Prólogo

No quería sentir miedo, debía ser fuerte pero lo tenía que admitir en este momento mi corazón se estaba rompiendo, nunca fui capaz de sentir un dolor similar al de ahora. Miré con mis ojos empapados en lágrimas al chico frente a mi.... 
- Debes hacerlo - me gritó él pero negué con la cabeza 
- ¡No, no puedo! - exclamé con la voz quebrada 
- Si puedes - esta situación me estaba haciendo pedazos 
- No, no a ti... - dije en un hilo de voz 
- Tess - me habló en un tono suave mirando me fijamente, ese tono que siempre usa para persuadir me - siempre... - fue lo único que dijo y eso hizo que la daga imaginaria llamada dolor que estaba clavada en mi pecho atravesara por completo mi corazón... 
- Siempre.. - dije yo en un susurro pero... 
¿realmente tenía el valor de matar a la persona que amaba? 

                                     •••

Si fueras tú, ¿que harías? ¿Tendrías el valor de matar a la persona que amas? La respuesta seguramente es no, pues se supone que damos la vida por esa persona no la matamos, pero el destino puede ser cruel y te puede poner a prueba de una forma que nunca había pasado siquiera por tu mente. 
Pero la fuerza del amor puede más que cualquier otra fuerza en la tierra, incluso más que la propia muerte, y tanto Theresa como Cristianno estaban a punto de descubrirlo... 

Agradecida :

A todas esas personas importantes en mi vida, que me han apoyado y me han inspirado a escribir esta historia, mi familia, mis amigos, esos que siempre han estado a mi lado en los buenos y malos momentos. Estoy muy feliz porque recibir el apoyo de las personas que amas es una motivación indescriptible y bueno desde ya, también agradezco a ustedes, esos futuros lectores, porque ustedes son mi motor. La sensación de que alguien te reconozca por tu trabajo es sensacional y bueno espero que esta historia los cautive tanto como a mi cuando la comencé a escribir.... Y ya nos los detengo más, disfruten de la experiencia de "Un Juego"

Mis agradecimientos eternos a todos, con mucho cariño ❤....             

                                                             Nina