerme, pero yo alejé este rápido como si de algo enfermizo me tocara. —Hyunjin yo no le besé, él se me acercó tan de pronto que…

—¡Cállate! —grité a todo pulmón que él dio un brinco del susto y me miró con miedo. —¡Vi cómo te besó! ¡Y también vi cómo te dejabas! —le grité furioso.

—Yo no me dejé Hyunjin —dijo con voz tan débil que después rompió a llorar más y me abrazó por la cintura tan fuerte que no podía quitármelo de encima sin hacerle daño. Si usaba mi fuerza él saldría lastimada físicamente y yo no quería hacerle eso, nunca lo haría, nunca lastimaría a Jeongin, —Yo no le recibí el beso, es imposible besar a alguien cuando tus labios le pertenecen a otra persona y esa eres tú —me dijo aun llorando.

Suspire dolido y la tentación de abrazar a Jeongin me ganaron, pero era muy orgulloso.

—Tu eres el único Hyunjin fuiste el primero y quiero que seas el último —volvió a decirme y beso mi pecho profundamente apretándose más a mí y susurró en mi oído —Te amo —mis barreras se rompieron al escucharla decir eso y la abracé con toda mi fuerza que sentí que lo rompería.

—Oh Jeongin —susurré dolido y besé la coronilla de su cabeza.

—Perdóname, no fue mi intención, yo no quería llegar hasta ese nivel —me dijo con la voz entrecortada.

—Tal vez Miyeon se me insinuaba, pero no le hice caso, no podía estar con ella porque te tenía a ti, a ti al que amo —le dije y me separé para ver sus ojos llorosos, sonrió de lado y pude notar que estaba triste. Acaricié su mejilla y me incliné para darle un casto beso, para alegrarlo.

—Perdóname, soy él culpable de esto —bajó la mirada y pude ver como las lágrimas recorrían sus mejillas.

—No Jeongin, no te culpes, yo también tuve culpa. Olvida esto —le dije y él sonrió dolido y me abrazó sollozando en mi hombro, me dolía verlo llorar, y no quería verlo así nunca.

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El doctor salió al fin después de una eternidad como así lo sentía y nos llamó. Tzuyu, mi suegro y yo nos acercamos mientras mi suegra cuidaba de los niños junto al esposo de Tzuyu.

—Díganos doctor que tiene mi hijo —exigió mi suegro y el médico asintió levemente.

—Como habíamos dicho, Jeongin necesita urgentemente un trasplante, la lista de donadores está muy saturada y Jeongin está muy débil, me temo que si no hay un donador cuanto antes él lamentablemente morirá —dijo el doctor y una punzada en mi pecho se presentó.

Jeongin podría morir. Cerré los ojos evitando las lágrimas y escuché los sollozos de Tzuyu, al abrir los ojos miré como discretamente lloraba en el pecho de su padre.

—¿Puedo pasar a verlo? —pregunté con voz dolida.

El médico asintió y me señaló donde quedaba su habitación. Antes de entrar a esta el médico me dio algunas condiciones para no afectar a Jeongin, yo acepté y entré a la habitación blanca.

Miré a Jeongin postrada en una cama, estaba inmóvil y me daba miedo de que se quedara así, solo ver como su tórax se inflaba me convencía de que estaba viva. Me acerqué a él y tomé su delicada mano entre la mía. Suspire y dejé reposar mi frente en su hombro, empecé a sollozar y pensar solo en el dolor que me hacía verlo así, en sentir que podría morir.

—Oh Jeongin —susurré y besé su frente. —No me dejes por favor, repongamos nuestra vida, quiero estar a tu lado siempre, quiero ver como nuestros hijos crecen y quiero que tú estés ahí, Jake te ama y Jay también, todos te amamos, cariño, no nos dejes —le susurré en el oído y todo el tiempo que me sobró con él lo gasté en estar a su lado, siempre nuestras manos unidas y susurrándole cuanto lo amo.